- A Carmen Sánchez Andraca, la ex magistrada Violeta Parra Raynada le rinde homenaje
- En Guerrero durante 2023 han asesinado una mujer cada dos días
Sara Lovera y Néstor Ortega Almeida Morales*
SemMéxico/Ceprovysa, Chilpancingo, Guerrero., 18 de diciembre, 2023.- Dos mujeres fueron privadas de la vida en menos de 5 horas en esta capital del estado.
Los hechos, de acuerdo a la hora en que sucedieron, 4:30 de la mañana aproximadamente, fue el primero en contra de una mujer, la víctima Cindy “N”, era bailarina de un centro nocturno, misma que fue privada de la vida afuera del Bar “Tóxicas Men’s Club”.
El segundo asesinato fue alrededor de las 9:30 de la mañana y la víctima María del Carmen Sánchez Andraca Directora de una escuela de Odontología, y fue atacada en la acera de enfrente de las instalaciones educativas que dirigía.
De acuerdo con el Monitor de Violencia de Género y Feminicidios este año se registraron al menos 124 homicidios dolosos con presunción de feminicidio, es decir uno cada dos días.
Sobre los asesinatos del sábado, los reportes indican que ambas mujeres fueron privadas de la vida por arma de fuego. En las zonas de los hechos las autoridades de seguridad aplicaron los protocolos, mientras elementos de la Fiscalía General del Estado realizaron las diligencias y trasladaron a las víctimas de feminicidio a las instalaciones del SEMEFO.
De Carmen, una mujer de 63 años, la ex magistrada Violeta Parra Reynada escribió:
“Ayer estábamos por encontrarnos y ya no fue posible; manos asesinas tomaron su vida y se llevaron parte de la mía. Su cuerpo quedó sobre una de las calles de este Chilpancingo atormentado por la violencia, por la inseguridad, por el miedo”,
Violeta habla de su amiga, Carmen Sánchez Andraca, de 63 años, empresaria que un día tuvo que huir de su casa por amenazas. Y este fin de semana estaba en Chilpancingo. La amiga de toda la vida era sobrina de Aurora Mesa Andraca, la primera presidenta municipal, hermana de Juan Sánchez Andraca, un historiador indispensable.
Y Violeta sigue: Me indigna que hoy vaya a haber Paseo del Pendón porque quisiera que estuvieran calladas todas las bocinas, que se detuvieran todos los relojes y que se diera testimonio de la vida de esta extraordinaria mujer que a pesar de tantas decepciones, supo afrontarlas con dignidad, con decencia y con una sonrisa en los labios para que nadie se preocupara; … no tuvo una vida fácil pero se reconstruyó a sí misma una y otra vez, ayudando de paso a todo aquel que la necesitara; que siempre estuvo ahí, que su casa tenía la puerta abierta hasta muy noche, cuando dejaba de llegar gente con alguna petición, algún problema, alguna angustia; que amaba a su familia y a sus amigos de una forma que pocas veces he visto.
Carmen Sánchez siempre fue un puerto seguro donde refugiarse cuando todo iba mal. Perdí la cuenta de todas las veces en que corrí a Chilapa a llorar entre sus brazos, a degustar su deliciosa comida, a disfrutar la paz del frío amanecer mientras recorríamos el mercado, buscando ingredientes para que sus manos los transformaran en delicias dignas de la mesa de un rey.
Su vida tuvo muchos altibajos. Después de ser la niña consentida de sus padres, un matrimonio desafortunado cuando aún era una niña la dejó con 4 preciosos hijos a quienes cuidar y sin recursos económicos para hacerlo.
Fue en esa época cuando nos hicimos amigas. Yo estaba recién casada y vivíamos a escasos metros de distancia y teníamos a una entrañable amiga en común; para aliviar un poco sus afanes, los fines de semana mi esposo y yo nos llevábamos a los niños a nuestra casa, dónde les poníamos películas y les teníamos palomitas, papitas y golosinas que los niños comían mientras devoraban una película tras otra. Aún en ese tiempo de gran precariedad, Carmen siempre tenía una sonrisa y un plato de comida para quien la visitara en su casa. Se hizo broma entre nosotras que nuestra amiga Paty siempre llegaba con una lata grande de atún en las manos por si no había comida, cosa que repitió por años aun cuando Carmen ya tenía una posición económica estable; cuando fuimos madrinas de XV años de la mayor de sus hijas, Sara Lenin Itzel Sánchez , la lata de atún reposó orgullosa en las fotos sobre la grabadora que le regalamos.
Fui testigo de las bodas de cada uno de sus hijos y de muchos cumpleaños, bautizos, primeras comuniones y XV años de hijos y nietos. Los acompañé en defunciones, búsquedas y problemas cotidianos. Fui a las bodas de sus hijos y disfruté con ellos bailando con Los Ángeles Azules en una polvorienta cancha de fútbol en Chilapa hasta la madrugada; con Sara y Carmen tomamos las mejores micheladas del mundo en una casucha al borde del camino donde el miedo se me quitó después de tomar un sorbo de esa delicia; acompañé a Jesús cuando dirigió la Casa de Cultura; visité con frecuencia sus casas y comí donde Sara un pozole de camagua de rechupete; estuve con ella cuando Juan Antonio Armella Sánchez se cayó de la azotea; fui por años a la tradicional posada que Carmen organizaba todos los años, donde regalaba cobertores a los viejitos; con ellos acompañé a mi hija cuando fue el niño Dios en uno de esos recorridos navideños en los brazos de la Virgen María, montada en un burrito y forrada hasta los dientes porque hacía un frío de película; conocí a sus propios hijos recién salidos del hospital.
