Drina Ergueta
SemMéxico, La Paz, Bolivia, 1 de agosto, 2025.- La política boliviana Ruth Nina está en prisión y lo estará de manera preventiva por un espacio de tres meses por pasarse a la hora de abrir la boca, aunque sus cargos son instigación pública para delinquir, amenazas y obstaculización del proceso electoral. Esto se produce en un contexto electoral en el que mucha gente dice más de la cuenta, pero es a ella a la que le han sentado la mano.
¿Quién es Ruth Nina? Es una mujer que siempre ha tenido algo que decir y posiblemente por ello ha destacado en los espacios en los que ha estado. Es abogada y ha sido dirigente de asociaciones y sindicatos de policías, del sector trasporte y de comerciantes. De hecho, ella defiende sus posturas ‘como si estuviese en el mercado’, como lo hacen muchas mujeres empoderadas que tienen un origen popular y que no gustan a alguien ‘refinado’.
En política ha tenido vaivenes que van de un extremo al otro. En 2014 fue candidata a segunda senadora por Cochabamba con el presidenciable de derecha Jorge Tuto Quiroga. En 2019, Nina se postula a la presidencia con el Partido de Acción Nacional Boliviano (Pan-Bol) y durante el conflicto que dividió al país ella se posicionó claramente en contra de Evo Morales. En 2020 se presentó como candidata a la vicepresidencia, sin éxito; y este 2025 buscó postularse a la presidencia nuevamente por Pan-Bol y en eso, dando un giro a posturas anteriores, estableció un acuerdo con Evo Morales que no tenía partido al haber perdido el control del suyo. Nina le dio su sigla para acceda a las elecciones; sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral la inhabilitó al no haber logrado mínimo en las elecciones de 2020. Esto generó las declaraciones que la llevaron tras las rejas:
“El 17 de agosto no puede haber una elección sin la participación de las clases populares, de las naciones indígenas y sin un candidato que el pueblo ha elegido (…) hemos decidido que, el 17 de agosto, preferimos dar nuestras vidas antes que permitir que vengan a obligarnos a elegir a sus candidatos de la derecha y, ese día, el Tribunal Electoral y el gobierno, en vez de contar votos va a contar muertos. Eso va a pasar si atentan contra nuestras comunidades indígenas, si nos obligan a votar por aquellos (…) nuestras vidas las vamos a dar…”
Se le acusa de “instigación pública a delinquir, amenazas y obstrucción al proceso electoral”. En los medios, la palabra “amenaza” salió a relucir constantemente. Vamos a analizar brevemente las declaraciones de Nina.
De manera literal, Nina no amenazó. Lo que hizo fue advertir sobre las muertes de ella y los suyos y no especifica de qué manera morirían, si fuera una inmolación o si alguien les mataría. También señaló que esas muertes son preferibles antes que votar por candidatos de derecha. No habló de enfrentamientos físicos ni de armas de ningún tipo.
Es evidente que utilizó una hipérbole, una exageración, seguramente no de buen gusto ni atinada, para señalar su disposición, de ella y su grupo, a todo con tal que “las clases populares” y “las naciones indígenas” tengan una candidatura que les represente. Habla más de sacrificio que de amenaza y sí es una declaración violenta.
De manera implícita, de esa declaración se puede interpretar lo que se desee, según el punto de vista. Ella señaló, posteriormente, que utilizó “un lenguaje revolucionario” tal como así lo entiende ella. Podría interpretarse también que pone en riesgo el proceso electoral, o no.
Voy a usar un ejemplo sobre lo que podría entenderse como “obstrucción al proceso electoral”, no daré nombres porque no me interesan las personas sino el hecho. En un canal de youtube de dos conocidos periodistas bolivianos en uno de sus títulos pone: “¡Golpe contra Hassenteufel! Se viene un madurazo” y en su contenido se afirma que se produjo un golpe contra el vicepresidente del TSE, Oscar Hassenteufel, y que “todo indica” que se estaría gestando desde este Tribunal y el gobierno unas elecciones fraudulentas para quedarse en el poder. Dado que son periodistas conocidos ¿Acaso no ponen en riesgo las elecciones al quitarles legitimidad? ¿No se tendría que aplicar la misma rigurosidad que contra Nina? Hay muchos más ejemplos de este tipo.
Lo que es imperdonable de Nina es que haya apoyado a Morales y en ese sentido se aplica la justicia. El hecho de que sea mujer y sin poder real hace que sea más vulnerable. Ella es muy bocona y, tal como están las cosas, eso se permite siempre que no utilice su atributo a favor de quien no debe.