AHA, mujeres se apoyan entre ellas para superar conductas violentas

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  • Adictas a un Hombre Anónimas surgió ante la necesidad de construir un espacio seguro para mujeres
  • El amor no debe doler y cuando lo hace es un indicador de que algo malo está pasando

Dana Estrada

SemMéxico/El Sol de México, Cd. de México, 10 de febrero, 2025.- Desde hace 30 años, mujeres se ayudan entre sí para superar, controlar y entender que los celos, posesividad, inseguridad y hasta la violencia física, verbal y psicológica en una relación de pareja no debe existir, y lo hacen a través del programa “Adictas a un Hombre Anónimas” (AHA). 

En pequeños locales en el Valle de México, y otros estados del país como Puebla, con las siglas “AHA” pintados en paredes y marquesinas, mujeres de todas las edades se reúnen una o tres veces por semana a contar sus historias y experiencias de dolor y conflicto en sus relaciones, y el daño que esto ha causado a víctimas colaterales como sus propios hijos.

Algunas mantienen un hogar con sus parejas e hijos, otras solo con sus novios o esposos, y otras más ejercen la maternidad en solitario, o también fueron abandonadas por el resto de su familia a causa de conductas dañinas que, en el pasado, justificaron como amor.  

De acuerdo con Celia, madrina y fundadora del programa AHA y que sesiona en Ecatepec y otras partes de la Ciudad de México, como la alcaldía Azcapotzalco y Miguel  Hidalgo, el amor no debe doler y cuando lo hace es un indicador de que algo malo está pasando, y de que la situación puede empeorar a niveles que ponen en riesgo la vida propia y ajena. 

“Adictas a un Hombre Anónimas surgió ante la necesidad de construir un espacio seguro para mujeres que se sienten incomprendidas y juzgadas por su dificultad mental y física para abandonar ciclos de violencia con hombres inestables y violentos”, explican algunas mujeres en cada sesión, recordando el objetivo del grupo, para aquellas que se van uniendo. 

A mí sí me afectó muchísimo el haber abortado a dos hijos. A la fecha es algo que ronda por mi mente. También me pega mucho todo lo que me obligué a soportar con tal de no estar sola.

Y a pesar del tiempo que AHA tiene presente en el Valle de México, aún muy pocas mujeres se arriesgan a reconocer que tienen un problema para llevar sus relaciones sentimentales con hombres, pues su principal conflicto es el miedo a la soledad, de acuerdo con la fundadora del grupo. Tanto así que, sólo dos de cada 100 mujeres que llegan aquí deciden quedarse, contar su experiencia y buscar un modo de arreglarlo para llevar una vida más sana, sin menos dolor, ira y mucho empoderamiento e independencia.

“Tenemos que empezar a analizarnos como aprendimos estas conductas; esto no quiere decir  que es para buscar a un culpable y decir por culpa de mi abuela, bisabuela, tatarabuela, de mi madre, `es que yo soy así´. Si no que simplemente yo tomé algo que no me correspondía, algo que no era mío y lo tomé y empecé a actuar”, explica Celia al sesionar frente al resto de asistentes, explicando que no hay que juzgar a otros por las acciones que se han tomado en el transcurso de la vida. 

El sistema que instauró Celia, tiene como base los 12 pasos de Alcohólicos Anónimos, adaptados a una persona, y no a una sustancia. 

Algunos son: el primer paso es admitir que la vida de cada mujer presente llegó a depender de un hombre; el segundo, creer en un poder superior que ayudará a recobrar las certezas y las relaciones perdidas; tercero, es creer en un Dios; el cuarto, poder hacer un análisis de las acciones que se realizaron para no tener buenas relaciones de pareja; quinto, es poder admitir los errores ante los seres queridos y públicamente; entro otros que destacan la humildad; reconocer y pedir disculpas a personas a quienes se lastimaron; y continuar ayudando a las mujeres que pasaron por episodios dañinos.

Ayuda a Codependientes Anónimos: En Ecatepec mujeres se reúnen para superar relaciones tóxicas.

