- Conmina a las autoridades a garantizar el derecho a la libertad de reunión de las mujeres este 8 de marzo
- Las expresiones, consignas y pintas en paredes no son consideradas violentas, asegura la organización humanitaria
Elda Montiel
SemMéxico. Cd. de México. 5 de marzo 2021.- Las acciones de protesta este 8 de marzo en México están en riesgo, afirma Amnistía Internacional y conmina a las autoridades mexicanas a garantizar el derecho de reunión, libre de violencia y respetando los derechos humanos de las manifestantes, luego de documentar que el Gobierno de México ha tomado como “mecanismo aleccionador”, la represión que pueden constituir tortura de género.
En un estudio especial y urgente, en el marco del Día Internacional de la Mujer, Amnistía Internacional documenta este giro, este peligroso cambio, en México, de acciones de represión a las feministas y señala que eso no debe seguir ocurriendo como medida de castigo a quienes se pronuncian contra la violencia de género en México.
Además llama la atención sobre la gravedad del problema de la violencia contra las mujeres y su continuidad, en un ambiente de impunidad. Denuncia que en las acciones de “contención” hay casos de abuso sexual por parte de las fuerzas del orden.
Esa violencia contra las mujeres, es de todo tipo, y en toda circunstancia. La organización humanitaria ha documentado el abuso policiaco, el secuestro, la desaparición y la violencia feminicida, asegura que por manifestarse, al menos hay 4 casos de abuso sexual, por parte de la policía, además de maltrato y falta de comunicación a quienes ha detenido.
Señala en un informe detallado y documentado que las manifestaciones realizadas durante el 2020 de feministas y mujeres contra la violencia de género, se estigmatizan, como violentas por el Gobierno Mexicano y se tratan “con uso excesivo de la fuerza, detenciones ilegales y arbitrarias, abuso verbal y físico” que en algunos casos llega a la violación sexual. Recuerda Amnistía Internacional que ese trato se considera como tortura de género internacionalmente.
El Informe “La Era de las Mujeres: Estigma y violencia contra mujeres que protestan” la organización humanitaria internacional detalla, cómo el gobierno mexicano ha vulnerado el derecho de las mujeres en sus derechos humanos incluido el de la libertad de reunión.
Afirma que los avances son mínimos en su política para adoptar medidas de prevención de la violencia de género y de otros derechos, a pesar de la emisión de la sentencia histórica, de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) de hace dos años, del caso de Mujeres Víctimas de Tortura en Atenco contra México.
Abunda que esta reacción del gobierno mexicano es como un mecanismo
aleccionador contra las mujeres por desafiar los estereotipos de género al salir del espacio privado para tomarse las calles.
Advierte que las mujeres y niñas que se manifiestan en México, ya sea por grupos, colectivos o de manera individual corren el riesgo de sufrir agresiones físicas, verbales, intimidaciones y violencia sexual y las autoridades actúan de forma contraria a su obligación de respetar los derechos humanos a la libertad de reunión, a vivir libres de violencia, a la integridad personal y a no sufrir tortura u otros malos tratos.
Como una forma de castigo por haberse atrevido a salir a las calles a manifestarse, para aleccionarlas y evitar que vuelvan a manifestarse.
Amnistía Internacional considera que conforme a la debida diligencia exigida a todas las autoridades con base en las obligaciones de protección y garantía de los derechos humanos, las autoridades mexicanas deben adoptar medidas concretas para garantizar el derecho a la libre reunión pacifica, el derecho a estar libre de violencia, y todos los derechos humanos de las manifestantes en cada una de las protestas en que participe este grupo de personas.
Vestir de negro y cubrir el rostro, incluso cubrebocas, te hace sospechosa de delitos
En el informe detalla que estas manifestaciones han atraído a mujeres entre 20 y 35 años de edad, ya que se sienten identificadas con los casos de violencia contra niñas, adolescentes y mujeres que ocurren cotidianamente en el país.
Las autoridades asumen que las mujeres que se manifiestan que tienen cubierto el rostro, incluso cubrebocas por Covid, y vestidas de negro, son sospechosas de haber cometido un delito o falta administrativa.
