Rocío Fiallega
SemMéxico, Ciudad de México, 10 de abril del 2023.- “Hoy sabremos si teléfono de Dios está desocupado…” Guardabarranco.
Búsqueda y finalidad: mi experiencia de Dios, mis pies se cansaron, mi mente se llenó de agujas persistentes, y mi corazón adoptó un ritmo que no era suyo. Todo estaba lejos, hasta mi Presencia.
Desde niña quise conocer el teléfono de Dios, para reclamarle su inactividad, como si fuera un volcán sin vocación; su desapego, sin mirar la violencia; su déficit de atención, como si tuviera que estar aprendiendo. Pensaba que si le marcaba podría saber por qué ese día no vino a salvarme, aunque quizá estuvieran llamando muchas más personas.
Miraba de fijo el teléfono de marcación rotativa que le dicen ahora, y quise pensar que si lo sabía todo pues Él sabría mi número y podría llamarme, y me diría: Perdóname, estaba muy ocupado ese día, alguien estaba a punto de suicidarse o algo así.
Pero ninguna de las dos cosas ocurrió; no supe su teléfono ni llamó.
Y así pasaron varias décadas durante las que supe de todas esas civilizaciones que tenían su crecimiento, decadencia y muerte y así, de manera cíclica podrían venir Diosas y Dioses con diversos nombres, o Ser Supremo o sin nombre, y que la experiencia individual tenía mucho de un imaginario colectivo y que si Somos Uno, somos Diosas y Dioses, imagen y semejanza y esas bonitas metáforas, además de las experiencias místicas y chamánicas; primero ser luego hacer y al final tener; sin menospreciar la perfecta frase de seres espirituales en experiencia física.
Pasaron más décadas y encontré el cable del teléfono: ahí había estado siempre, el camino hacia la fuente del Amor Incondicional y me lo digo en secreto todas las noches para no olvidarlo y en esa comunicación-comunión revivo mi eternidad.