Estuve ahí para ella en casi todas sus operaciones y ella estuvo para mí en cada uno de mis fracasos, de mis dudas, de mis arrebatos. Fue el factor que estabilizó mi vida en incontables ocasiones. Me acompañó cuando me casé, cuando me divorcié, cuando tuve a mis propios hijos. Cada vez que algo se atoraba en mi vida, sabía que podía salir corriendo a Chilapa y que habría unos brazos, un plato de comida y una cama para dormir después de desahogar mi pena.
Cuando partió hacia otros rumbos, sentí que se abría un hoyo a mis pies porque ya no iba a tener cerca el refugio de su casa, de su risa, de sus brazos y de sus guisos capaces de reparar el alma más adolorida. Aprendimos a acercarnos mediante frecuentes llamadas telefónicas y mensajes diarios. La visité allá, en esa nueva aventura de su vida y fui testigo de cómo, una vez más, esa mujer indomable se levantaba de entre las cenizas y reconstruía su vida y la de sus hijos en un lugar desconocido, donde hizo buenos amigos y aprendió a vivir la vida de una manera distinta.
Estaba feliz allá y regresó solo para finiquitar asuntos que requerían forzosamente su presencia. Me dijo que quería deshacerse de todo lo que tenía aquí porque estaba decidida a no regresar jamás, que allá estaba contenta y que sus hijos habían encontrado felicidad y estabilidad en esas tierras lejanas.
Guardo un anillo que me regaló como uno de mis recuerdos más preciados, pero a partir de hoy lo usaré a diario, solo para recordar que no se fue, que aquí está conmigo y que algún día nos volveremos a encontrar.
Te ganaste a pulso el derecho a descansar en paz, María del Carmen Sánchez Andraca. Estoy segura de que el creador de todo lo que es, te recibió ayer entre sus brazos con gran alegría, porque llegó una de sus hijas más bienamadas. Cuando toque mi turno, segura estoy de que volveré a mirar tu sonrisa.
El Dato
Según un texto de El Sol de Acapulco, la violencia contra mujeres crece en Guerrero; matan a 1 cada 2 días
El periodista Abel Miranda de El Sol de Acapulco informó que cifras del Monitor de Violencia de Género y Feminicidios de la Asociación Guerrerense contra la Violencia hacia las Mujeres, documenta 124 homicidios dolosos con presunción de feminicidios hasta noviembre último, lo que representa que en Guerrero asesinan una mujer cada dos días.
La presidenta de esta organización, Marina Reyna Aguilar, comentó que en base a este registro, los municipios en los cuales este año se han cometido el mayor número de feminicidios son Acapulco, en donde se contabilizan 40 hasta el momento; le sigue Chilpancingo, con 18, y en tercer lugar Iguala con 15.
La estadística de este organismo la violencia contra las mujeres señala que en los primeros seis días del mes de diciembre, en Guerrero se llevaban contabilizados cuatro homicidios dolosos contra mujeres con presunción de feminicidios. Con los dos de ayer, suman 8 este último mes del año.
De los casos registrados en diciembre, en Acapulco se reportó un caso; uno más en Alcozauca, otro en Copanatoyac, región de la Montaña, y otro en Chilpancingo, «y se advierte hasta este momento que en 2023, el mes con mayor cantidad de esos delitos es en el mes de septiembre, y hasta ahora también diciembre es preocupante».
Pero septiembre fue el mes más violento
La estadística es preocupante: en enero se registraron 10 feminicidios; 12 en febrero; 9 en marzo; 14 en abril; 9 en mayo; 7 en junio; 12 en julio; 10 en agosto; 16 en septiembre; 9 en octubre; 12 en noviembre y hasta el 6 de diciembre ya se llevaban 4.
Violencia cobra la vida de 70 mujeres en Guerrero
Asimismo, Marina Reyna Aguilar comentó que mientras que en el 2015 se registró sólo un caso; en 2016 fueron 21; en el 2017 otros 21; en 2018 fueron 33 casos; en 2019 ocurrieron 18; 13 en 2020; 17 en 2021; 12 en el 2022,
Comentó que en los últimos cuatro años ya son 30 los municipios en los que son agredidas las mujeres con violencia extrema que termina con sus vidas y de acuerdo a los registros del Secretariado Ejecutivo de Seguridad son los municipios de Acapulco, Chilpancingo, Iguala, Taxco, Chilapa, Huitzuco y Juan R. Escudero donde se reportan más de «estos hechos tan aberrantes», dijo.
«Vemos que la violencia continúa y no sólo en los municipios alertados», enfatizó la defensora de los derechos de las mujeres quien lamentó que las acciones en los tres niveles de gobierno no han impactado en la reducción de hechos violentos contra las mujeres.
Sostuvo que se han designado a Guerrero 212 millones de pesos para dar cumplimiento a las acciones para atender las alertas de género desde 2018, pero «no se nota un avance real», finalizó.
*Con información de SemMéxico, Ceprovysa y El Sol de Acapulco