El informe, también, señala que las manifestaciones, han tomado diversas formas como marchas, concentraciones, y ocupaciones de instituciones públicas.
En ocasiones, las manifestantes han pintado consignas y símbolos en paredes, pisos y monumentos públicos, así como hecho intervenciones en monumentos, sin embargo, estas expresiones están protegidas por el derecho humano a la libertad de expresión.
También han usado diamantina y harina, la han lanzado a las calles, hacia funcionarios y funcionarias, incluidos e incluidas integrantes de la fuerza pública, pero advierten que estas expresiones no ponen en riesgo la integridad de las personas y, por lo tanto, no pueden ser clasificadas como violentas.
El estigma de violencia sobre las manifestaciones feministas y contra la violencia de género, y los estereotipos de género en que se basan las respuestas violentas contra las manifestantes, se intersectan con otras formas de exclusión y marginación, como las que viven mujeres de la periferia, es decir las zonas urbanas más cercanas a la Ciudad de México, en donde hay una alta tasa de impunidad hacia la violencia sufrida por las mujeres y éstas son excluidas del ejercicio de derechos humanos.
Preocupa al organismo internacional la forma de violencia sexual por parte de los integrantes de las fuerzas policíacas, por lo que las mujeres detenidas tuvieron miedo in luso de ser víctimas de desaparición forzada.
Por la forma arbitraria de las detenciones, además del uso excesivo de la fuerza, sin exponer los motivos y sin que las y los integrantes policiales se identificaran, así como la incomunicación a la que fueron sometidas las detenidas, traslados no usuales y en muchos casos sin ser presentadas a la autoridad competente.
Se agrega a la forma de violencia sexual las expresiones de índole sexual, acoso, así como exámenes médicos realizados en presencia de personal distinto al de salud sin consentimiento de la manifestante.
Tocamientos sexuales mientras son detenidas
La alerta la ocurrencia de al menos cuatro casos de tocamientos sexuales contra manifestantes: dos adolescentes en León, Guanajuato, y una adolescente y otra mujer, en Ecatepec de Morelos, Estado de México. En Cancún, Quintana Roo, una mujer denunció ser víctima de violación sexual, mientras que se recibió información de otra mujer detenida que habría sufrido el mismo tipo de violencia sexual.
Las autoridades que recibieron denuncias o reportes de la violencia sexual sufrida
por las manifestantes omitieron su deber de dar aplicación al Protocolo de Estambul, mientras que las autoridades de investigación penal han sido negligentes en la investigación pronta, oportuna e imparcial de los casos de violación sexual denunciados.
Recomendaciones
Con base en la investigación realizada, Amnistía Internacional recomienda a todas las autoridades de México, en los distintos niveles geográficos:
Garantizar que ninguna persona sea detenida únicamente por ejercer pacíficamente su derecho a la libertad de expresión o reunión pacífica.
Abstenerse de hacer declaraciones estigmatizantes contra las manifestantes que se pronuncian contra la violencia de género.
Reconocer el derecho legítimo de las mujeres a manifestarse a través de los medios más amplios a su alcance, y reconocer que la pinta de consignas en paredes y monumentos es una forma más de expresión.
Respecto al derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia, deben tomar medidas para prevenir y garantizar el acceso a la justicia y la reparación del daño adecuada a quienes han sufrido violencia de género.
En torno a la tortura y violencia sexual realizar investigaciones prontas y exhaustivas, independientes e imparciales sobre las denuncias de violencia sexual presentadas por mujeres manifestantes, en las cuales se debe aplicar la perspectiva de género.
Finalmente, Amnistía Internacional también hace un señalamiento sobre las condiciones de trabajo de las y los policías, quienes son acuartelados durante periodos prolongados antes de las manifestaciones.
De las mujeres policías que sufren formas de violencia de género al interior de las agencias policiales y que no son abordadas por las instituciones para prevenirlas o removerlas, y que, aunque muchas veces son parte de equipos integrados exclusivamente por mujeres, la cadena de mando no incorpora ninguna mujer.
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