Miradas de reportero
Por Rogelio Hernández López
SemMéxico, Cd. de México, 28 de junio, 2021.- Se veía venir. Esta noticia debería sacudir a propietarios y editores de la mayoría de medios convencionales de prensa mexicanos: cada vez menos ciudadanos confían en su información.
El reporte 2021 del Instituto Reuters indica que la confianza en la prensa de 45 naciones subió 6 puntos y que la excepción fue el mercado de la información mexicana al caer a su nivel más bajo desde 2017: solo 37 por ciento de mexicanos confían en sus medios de prensa.
Ese dato obtenido confirma la tendencia a la baja que detectó en 2018 la asociación Latinobarómetro. La suma de mucha y algo de confianza de mexicanos en la industria de la prensa fue entonces de 34.91 por ciento.
¿Qué rechazan?
Aunque en todos los países occidentales la industria de la información enfrenta crisis similares, la recuperación o pérdida de confianza tiene como causa esencial la política editorial de los medios, o sea el cómo informan a sus poblaciones.
Ese declive en México resultó principalmente por la confrontación entre el poder político central con grandes medios de prensa y, que estos, en lugar de privilegiar la información de servicio social acentuaron noticias deliberadamente sesgadas y demasiadas opiniones críticas poco sustentadas y hacer resonancia de chismes estruendosos de las redes sociales.
Al comentar la investigación del Digital News Report 2021, del Reuters Institute, el editorialista del diario El Economista, José Soto Galindo asegura que este es “el estudio más completo sobre el consumo de noticias en el mundo” y confirma la perversión informativa que invadió a la industria mexicana de las noticias.
El Reuters Institute analizó 46 mercados de la información e “identificó la polarización de los ciudadanos y la politización de los contenidos como las principales causas de la pérdida de confianza en las noticias, ante un consumidor que desea una mayor imparcialidad…En casi todos los países vimos que las audiencias dieron más importancia a las fuentes de noticias precisas y confiables.
“Para el capítulo mexicano del DNR 2021 se realizaron 2,036 entrevistas entre finales de enero y principios de febrero de 2021… “De hecho, los consumidores de noticias de México identificaron más información falsa o incorrecta en las temáticas relacionadas con el Covid-19 y la pandemia.
Los países con los mejores niveles de confianza son Finlandia (65%), Portugal (61%), Kenia (61%), Dinamarca (59%) y Países Bajos (59%).
“La confianza en las noticias entre los 46 mercados analizados por el DNR avanzó 6 puntos porcentuales hasta 44%.
“Algunas organizaciones de noticias se han beneficiado del deseo de obtener información confiable durante el último año, en términos de mayor alcance, mayor confianza y más suscriptores.
México fue la excepción: la confianza cayó dos puntos porcentuales respecto a 2020, para ubicarse en 37% y acumular una pérdida de 12 puntos en 5 años. La confianza en las noticias que el consumidor elige y consume habitualmente también se encuentra en su peor nivel desde 2017, cuando el DNR comenzó a divulgar este dato para México” analizó Soto Galindo. (Más datos en https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/digital-news-report/2021)
Era previsible
Quienes observan cotidianamente el medio ambiente de la prensa en México coincidirán con este reportero especializado en asuntos de periodismo en que la desconfianza a la prensa de medios convencionales ha crecido paulatinamente al igual que su antídoto: el periodismo que informa con suficiencia profesional.
Este reportero refirió momentos de esa tendencia en esta columna, Miradas de reportero.
El 10 de agosto de 2020 confirmó datos de que, entre la polarización y la epidemia, el periodismo profesional ganaba confianza y públicos, principalmente en plataformas digitales: entonces se ratificaba el crecimiento de medios alternos desarrollados por periodistas profesionales como Aristegui Noticias, Julio Astillero, Sin Embargo, Conciencia Colectiva, Eje Central, En la Lupa y otros.
Medios alternos que, como en otros países sobre todo de Europa, en el contexto de la pandemia, mostraban la tendencia de los públicos a confiar más en el periodismo profesional.
En un estudio elaborado por un grupo de especialistas en ciencias de la información de la Universidad de Michigan en el pico de la crisis de pandemia los lectores se volcaron en los medios de calidad y se alejaron de las plataformas y redes sociales donde proliferan los bulos.
El 12 de octubre de 2020 este reportero también contrastó datos de cómo la cantidad de columnas y artículos de opinión críticos a la gestión del Presidente López Obrador no le mellaban mayormente la cuantía de ciudadanos que lo aceptaban.
