Jorge Herrera Valenzuela
“OVIDIO Y LOS CHAPITOS” OPERAN EN LA CIUDAD DE MÉXICO
SemMéxico, Ciudad de México, 17 de julio, 2022.- La muerte del primer Presidente de México que vivió 100 años, abrió las puertas a los que se sienten con facultad y calidad moral para lincharlo. No trato de ser defensor del último y auténtico PRIista que llegó a la Presidencia de la República, de 1970 a 1976. La historia habrá de juzgarlo en su momento, sin el apasionamiento negativo que se dio cuando su cuerpo aún no era convertido en cenizas. Indignante actitud de quienes “festejaron” la muerte de un ser humano. Nada justifica a quienes participaron de esa idea.
Comentaré sobre pasajes de la trayectoria política y de la vida familiar. Del padre de 2 hijas y 6 hijos, 19 nietos y 14 bisnietos. De Luis Echeverría Álvarez que en 1946 inició su formación política, como secretario particular del presidente nacional del PRI, el general Rodolfo Sánchez Taboada.
A nadie escapan los hechos que tuvieron como escenarios la Plaza de las Tres Culturas, en el barrio de Tlatelolco, la tarde-noche del 2 de octubre de 1968 y el 10 de junio de 1971, Jueves de Corpus, en las céntricas calles del Poniente del Distrito Federal. Esos trágicos acontecimientos lo llevaron a un proceso penal, sentenciado con arresto domiciliario y, finalmente, exhonerado de toda culpa.
Mucho se ha escrito sobre ambos acontecimientos y seguirán haciéndolo los cronistas, los analistas, los historiadores. Estoy seguro de que habrá lapidarios juicios, basados en: “lo que me contaron”, “lo que leí”, “lo que me dijo mi papá”, “ahí está el libro de Elenita y lo que escribió Monsiváis”.
Como contra parte quedó pendiente que el expresidente durante 46 años recibiera, en mano propia, el libro “Echeverría Visto A Traves De Su Tiempo”, elaborado por una treintena de mexicanos que convivieron con él o trabajaron a su lado.
Precisamente en esta semana estaba acordado visitarlo en su casa de Cuernavaca. El coordinador de ese trabajo es el licenciado Augusto Gómez Villanueva, actualmente Decano de los Legisladores. Es diputado federal y tiene un amplio historial político. Al ser transformado el Departamento Agrario y Colonización, en Secretaría de la Reforma Agraria, el aguascalentense fue su primer titular. Meses antes fue líder de la Confederación Nacional Campesina, la CNC, el Sector Campesino del PRI.
QUISO SER DIPUTADOS, PERO…
Se tituló en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, hoy Facultad de Derecho, UNAM. Disfrutó el Barrio Universitario. Extraodinarios catedráticos, juristas autores de textos, le impartieron clases. El joven Luis Echeverría Álvarez, a sus 24 años, comenzó su carrera política con un tropiezo que, momentámente, le hizo perder su trabajo. Sucede que se avecinaban las elecciones, intermedias, para diputados federales y “Luisito” buscó inscribirse como aspirante en el Primer Distrito de la Capital de la República.
Sorpresa, antes de regresar a la oficina, su jefe ya estaba informado. El joven que un año antes se había casado (2 de enero de 1945), ¡fue despedido! El general Sánchez Taboada, un poblano de “pocas pulgas”, lo regaño con clásicas palabras de una persona sumamente irritada. Echeverría no consultó con su jefe, no pidió permiso, no sabía nada de política. Don Pancho Galindo Ochoa, aguerrido jalisciense, intervino ante el jefe, le explicó la falta de experiencia y convenció al militar para que el frustrado aspirante a legislador, regresara a su escritorio.
Echeverría Álvarez fue el primero de los últimos 5 Presidentes de México, del PRI en el Siglo XX, que no fue candidato a diputado o senador. De los 13 presidentes nacidos en el Distrito Federal, LEA fue el décimo. Al igual que Miguel Alemán, López Mateos, López Portillo, De la Madrid y Salinas de Gortari, Echeverría egresó de la Facultad de Derecho; Salinas es economista.
Fue Oficial Mayor en las secretarías de Marina, con Sánchez Taboada, y de la SEP, cuyo titular era José Ángel Ceniceros, con quien no hubo empatía. Su trabajo dentro y fuera del partido se consolidó de 1958 a 1969. En el curso de su sexenio realizó movimientos diversos para ser Premio Nobel y aspiró llegar a secretario general de la ONU. Redactó la Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados, calificado como documento de promoción diplomática.
Finalizaba octubre de ese último año cuando dos líderes de la CNC, Augusto Gómez Villanueva y Alfredo V. Bonfil Pinto, organizaron un mitin en rededor de la estatua ecuestre de Emiliano Zapata, en la Glorieta de Huipulco, Tlalpan. Ahí “destaparon” como candidato presidencial a Echeverría Álvarez, último secretario de Gobernación postulado para presidente. Los siguientes 21 y la ministra en retiro Olga Sánchez Cordero, no recibieron el honor.
LÓPEZ MATEOS LO ASCIENDE
La tercera Oficialía Mayor fue decisiva para nuestro personaje, uno de los 4 presidentes que tenían 48 años al asumir el cargo (Francisco León de la Barra, Adolfo López Mateos y Miguel de la Madrid Hurtado). El cargo lo ocupó cuando el PRI nacional estaba bajo el mando del general Agustín Olachea Avilés y le correspondió coordinar muchos aspectos de la campaña del “Toluco”, no se usaba el gentilicio de mexiquense.
