Sandra Quiñones
SemMéxico, Guadalajara, Jal; 24 de junio de 2022.- Hace 23 días fui víctima de un intento de privación de la libertad dentro de las instalaciones de la fiscalía del estado en el municipio de Puerto Vallarta; sucedió a las 12:30 del lunes 30 de mayo; me puse a salvo por instinto. Desde la fecha ese ataque, he podido constatar la falta de articulación, la ineficacia e ineficiencia de las instancias que se suponen nos tienen que cuidar.
Por mi actividad como defensora de derechos humanos de niñas y mujeres en la zona conurbada de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, me encuentro dentro del mecanismo federal de protección a defensoras de derechos humanos y periodistas; el día del intento de privación active el mecanismo para terminar de ponerme a salvo, ese mismo día, personal del mecanismo se pusieron en contacto con funcionarios de la fiscalía del estado para pedir un informe de lo sucedido dentro de sus instalaciones y para recordarles que me encuentro dentro de la protección que el estado mexicano brinda a las defensoras por lo que solicita se realice todo lo necesario para cuidarme. El mecanismo notifico a las autoridades del estado de Jalisco de mi incorporación al protocolo.
Con lo que me sucedió, corrobore que los protocolos de protección a mujeres por parte de los funcionarios de la fiscalía son nulos, ya que realizaron una serie de actos que me pusieron mas en riesgo; corrobore que la verticalidad de las instituciones en el estado es tal, que información valiosa (de vida o muerte) se queda en el cajón de algún funcionario y no llega a quien tiene que ejecutarla; he podido corroborar la falta de sensibilidad, capacitación, empatía y conocimiento de protección a mujeres (de las defensoras ni hablamos); en estos 23 días he sido victimizada por parte del personal de la fiscalía de y de la propia Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Me ha quedado claro que la atención a las víctimas, sobre todo a las mujeres por parte de estas instituciones esta muy lejos de lo que se cacarea; he visto y vivido en carne propia la ineficacia, indiferencia e indolencia del estado por mantener vivas y seguras a las mujeres.
Hoy me toca remontar una serie de errores y omisiones para seguir viva (la justicia parece cuento de hadas). Esta experiencia debe de servirnos a las feministas, a las redes de mujeres en Jalisco para hacer una puntual revisión sobre los protocolos (en aquellos temas donde hay) y las formas de actuación del personal de las fiscalías, aun no les queda claro que la perspectiva de género y la protección de derechos humanos también se tiene que aplicar en dicha institución; me queda claro que en la fiscalía regional no saben ni conocen como hacer una evaluación de riesgo para otorgar medidas de protección a las víctimas, siguen pensando que todas somos iguales, que es otra forma de invisibilizacion que vivimos dentro de las instituciones las mujeres, lo que también termina poniéndonos en riesgo.
Es grave lo que sucede en nuestro estado en el tema de políticas publicas y acciones de gobierno para ponernos a salvo y garantizarnos una vida libre de violencia; ese día en la tarde recordé cuando afuera de casa Jalisco murió una mujer al pedir ayuda y el estado NO le abrió la puerta, Si, el estado sigue con la puerta cerrada para nosotras.