En Ecatepec, Estado de México, los martes, jueves y sábados, a las 18:30 horas; poco a poco van llegando poco más de 10 mujeres, una por una se saludan y toman una silla. La sesión inicia con la lectura explicando qué es una adicción, una adicta, y los 12 pasos que, décadas atrás ‘Alcohólicos Anónimos’ instauró para ayudar a personas codependientes a una sustancia. Aunque aquí más que una sustancia se habla del amor no correspondido, los celos, violencia, autoestima, seguridad, faltas emocionales y personales; y grandes proyectos a futuro: ser feliz y vivir con menos dificultad.

Karla levanta la mano y pasa al estrado. Saluda a todas, y comienza a contar una parte de su historia. Lleva más de 30 años en relaciones amorosas destructivas, y conforme los años y parejas pasan, cada vez se hace más daño. En cada una ha vivido infidelidades, maltratos y humillaciones. Ha aceptado tener relaciones sexuales sin protección sólo para que su pareja se sintiera bien, también llegó a ejercer el trabajo sexual porque su pareja se lo pedía. Sin embargo, su mayor culpa ha sido interrumpir embarazos en dos ocasiones, porque el hombre con el que estaba no los quiso tener.

“A mí sí me afectó muchísimo el haber abortado a dos hijos. A la fecha es algo que ronda por mi mente. También me pega mucho todo lo que me obligué a soportar con tal de no estar sola”, explicó Karla.

La mujer que tiene poco más de 40 años reconoce que, desde el inicio su familia y amigos le hacían saber que, las relaciones en las que se metía no estaban bien, pero eso poco le importó. En ninguna fue feliz, a pesar de que en su ideal estaba compartir su vida con un hombre que la quisiera, respetará, que fuera trabajador y tuviera ganas de superarse, nunca lo encontró, porque el problema radicaba en ella. En idealizar las relaciones, en presionar y no hacerse cargo de sus acciones.

“Me di cuenta de los vacíos emocionales que venía cargando desde la infancia. La ausencia de mi padre la quería llenar con una pareja. Tenía tanto miedo a estar sola que aceptaba muchas cosas, y cuando lo estaba corría a buscar otra pareja”, confesó Karla.

Hoy, después de varias sesiones con terapeutas, y numerosas personas que le prometieron ayudarla con su adicción, ha logrado superarla, pero con la ayuda de sus compañeras en AHA. Hoy no tiene pareja, y no quiere tenerla porque ha aprendido que estar sola no tiene nada de malo, y también es una manera de quererse. Aunque acepta que su adicción ahí sigue, pero está controlada.

Fernanda, una mujer de la tercera edad, reflexiona sobre cómo su adicción a su esposo influyó negativamente en sus hijos.

Fernanda es una mujer de la tercera edad. Después de décadas con su esposo, se ha dado cuenta que es adicta a él y que esto la ha llevado a golpear y maltratar psicológicamente a sus hijos, cuando éstos eran pequeños. Así desquitaba la ira que le ocasionaba la desatención e infidelidad de su pareja.

Ella explica que la palabra dependencia, es con la que identifica a su pareja y que representa su adicción. Y que problamente todas las acciones que realizó durante décadas dentro de su relación y familia pudo influir en sus hijos, pues uno de ellos padece adicción a las drogas, como reflejo de los maltratos que padeció en su infancia.

Descuidé tanto a mis hijos por estar celando y vigilando a mi marido. Acepte tantos malos tratos, siempre me le puse de tapete. No reconocía mi adicción, ni mis problemas. Pensé que era normal

Fernanda se quiso casar a los 16 años. Desde niña lo que más quería era irse de su casa y ser esposa de alguien. Lo logró, pero acepta que no fue la mejor decisión. 

La relación se volvió difícil y muy tóxica. Quería tener el control de la vida de su pareja. Cuando se enteraba de los cuernos que le ponía su pareja ella los aceptaba con rencor, e intentaba demostrar que ella era mejor que la amante. Siempre se las ingenió para retenerlo.

“Descuidé tanto a mis hijos por estar celando y vigilando a mi marido. Acepte tantos malos tratos, siempre me le puse de tapete. No reconocía mi adicción, ni mis problemas. Pensé que era normal”, explicó Fernanda.

En la actualidad, Fernanda continúa con su pareja. Después de tantos años de maltrato, ha pedido perdón a sus hijos y los ayuda en lo que puede. Sus relaciones son más pacíficas, pero no falta a sus sesiones con AHA porque sigue aprendiendo a manejar su ira y dolor.