La cercanía que tuvo con el candidato, sirvió para que lo evaluara como un elemento para su gabinete. Ocupó la Subsecretaria de Gobernación, era el titular Gustavo Díaz Ordaz. Breve tiempo como substituto y don Gustavo, como presidente, lo ratificó para seguir en el mismo despacho. En 1969, LEA renunció al ser nominado candidato presidencial del PRI y a preparar su campaña.
El inicio tuvo un momento amargo. Al visitar la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, la histórica y legendaria Universidad Nicolaita, en Morelia, rindió un homenaje a los caídos la noche del 2 de octubre. Pudo haberle costado la candidatura, incomodó mucho a Díaz Ordaz.
En el recorrido por la República, solicitando el voto de mujeres y hombres, el lema de la campaña fue Arriba y Adelante. El uso de las guayaberas se puso de moda. Las giras y las reuniones de trabajo abarcaban la mayor parte del día. Echeverría hizo notorio que pasaba horas sin levantarse de su asiento, ni a orinar. La nota trágica fue la mañana del domingo 25 de enero de 1970 cuando se desplomó, en Poza Rica, Veracruz, el avión en que viajaban los periodistas que cubrían la campaña. Solo el reportero de El Heraldo de México sobrevivió.
NOVIO DE LUPE RIVERA
Visitaba la Casa Azul, la residencia de Diego Rivera y Frida Kahlo, en Coyoacán, cuando conoció a una joven tapatía que se llamó María Esther Zuno Arce, una de las seis hijas de don José Guadalupe Zuno Hernández y doña Carmen Arce, amigos de la pareja de pintores. Pero, en esos días Luis era novio de Lupe Rivera Marín, hija del muralista. Cupido entró en acción. Luis y María Esther duraron casados hasta el 4 de diciembre de 1999; la hermana de cinco hombres, Pepe Zuno Arce, el mayor, falleció a los 74 años de edad.
El matrimonio procreó a Luis Vicente, María del Carmen, Alvaro, María Esther, Rodolfo, Pablo, Benito y Adolfo. El primogénito, Alvaro y Rodolfo fallecieron.
Don Rodolfo Echeverría Espinoza, de Guadalajara, Jalisco, y doña Catalina Álvarez Gayou, del D.F., también fueron papás de Francisco Luis Rodolfo, a quien conocimos como actor de cine, Rodolfo Landa. Líder de la Asociación Nacional de Actores, la ANDA. Director del Banco Cinematográfico y diputado federal. Murió a los 77 años, también en Cuernavaca, Morelos. Otro hermano fue el doctor Eduardo Echeverría Álvarez, médico militar, a quien conocí cuando dirigía el Hospital Mocel.
Por cierto, el expresidente que murió a los 96 años de edad, en 1952, se llamó Pedro Lascuráin Paredes. Sí, era secretario de Relaciones Exteriores que ascendió por Ministerio de Ley a presidente y entregó el poder al usurpador Victoriano Huerta. Lascuráin no tuvo ni tiempo para sentarse en la silla presidencial. Entre 45 y 50 minutos fue “presidente”.
Los demás mexicanos que ocuparon el máximo cargo político-administrativo no llegaron a los 90 años de edad. El más joven en morir, también el más joven en gobernar, fue Miguel Miramón fusilado a los 35 y presidente a los 28.
GENERACIÓN 56 DE ABOGADOS
Los integrantes de la Generación 56 de la Facultad de Derecho, UNAM, estamos de luto. Nuestro compañero. El doctor Edmundo Elías Mussi, catedrático emérito y un jurista especializado en Derecho de Amparo, se nos adelantó en el viaje sin regreso, en el sueño eterno.
Reconocido jurista se inició como abogado en materia de Amparo en el despacho del maestro Ignacio Burgoa Orihuela, juez federal incorruptible a quien se le conoció como El Rey del Amparo. Mussi heredó el profesionalismo de su mentor y se consagró en la materia, recibiendo homenajes en la Facultad de Derecho e inclusive su trayectoria y sus conocimientos están contenido en un libro que redactó Erick Samoiedo Palhamer, en 2013 y editó Porrúa; en el mismo año José Narro Robles presentó el libro “Homenaje al Maestro Edmundo Elías Mussi”.
Edmundo fue funcionario en la Dirección de Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia del D.F, 1964-1970, pionero como Consejero Electoral en la Sala Regional en Toluca, Estado de México. A sus 84 años de edad nos heredó importantes artículos publicados en revistas especializadas en Derecho y hace apenas tres años apareció su libro titulado Evolución Histórica de las Instituciones de la Justicia Electoral.
Por medio de estas líneas enviamos el pésame a la Familia de nuestro querido Edmundo. Rosa María Rodríguez Villegas, Gilberto Mendieta Gómez Tagle, Ignacio Garrido Villa, Alfredo Ontiveros Zárate, Jorge Sergio Espejo Lima, Laura Guillermina Ayllón Luviano, Carmen Vázquez Gil, Aurora Vargas Ortiz, general Mario Guillermo Fromow García, Miguel Ángel Camposeco, Gladys García Guerrero, Tomás Hidalgo, Guillermo González Martine, Arturo Ruiz de Chávez y un servidor.
La Generación 1956 de Abogados fue la primera, en la Ciudad Universitaria, que realizó los cinco años de estudio correspondientes a la carrera de Licenciado en Derecho. Los primeros en completar el ciclo, en tanto que alumnos de las Generaciones 53, 54 y 55 iniciaron en el antiguo edificio de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, en el Barrio Universitario de San Ildefonso.
jherrerav@live.com.mx