Evitar la letra muerta respecto a las libertades
Palabras de Lorenzo Córdova Vianello
Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral
Publicamos su reflexión por ser de máxima importancia para las mujeres
El pluralismo político es una condición indispensable de cualquier sistema democrático, el pluralismo favorece una mejor representación de la diversidad social en las instancias de decisión política e intensifica la competencia para obtener el voto de la ciudadanía y acceder a los poderes públicos.
En el pluralismo los partidos políticos con las instancias articuladoras de consensos y demandas sociales y juegan un rol central en la recreación de la vida democrática.
Si la democracia es, pese a todos sus efectos y limitaciones, el mejor sistema de organización social y política que ha creado la humanidad, los partidos políticos son las instancias de representación ciudadana que la hacen posible.
Ya lo dijo Hans Kelsen, pensar en una democracia sin partidos es simple y sencillamente producto de la ilusión o bien de la hipocresía.
Defensa del Estado Laico y el PES
Permítanme ahora hacer algunas reflexiones respecto del proyecto específico que nos ocupa. – dar o no registro al nuevo PES-.
Un principio básico de nuestro pacto democrático constitucional es el carácter, laico del Estado Mexicano y de sus instituciones; el Estado laico es una conquista civilizatoria de la modernidad que sienta las bases de la democracia, es decir, la tolerancia del otro y el reconocimiento de su derecho a participar igual que todos los demás, en la cosa pública, en la cosa común.
Hoy el principio del Estado laico es un principio bajo asedio. Hace ocho años se llevó al texto del artículo 40 constitucional y de todos los principios ahí contenidos, el republicano, el representativo, el democrático y el federal, es el que más se encuentra en riesgo de ser convertido en letra muerta; cotidianamente desde múltiples espacios se le ponen entre dicho.
Por eso, me parece, por ese contexto en particular, es que el principio del Estado laico hoy necesita una protección reforzada, derivada del contexto. En principio, el Estado laico prevalece en todos los momentos, pero hay que defenderlo particularmente cuando el mismo se encuentra bajo asedio como está ocurriendo en estos momentos.
Es por eso, por esas razones, que las prohibiciones constitucionales que hacen realidad este principio consagrado del artículo 40, como todas las limitaciones a la participación de iglesias y ministros de culto que establece el artículo 130 de la Constitución para intervenir en asuntos políticos, hoy más que nunca cobra una relevancia fundamental.
Y respecto del proyecto que hoy, es este proyecto que se está poniendo en nuestra consideración, las consecuencias son indubitables, hubo participación y de hecho se está proponiendo la anulación de algunas asambleas por la participación en cinco asambleas, de 15 ministros de culto.
Puede parecer poco que haya 15 ministros de culto participando en las actividades de organización y de dirección de dichas asambleas frente a más de 300 mil afiliados, pero me parece que por el momento que hoy estamos viviendo, la defensa del Estado laico nos lleva a tener que considerar que bastaría la intervención de un solo ministro de culto en las actividades políticas para que, desde mi punto de vista, este Instituto Nacional Electoral no conceda el registro a un partido político que, de entrada a una organización, que de entrada antes incluso de convertirse en partido político, pone en cuestionamiento un principio bajo acoso del que depende de manera primordial la convivencia democrática.
No puedo, pues, acompañar el sentido de la resolución de este proyecto que estamos conociendo precisamente porque, del contexto que hoy tenemos y en el cual el Estado laico, principio básico de nuestro sistema democrático está siendo puesto en entredicho y, por lo tanto, hay que defenderlo en todas las trincheras.
No hay un asunto menor, no hay un número menor, no relativicemos lo que constituye una conquista democrática y que nos llevó más de un siglo llevar a la Constitución a pesar de que la nación mexicana desde sus orígenes ha considerado, ha cimentado el Estado laico como un punto de partida de toda la convivencia social.
No puedo, no voy, pues, a acompañar este proyecto por las razones que he expresado.