Enriqueta Burelo Melgar
SemMéxico, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 7 de agosto, 2022.- Hace más de 20 años que tuve mi primer encuentro con Mercedes Olivera Bustamante en su cubículo de maestra de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNACH, majestuosa, pero cálida, me recibió con estas palabras ¿Niña porque eres feminista?, ya se podrán imaginar toda la justificación que a continuación enarbolé para señalarle porque era feminista.
En mi caso había ingresado a la UNACH recientemente y había sido aceptada mi propuesta de crear el Programa Universitario de Género, inspirándonos, en un programa similar de la UNAM fundado por la doctora Graciela Hierro, que fue para muchas, nuestra mentora y guía.
Eran mis primeros recorridos por la Universidad para conocer a quienes, en cada Facultad, impulsaban los temas de feminismo y género, en esos momentos también teníamos en Sociales a la Maestra Walda Barrios Ríos, guatemalteca llegada a Chiapas con motivo del exilio, una persona muy querida y a quien extrañamos profundamente, a Leticia Pons Bonnals, hoy Rectora de la UNICH, Alma Izunsa y a la propia doctora Olivera Bustamante, quien impulsaba un Diplomado en Género y Feminismo el cual fue que fue un espacio de formación de dirigentas y alumnado.
A partir de ese momento me interesó saber quién era Mercedes Olivera Bustamante, descubrí a través de la lectura de varios textos, que era antropóloga por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, y su lucha por transformar la antropología, ya que en sus primeros trabajos se da cuenta de los límites de la disciplina para transformar la realidad social de los pueblos que era su motivación personal.
Llega a Chiapas para quedarse en 1970 a trabajar al INI, posteriormente en 1976 en unión de Ana Salazar y Ana Bella Pérez Castro. partieron a trabajar a las fincas cafetaleras, su trabajo con los campesinos dio pie a una decisión colectiva de recuperar sus tierras, no sólo impulsó una acción social, sino que fue el antecedente de lo que después sería uno de los movimientos agrarios más importantes de Chiapas, impulsado por la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC).
Me llevaría hojas y hojas presentar todo el trabajo llevado a cabo por la doctora Mercedes Olivera Bustamante desde diversos frentes, la academia, la acción colectiva, el feminismo, los premios recibidos, sus publicaciones, por lo que quiero presentarles dos testimonios, uno de la maestra Teresa Olvera Caballero, muy cercana a ella desde su llegada a Chiapas y de la doctora Nancy Zarate Castillo, integrante de COFEMO, como un modesto homenaje a las semillas que sembró en Chiapas, en estos momentos en que las redes están saturadas de palabras de admiración y de tristeza por su partida, después de librar una larga batalla contra el cáncer.
Olvera Caballero, nos cuenta: Conocí a Mercedes Olivera Bustamante en los 80 del siglo pasado, recién llegaba yo a vivir a Chiapas. Me impresionaba su hablar pausado y dulce que contrastaba con la férrea defensa de sus ideas y argumentos.
Para mí es una mujer admirable que combinó en su vida la reflexión teórica y la praxis política. Fue una académica destacada, investigadora y autora de varios libros y artículos.
Reconozco su empeño para, junto a otras docentes, impulsar la maestría y doctorado en feminismos en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH).
Mi mayor admiración es que fue una mujer de convicciones firmes y congruente durante toda su vida. Recuerdo que acompañó procesos organizativos de mujeres campesinas e indígenas en México y Centroamérica como «Mamá Maquin» en Guatemala. Al verla trabajar con ellas me parecía otra Mercedes, bailaba, cantaba, se reía mucho, sin duda lo disfrutaba. También deja su legado en el Centro de Derechos Humanos «Mercedes Olivera»
Coincidí con ella en algunos procesos de los que aprendí mucho, yo me iniciaba en el feminismo. Nuestro camino se cruzó varias veces y aunque tuvimos diferencias aprendí a respetarla y honrarla.
A finales del año pasado la vi por última vez en su casa, ya se encontraba enferma. Tuve ocasión de despedirme.
Y ahora no se trata de hacer una apología, todas las personas tenemos nuestros claroscuros, pero me quedo con su imagen alegre y festiva, yo creo que desde el universo continúa acompañando a las mujeres.
Por otra parte, Castillo Zarate, nos da su testimonio: Mercedes aparte de ser una gran académica pues hasta hace unas pocas semanas seguía trabajando, produciendo conocimiento, asesorando a sus alumnas, impartiendo clases. Ella siempre tuvo una gran agudeza para interpretar la realidad social, su amplio sentido de justicia social la llevó a ser creadora, fundadora, militante de muchos movimientos sociales, no únicamente aquí en Chiapas sino en América Latina, es un referente en cuanto al activismo feminista desde sus inicios en México y también es un referente teórico para conocer No únicamente la teoría feminista sino también el activismo y la lucha feminista en México y en América Latina. Se extrañará su lucidez intelectual y su convencimiento para transformar las relaciones de género.
Fue una mujer incansable, fuerte, decidida, amistosa, sorora, hasta la victoria, doctora Mercedes Olivera.
Para finalizar este homenaje, retomó las palabras de Monserrat Bosch Heras, antropóloga por la Universidad Rovira i Virgili, de Tarragona, España, quien resumió el quehacer de la investigadora Olivera Bustamante: “A diferencia de muchas personas, la edad y el paso de los años no moderaron la fuerza de su pasión para la construcción de un mundo mejor, un mundo inclusivo latiendo con un corazón ‘abajo y a la izquierda’, como marca el zapatismo”.