Bellas y airosas | Cuando una mujer escribe su historia 

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Elvira Hernández Carballido

SemMéxico, Pachuca, Hidalgo, 23 de abril, 2025.- “Fue así como empecé esta aventura, la de escribir un libro, la historia de mi vida, la historia de Elia. Quizás pienses ¿qué tendrá de interesante la historia de Elia? ¿Por qué tendría que leerla?   

Me gustaría mucho la leyeras y, si te parece, me cuentes si te identificas en algo que hayas vivido en la historia de tu vida, con la mía. Así, quizás podamos apoyarnos entre nosotras para quitarnos los hubiera. Te cuento que…”

Desde la primera página la voz de María Elia Eva Aguilar Álvarez se vuelve nuestra y su historia nos atrapa de inmediato, volviéndose un espejo, una mano amiga extendida, un hombro para llorar, un puño en alto para jamás darnos por vencidas en una sociedad que nos sigue poniendo mil obstáculos para ser lo que deseamos ser. Este relato es de Elia, pero rápidamente se vuelve de nosotras, para ellas, de todas porque en cada párrafo vamos aprendiendo e inventando con su autora las estrategias para no ceder jamás y sentirnos orgullosas de quienes somos. 

El libro llegó a mis manos porque su hijo, Raúl Roydeen, exalumno y querido amigo, generosamente me invitó a que atisbara la biografía de su mamá. Acepté sin dudarlo, simplemente porque se trataba de una mujer que deseaba a compartir lo que vivió. El título delata una gran humildad porque rinde tributo a quienes la ayudaron en diferentes etapas a enfrentar, sobrevivir y disfrutar su ayer y hoy, por ello se titula: “Una vida y los maestros en mi pasado”.

“¡Oye! ¡Sí, tú! Dime si alguna vez te has preguntado por qué encontraste o te cruzaste con alguien en algún lugar en el camino de tu vida o, quizás, algo significativo en ella que te hiciera pensar ¿por qué o para qué ocurrió?

Yo creo que no existen las casualidades, que estos hechos ocurren por una causa o porque tienen un propósito. Por eso te comparto experiencias y vivencias con los maestros en mi pasado, ellos se cruzaron en mi camino y en mi vida para dejarme una enseñanza y me dieron las herramientas necesarias para aprender a sanar, para ser fuerte, para quitar el miedo y así tomar decisiones en mi vida día con día, para aprender y encontrar un sentido a mi vida.” 

Admiro su iniciativa de compartir lo que ha vivido y de prepararse para hacerlo. Alabo la solidaridad de su hija, que la inscribió en un taller literario y la sororidad masculina de su hijo al revisar el estilo del texto. Elia aprendió bien y su alma creativa la inspiró porque su narrativa logra cautivarnos, crea una empatía inmediata con la mirada lectora y nos permite atestiguar, sin ningún heroísmo de su parte, los momentos de su infancia, adolescencia y adultez. 

Así, conocemos a la niña Elia, cuyo nacimiento provocó un desencanto familiar, el padre deseaba hijos hombres, no mujeres. La pequeña observaba discreta las grandes celebraciones cuando nacían los varones, a quienes, por cierto, ella deberá cuidar. No importa la edad, como mujer debe lavar, hacer de comer, limpiar la casa, para eso, le reiteran una y otra vez, nacen todas las mujeres. Sin embargo, Elia no cree en esa sentencia, aprenderá a protestar, aunque ello traiga como consecuencias castigos o que su padre deje de hablarle. No se conformará con estudiar solamente la primaria y argumentará valiente, decidirá con entereza que ella seguirá preparándose. De esta manera, logra aprender cuestiones de contabilidad y de secretaria. Elia descubre que el trabajo le ofrece la independencia anhelada, aunque conocerá a un hombre mayor con quien se casará. 

Poco a poco, deberá enfrentar, tolerar o soportar las actitudes machistas que imperan a su alrededor. Cada escena descrita la vives con ella, siempre con admiración, otras con coraje o con gran impotencia, pero nunca dejas de confiar en que podrá salir adelante. Ahí está Elia cuando debe irse sola al hospital y parir sin más compañía que la criatura que esperó con ilusión. La indiferencia masculina no la derrota, decide trabajar para ser la única responsable del crecimiento de su primera hija, de su hijo y de una pequeña que murió al cumplir los 9 años. Es mal atendida en su tercer parto, tenían que hacerle una cesárea, pero al médico no se la realiza porque le molestó que ella le pidiera operarla para no volverse a embarazar. El galeno le exigía el permiso firmado del marido y no respeta la decisión que la joven mujer estaba tomando sobre su propio cuerpo. Esa mala atención provoca que su bebé sufra un terrible padecimiento.

Pese a todo, la vida relatada no es un drama, es un ejemplo de creer en sí misma -en nosotras mismas- y de aproximarse a quienes pueden brindar la ayuda necesaria para encontrar una vocación, trabajar con gran compromiso y jamás darse por vencida. Por eso, nuestra protagonista buscará apoyo y así encontrará a los maestros y a las maestras que la orientarán para encontrar la manera de trabajar en algo donde aproveche sus habilidades y aptitudes. 

No hay enfermedad que la detenga, ni tampoco machismo que logre amenazarla o envidias que logren cerrarle puertas. Creativa, segura y fuerte, irá venciendo los tiempos difíciles y disfrutará los momentos de felicidad. Nada fue sencillo, pero su tesón y hasta necedad, logran que en su vida adulta valore lo aprendido y esté dispuesta a seguir adelante por ella, solamente por ella:

“Siempre hay que seguir, darse la oportunidad y buscar un motivo para nuestras vidas, quitarse apegos, no tener expectativas de nada ni de nadie, hacernos cargo de nuestra felicidad, porque nadie está para hacernos felices ni es responsabilidad de ellos. Que no importe la edad para buscar lo que anhelamos, porque la edad es sólo un número, porque lo que importa es crear la clase de vida que queremos tener.”

Hacer visibles a las mujeres en su cotidianidad y en su lucha constante por no dejarse imponer estereotipos o roles asignados, inspira sin duda alguna. ¿Cuántas “Elías” hay en cada hogar mexicano y que han sabido ir en busca de su independencia pese a todos los pronósticos de una sociedad que nos ha mantenido en el silencio y en el olvido? Les invito a leer esta historia de Elia Aguilar, una mujer que con su relato es ahora una maestra de vida. 

Ficha: Aguilar Álvarez María Elia Eva. Una vida y los maestros en mi pasado. Elementum, 2025. Pueden solicitar el libro en la tienda en línea de la editorial o escribir por Messenger a su Facebook o al correo editorialelementum@gmail.com

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