En su conferencia de prensa del 25 de septiembre, el Presidente lamentó que de 148 artículos y columnas publicados en ocho diarios capitalinos 66.3 por ciento fueron negativos para su gobierno, 10.6 por ciento positivos y 23.1 por ciento neutrales.
Pero en contraste, casi dos años después de haber sido electo por más de 30 millones de ciudadanos, la empresa Oráculos difundía que el promedio de 9 encuestadoras indicaba que el 59 por ciento le aceptaban, unos 53 millones,
El 22 de febrero este reportero también resaltó como la inquina política parecía dominar, no solo a los adversarios electorales, sino que había creado una atmósfera canallesca en las relaciones de grandes medios de prensa con el gobierno central, pero irónicamente no había permeado en la mayoría de la opinión pública y se quedaba en nichos focalizados de la opinión publicada y en capas medias urbanas.
Al respecto el periodista mexicano, doctorante en Derecho a la Información, Gerardo Albarrán de Alba había escrito en la revista Zócalo un ensayo titulado La prensa mexicana: de la subordinación del pasado a la construcción del futuro donde aseveró:
“Los medios pueden aprovechar la oportunidad para ganar su independencia y servir a la sociedad, o seguir apostando –como muchos lo hacen todavía– a que la presidencia de Andrés Manuel López Obrador será sólo un paréntesis en el negocio de la convivencia y complicidad con el status quo al que han servido y del que han vivido.”
El 1 de marzo, en otra columna este reportero insistía en que los choques prensa gobierno agravan la desinformación en detrimento de la que necesita la gente para tomar decisiones, porque aleja a los medios industriales del periodismo responsable que el país necesita y peor aún, acelera las crisis financieras de los medios polarizadores.
Esos días, Francisco Vidal Bonifaz, el economista y periodista que hace el monitoreo sistemático de las finanzas en la industria de los medios, presentó datos precisos de cómo el 2020 había sido uno de los peores años en la historia moderna de los medios de comunicación mexicanos.
“… el sector más dañado fue el cinematográfico, en donde la exhibición reportó una caída de 77.6% en sus ingresos; los ingresos por edición e impresión de revistas se desplomaron 22.16% (el año pasado habían caído 19; los periódicos sumaron su segunda baja anual consecutiva… En rigor, toda la actividad de los medios de comunicación tradicionales ha resultado afectada…
Y el 14 de junio, una semana después de las elecciones federales ya era indudable la tendencia a la baja. La columna de este reportero anotaba que tanta propaganda simulada de información había reducido al periodismo profesional
La conclusión muy general es que una gran parte del electorado (el que votó para que Morena obtuviera importantes victorias) mostró que mantiene altos índices de desconfianza con la mayoría de los grandes medios de prensa convencionales y, en contraparte, también se observó que buena parte de esos medios recuperó algo de la aceptación perdida entre en las llamadas clases medias, pero que lo hizo ampliando su distanciamiento del gobierno federal en turno y también afectando al periodismo de servicio social, ese periodismo que no se deja dominar por la propaganda con noticias sesgadas, incompletas, que editorializa sus contenidos informativos y satura espacios con géneros de opinión.
Revisar el desempeño
“…la desinformación y politiquería invadió al periodismo tradicional de México” coincidió el periodista Alberto Najar, el 19 de junio de 2021 en el sitio web Píe de Página. Él es productor para México y Centroamérica de la cadena británica BBC World Service y presidente de la Red de Periodistas de a Pie.
Refirió que la pandemia de Covid-19 dejó en Alemania un saldo positivo: “la credibilidad de sus medios tradicionales se duplicó… “Muy distinto el caso de México donde muchos medios tradicionales han caminado, con ahínco y entusiasmo, en sentido contrario… en las primeras planas de diarios capitalinos o los espacios preferentes de radio y televisión las noticias manipuladas o francas mentiras eran asunto cotidiano… Pero durante la pandemia llegaron a los extremos. No fueron pocos los comunicadores que festejaron todas y cada una de las estadísticas sobre el incremento de contagios y fallecimientos… Por distintas razones, muchos se convirtieron en una extensión de las redes sociales, un pedazo más del terreno de las fake news.
“Los periodistas alemanes hicieron una revisión de su desempeño en la pandemia. Quizá valga la pena repetir el ejercicio en México. Aunque el resultado sea doloroso. Aunque la desnudez de los datos avergüence a muchos.” Hasta ahí el texto de Alberto Najar.
La credibilidad, lo sabemos los periodistas, es el mayor valor que tiene el periodismo. Los principios éticos profesionales nos hacen ganar confianza. Cuando algunos o muchos desprecian estos principios por el mero interés de la ganancia, pierde el periodismo de responsabilidad social y sobre todo se niega a la sociedad el derecho de estar bien informada.