Desde antes de que su esposo asumiera la Presidencia de la República, la señora Beatriz Gutiérrez Müller manifestó que no aceptaría el título tradicional de Primera Dama, porque “no puede haber mujeres de primera y de segunda”.
El gobierno boliviano ha dispuesto una medida que es un reconocimiento para las empresas o entidades que lleven a cabo algunas pautas destinadas a eliminar las violencias de género y “coadyuven a la construcción de una cultura despatriarcalizadora”.
Sin lugar a duda, la demanda central, poco considerada, fue la de que las mujeres puedan participar en política, logrando el ejercicio al voto, ser votadas e intervenir en el gobierno para empujar todos los derechos de la mitad de la población.
Esta afirmación absolutamente contradictoria, nos convoca a reflexionar en ciertos tipos de las violencias contra las mujeres que nos agreden de manera desmesurada y a veces, resultan imposibles de identificar porque son imperceptibles.