- 2022, presagia un año sangriento para el periodismo mexicano
- Un político, principal sospechoso
Concha Moreno
SemMéxico/Periodistas en español, 24 de enero, 2022.- No ha terminado enero y ya ha habido que enterrar a tres periodistas en México. Tras Margarito Martínez Esquivel y José Luis Gamboa Arenas, ahora hay que lamentar el asesinato de Lourdes Maldonado López en Tijuana (como Margarito), Baja California norte, ayer domingo 23.
Hace unos días, el director de la Oficina de Reporteros sin Fronteras (RSF) en América Latina, Emmanuel Colombié decía que “2022 se ha estrenado con un baño de sangre para el periodismo mexicano” como consecuencia de los asesinatos de Margarito y José Luis.
También aventuraba que “estos dos asesinatos, cometidos con tan solo una semana de diferencia, hacen presagiar otro año sangriento para la libertad de prensa en el país. Sin embargo, esta violencia que se ceba con los periodistas y la impunidad que habitualmente la sucede no deben considerarse como una mera fatalidad. Las autoridades federales y la policía de Veracruz y Baja California tienen que hacer todo lo que esté a su alcance para identificar y detener a los autores de estas ejecuciones cobardes. Los mecanismos de protección también deben reforzarse”.
Y tiene razón, en cuanto a que los mecanismos de protección deben reforzarse, o, más bien, deberían proteger. Porque Lourdes constaba en el Mecanismo de Protección a Periodistas y Defensores de los Derechos Humanos del Estado desde 2021. Y no tuvieron que buscarla en ningún lugar escondido o protegido. Ella vivía en su casa, como siempre, y allí fueron a acabar con su vida sobre las siete de la tarde mientras se encontraba dentro de su automóvil.
Un político, principal sospechoso
La comunicadora, que trabajó para Televisa en su momento, estaba sufriendo por un pleito legal contra Jaime Bonilla Valdez, exgobernador de Morena, el partido que creó el actual presidente del país, López Obrador (Amlo), y empresario. También fue diputado federal y senador.
Tras nueve años de litigio por despido injustificado, hace unos días (concretamente el día 19) había ganado, pero sus problemas no se acabaron, porque se sentía perseguida y amenazada por Bonilla.
Las pruebas de esa situación están recogidas en su súplica a Obrador durante una de las comparecencias del mandatario en las sesiones informativas de las mañanas, en marzo de 2019. Le pidió ayuda porque temía por su vida, y el presidente le dio buenas palabras, como se puede escuchar en el vídeo ampliamente difundido en menos de 24 horas.
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