Isabel Ortega Morales
SemMéxico, Chilpancingo, 28 de julio, 2025.- Hace más de tres décadas, es decir, 30 años, aquí en Chilpancingo, capital de Guerrero y de la América Septentrional declarada así por Don José María Morelos y Pavón, Mica se convirtió en indigente. Era una mujer preparada en su actividad de estilista donde sus servicios eran muy solicitados y tenía una tienda de ropa. De carácter alegre, se enamoró y esa relación no fue bien vista por los familiares de su mamá ni por su mamá misma que le cuestionaron que quién se haría cargo de su progenitora si ella se casaba, y parece, algo le dieron de beber para retenerla. Perdió todo.
Antes de perder por completo su identidad solía visitar a sus antiguas clientas en sus casas o negocios y ahí les daba pedicura y manicura o corte de cabello. Poco a poco la luz de su memoria se fue y quedó en la calle, acompañada de algunos perritos que ella defendía a grito y a su vez, estos perritos la defendían con gruñidos.
De su casa ella no supo nada, su casa fue la calle con techos de cartón que doblaba y que cambiaba cuando la lluvia las hacía una masa.
No estaba en alguna colonia olvidada, estaba en una de las calles principales de Chilpancingo, afuera de una tienda de conveniencia y afuera de algunas cafeterías donde cantaba para recibir unas monedas que ella cambiaba por comida.
Una madrugada, la organización humanitaria Cadena de Favores A.C., acompañado por mujeres policías, de elementos médicos y de una ambulancia fueron por ella para trasladarla a un centro cristiano de Guanajuato donde fue bañada, vestida con ropa limpia, con un espacio donde dormir, con alimentos.
Y entonces, solo entonces, cuando dejó de ser parte del paisaje de la Capital, la presidenta de Derechos Humanos de Guerrero, la recién reelecta por el Congreso local para ese cargo, Cecilia Narciso Gaytán, protestó porque se llevaron a Mica y le violaron sus derechos humanos. Otra organización cristiana de Derechos Humanos de Chilpancingo, encabezados por un sacerdote, también protestó.
¿Por qué no le ayudaron cuando estaba en situación de indigencia? ¿Mica no tuvo en más de 30 años la voluntad de estas dos organizaciones defensoras de los derechos humanos piedad y ser merecedora por él y ella de ser atendida, canalizada a un centro de atención, por qué no le extendieron la mano para levantarla, porqué ahora están protestando y recordando los derechos humanos de Mica? ¿acaso desean que sea retornada a las calles donde vivió en indigencia o será atendida por ellos?
La Organización llevó a otra mujer en situación de indigencia a las oficinas de Cecilia Narciso para que les oriente sobre los derechos humanos para que la atiendan y deje de deambular sobre la autopista del sol. No los recibió la presidenta de Derechos Humanos.
¿Eso que quiere decir? ¿Hay alguien interesado en que no se les brinde atención? ¿O es un mensaje político, de qué mano desde la oscuridad mece la cuna?
Cecilia Narciso ha estado muy cerca del gobierno estatal y es invitada permanente a eventos diversos de diversa índole por el alto encargo que tiene que no es menor.
No me queda claro porque siendo mujer no se solidarizó con Mica antes ni con Yami ahora. Me pregunto ¿por qué?
En momentos de crisis de violencia que estas mujeres estén en situación de calle las pone en alto riesgo.
¿Por qué no proponer a las autoridades la creación de espacios de atención, el impulso de políticas públicas que incluso motiven la indiferencia ciudadana para trocarla en solidaridad?
O ahora, ¿a quienes como Cadena de Favores que buscan desde la filantropía retornar la dignidad humana a estas mujeres, se busca coartarlas? ¿La cuna se mueve, quien y porqué la mece?