Moisés Sánchez Limón
Contrarreloj corre la pérdida del poder sexenal…
SemMéxico, Ciudad de México, 30 de abril, 2024.- En esa medida, el licenciado presidente es símil de la bestia herida que reacciona cada día más violenta frente a sus críticos y la oposición que avanza en la ruta crítica para echarlo de Palacio.
Andrés Manuel, amor con amor se paga, recitas y olvidas que, también, el amor se acaba. Nada es eterno.
Pero, pero…
El quid es que, el país paga las cuentas de esa reacción virulenta que se traduce en iniciativas de reformas legislativas que pasan por encima del opositor en el Congreso de la Unión y someten al ciudadano despojándolo de protección social y recursos.
¿De qué se trata, licenciado presidente? ¿Se vacuna y cura en salud por lo que venga? Pitonisa postura.
–¿Te tiene miedo, Andrés Manuel? ¿A qué le teme si llegas a la Presidencia de la República? —pregunté la semana pasada a Xóchitl Gálvez, candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México.
— (…) A que la gente salga a votar y que su gobierno tenga que rendir cuentas—respondió Xóchitl cuatro días antes del debate con Claudia Sheinbaum y Jorge Álvarez Máynez.
A la doctora, en el debate, le enfatizó: “a mí no me manda un hombre, me manejo sola”. Y, al segundo, como para que deje de joder con las comparaciones, sostuvo que ella no es Vicente Fox. Y punto.
Sí, verdad de Perogrullo, el voto es el voto y, en la democracia, por uno se pierde o gana.
¡Recórcholis, Nacho Mier!
Y, en este escenario, Xóchitl sustenta:
“Se los digo sinceramente y hay un estudio de José Antonio Crespo que alguien hizo, si vota, yo digo que, si vota el 62, ganamos por poquito, pero ganamos. Él dice que, si vota el 63, ganamos por mucho o bueno, ya una diferencia mucho más amplia que no quede ninguna duda.
“Esa es la intención, que vota el 70. Si vota el 70 por ciento de la población no tengan ninguna duda, Morena se va a ir, pero con que vota el 62, Morena se va. Y yo creo que esta manifestación lo que trata es de que la gente se anime a salir a votar”.
Pero ¿a qué le tiene pánico el licenciado López Obrador?
En la mañanera de inicio de semana, el Duce blofeó, pero la alusión entraña lo elemental cuando la ley es la ley.
Y esgrimió:
“(…) pero si mis hijos están metidos en negocios ilícitos en el Tren Maya, ¿por qué no presentan denuncias? Si yo he dicho que no acepto la corrupción de nadie, ni de mis hijos. ¿Por qué nada más es calumniar? Con la máxima del hampa del periodismo de que la calumnia, cuando no mancha, tizna, sí, nada más que eso aplicaba antes. ¿Por qué con nosotros eso no transita, no funciona? Por dos razones:
“Una, porque no somos corruptos. Y sí puedo hablar de mis hijos, porque los conozco y no son corruptos. Pero si hay pruebas, adelante. No le voy a hablar al fiscal para decirle: Oiga, ahí les encargo, o ahí se los encargo, no”.
En serio, no se ría. Su Alteza Serenísima cree impolutos a sus vástagos, aunque contra ellos hay pruebas de tráfico de influencias y asociación delictuosa, por citar dos ilícitos de los cometidos en sociedad con sus primos y amigotes en perjuicio del erario vía obras de la talla de la refinería Olmeca (Dos Bocas) y el Tren Maya.
Bueno, eso dijo ayer el licenciado presidente después de que Xóchitl declarara en conferencia el jueves de la semana pasada:
“Y yo creo que el tema es eso, a que la gente conozca a la Xóchitl de a deveras, a que, no a la de las mentiras que ellos tratan de difamarme, de que quiero quitar los programas sociales, de que soy multimillonaria, de que todo esto que han mentido, pues la gente sabe que no es cierto.
“A eso le tiene miedo el presidente, a que la gente salga a votar y que su gobierno tenga que rendir cuentas, Rocío Nahle va a rendir cuentas, no le vamos a perdonar a Rocío Nahle que se haya robado el dinero de Dos Bocas porque es el dinero de los niños de cáncer, es el dinero de las mujeres, es el dinero del Seguro Popular, es el dinero de las estancias infantiles”.
Y puntualizó:
“No va a haber perdón a los bandidos de Dos Bocas y del Tren Maya, ahí si no va a haber perdón, quien haya robado tendrá que enfrentar la justicia, no será yo la que decida, pero habrá una Fiscalía autónoma que si investigue esos actos de corrupción este ha sido uno de los gobiernos más corruptos de la historia”.
¡Recontra, doctor Gertz!
Ahora, sume usted lo que ayer declaró Rubén Moreira Valdez, coordinador de la diputación federal del PRI, partido integrante junto con el PRD y el PAN de la coalición Fuerza y Corazón por México.
“Hay cuatro cosas que me preocupan –cita Moreira–: una, los americanos ya no están tratándolo (al licenciado presidente) como el mejor amigo, y están empezando a marcar la distancia porque además terminando la elección viene el proceso de ellos, entonces ya le están diciendo claramente que no son amigos, primera.
“Segunda, creo que muchas calificadoras se están deteniendo ahora, yo no soy economista, pero bueno, es lo que ves, para que, si ellos anuncian que las cosas van mal, no les vayan a echar a ellos la culpa de un resultado adverso para el gobierno (…).
“Entonces yo creo que pasando la elección se van a desatar los demonios, ya las calificadoras van a decir que PEMEX está quebrado, ya todo mundo va a decir que esto no va bien, el mundo se va a preocupar porque la comunidad de nosotros es grande, y los americanos ya van a fijar su raya, decir que lo que aquí sucede está bastante mal”.
¿Qué hacer?, pregunta Rubén Moreira, ex gobernador de Coahuila. “Pues votar por Xóchitl, maestro, porque –advierte– si no, si no un día este país va a ser dirigido desde el cuartel del “mencho” o desde los cuarteles del “golfo” desde ahí va a ser dirigido”.
–Pero ¿cuál es el riesgo para el país con la reacción del presidente como bestia herida?
–Bueno, y se va a poner más interesante cuando ya vea que va a perder, ahorita todavía como falta un mes como quiera, pero ya cuando vea que va a perder vamos a ver su estatura política (…)—considera Moreira.
Entonces, señoras y señores, ¿a qué le teme el licenciado presidente? Cuidado, cuidado, es peligroso cuando amanece de mal humor porque el poder se le acaba. ¿Bestia herida? Vale el símil, ¿a poco no, Drakko?
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