Gabriela, una mujer joven con dificultades para manejar su ira y relacionarse con los hombres Gabriela es una mujer joven, no rebasa los 45 años. Y aunque está consciente de sus actos y los problemas que conlleva, aún tiene inconvenientes para relacionarse con los hombres y para controlar su ira.

En su vida ha estado tres veces detenida. La primera fue cuando corrió de su casa a una de sus hijas cuando apenas tenía ocho años de edad. En aquella época su marido acababa de dejarla con todo e hijas, acepta que se dedicó a envenenarle el corazón a las pequeñas, diciéndole que su padre las había dejado y no las quería. Cuando la realidad es que la habían dejado a ella, porque su pareja no aguantó sus celos y falta de control.

El otro día mi hija me preguntó si yo regresaría con su padre quien además me fue infiel muchas veces. Y me horroricé al pensar que sí lo haría. Aún trabajo en mi dependencia.

“En aquella época mi niña quería visitar a su abuelo paterno. Yo le decía que no, y ella lloraba. Me desesperé y la corrí de mi casa. Ella toda pequeña se fue, después me di cuenta de lo que había hecho y fui a buscarla. Su papá se enteró y me denunció. He pedido perdón por ello”, confesó Gabriela.

Para esta mujer es difícil decir que, siempre ha sido la dejada. Nunca ha sido ella quien ponga fin a sus relaciones, son los hombres quienes se hartan de ella y se van. Hasta la fecha, es algo que le duele y aunque intenta aceptarlo, y hablarlo en voz alta con sus compañeras acepta que no le gusta y no quisiera estarlo toda su vida. Aunque entiende que es un proceso.

“El otro día mi hija me preguntó si yo regresaría con su padre quien además me fue infiel muchas veces. Y me horroricé al pensar que sí lo haría. Aún trabajo en mi dependencia”, sentenció Gaby.

Micaela, víctima de violencia física y emocional durante años

Micaela es una mujer de edad, cuando era pequeña su mamá le enseñó que debía hacer de todo para tener a su hombre contento, que debía perdonarle de todo y estar siempre para él. Y ella creyó que se trataba de una verdad absoluta.

Durante muchos años aceptó golpes, violencia psicológica y económica, también muchos celos, y hasta encierros en su propia casa. Ella pensaba que se trataba de amor, que su esposo lo hacía porque la amaba. Pero con el tiempo sintió que no estaba bien.

Empezó a descubrir las infidelidades de su esposo, y se llenó de celos e ira. Lo seguía hasta el trabajo para ver con quién la engañaba.

Un día llena de obsesión, comenzó a planear como matar a su esposo. Esa fue la manera en cómo tocó fondo, pues entendió que no tenía porque ser una asesina… Y así busco ayuda fue con psicólogos, psiquiatras, chamanes, para quitarse la enfermedad de los celos y obsesión, peor nada funcionó. Su última alternativa fue AHA. Y funcionó, porque ahí había más mujeres como ella.

Los nombres de los testimonios fueron modificados. Ya que uno de los principios de este grupo es el anonimato.

  • Cada día las mujeres de este grupo lo viven y piensan como una segunda oportunidad.
  •  Cuando se les preguntó cuánto tiempo llevan dentro del grupo la respuesta es:24 horas.
  • Porque nunca saben cuando podrán salir de su obsesión
  • ¿Qué es una adicción a un hombre? El síntoma de una enfermedad crónica, progresiva e incurable, que se manifiesta en conductas destructivas y peligrosas.
  • ¿Qué es una adicta? Es alguien que a pesar de que sabe que no es normal lo que está viviendo, no puede ni quiere salir de ese estado.
  • Su lema de salvación al llegar aquí, es hacerle saber a esas mujeres que están a salvo. Pues de no haber querido controlar su enfermedad podrían haber acabado muertas, en la cárcel o en una institución médica
  • Les gusta sentir los efectos del amor, pero no saben llevarlo de manera sana. Al final termina por dolerles sentir amor hacia una persona, y transforman una relación en algo destructivo.
  • La palabra clave para referirse al hombre que es su adicción es: mi dependencia.
  •  El sistema de ayuda a mujeres con esta adicción está enfocado al bienestar mental y emocional.

SEM-El Sol de México/de

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