Urge Silvia Elena Giorguli Saucedo a incluir la perspectiva de género para modificar, anticipar y corregir las desigualdades
Rectoras y directoras de instituciones educativas hablaron de los retos en la búsqueda de la igualdad y equidad de género
Redacción
SemMéxico, Cd. de México, 7 de septiembre, 2025.- El desafío de nuestra época no es únicamente que las mujeres ingresen y concluyan la educación superior, sino garantizar que lo hagan en espacios libres de violencia, con seguridad y dignidad, se estableció en el Encuentro de Rectoras de Universidades y Directoras de Instituciones de Educación Superior (IES).
En el Panel Retos y perspectivas en la búsqueda de la igualdad y la equidad de género en la educación superior, la presidenta de El Colegio de México, Silvia Elena Giorguli Saucedo, aseguró que incluir la perspectiva de género en esas instituciones es indispensable para modificar, anticipar y corregir las desigualdades; pero “debe estar vinculado con una discusión más amplia de la planeación de nuestras IES y vinculado con otros aspectos, como cultura de paz”.
En la actividad académica realizada en el Centro de Exposiciones y Congresos UNAM, añadió: En el Colegio trabajamos con un modelo de igualdad de género centrado en la idea de promover la igualdad de trato y oportunidades entre ellos y ellas, y la erradicación de las violencias.
Resaltó la importancia de las estrategias para modificar las desigualdades invisibilizadas y normalizadas hacia la consolidación de espacios universitarios que garanticen la igualdad y la no discriminación; “lo que hagamos en este ámbito, permea otras áreas de la universidad” donde también se requiere promover un trato igualitario.
La también integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM consideró que entre los principales avances en este ámbito se encuentra el establecimiento de la agenda de género de las instituciones; no obstante, en términos de la implementación, falta discutir aspectos como la velocidad del cambio. “Hemos avanzado, pero nos falta acelerar el paso”.
Más adelante reconoció que se han implementado acciones, pero estimó que falta que se consoliden; por ejemplo, las diferencias en la promoción en el Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores; en la erradicación y prevención de las violencias de género hay protocolos, el desafío es que la comunidad los conozca y los utilice.
A su vez, la rectora de la Universidad Pedagógica Nacional, Rosa María Torres Hernández, señaló que en 2020 en la Ciudad de México 68.65 por ciento de las personas analfabetas eran mujeres. “La cifra nos recuerda que, si bien hemos alcanzado paridad en los niveles superiores, aún hay algunas que no acceden al derecho básico de leer y escribir, lo que genera una desigualdad desde el inicio”.
En el ámbito escolar, la prevalencia de los diferentes tipos de violencias alcanza hasta 32 por ciento y lo más grave es que cerca de 70 por ciento de las mujeres refieren no conocer la existencia de protocolos o medidas para atender esa problemática en sus instituciones educativas, alertó.
Tenemos que garantizar que concluyan la enseñanza superior en espacios seguros. “Ese es el compromiso que debemos asumir con firmeza: consolidar los logros alcanzados y erradicar las brechas y las violencias que persisten”, apuntó en el acto efectuado en ocasión de la VII Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios 2025.
Torres Hernández manifestó que los esfuerzos por la igualdad de género no se construyen en soledad, sino a partir del diálogo y la articulación entre instituciones. La colaboración interinstitucional permite identificar avances, compartir experiencias y fortalecer las acciones que cada universidad impulsa en favor de la igualdad. Solo así es posible generar una agenda común que coloque a las mujeres en el centro de la transformación educativa.
La rectora de la Universidad Insurgentes, Adriana Portilla Rendón, coincidió en que no se ha logrado que las aulas se constituyan en un espacio seguro para las mujeres. “Hemos roto techos de cristal, pero los datos en el contexto de igualdad y equidad muestran que no es así; refieren que el mundo que enfrentamos mantiene la polarización, la desigualdad, la violencia en diferentes formas, y que la construcción de paz es una necesidad urgente”.
Las universidades, opinó, deben ser sitios para el diálogo, la negociación y transformación en un contexto de sororidad, de reconocimiento de la igualdad y equidad. Necesitamos un parteaguas para avanzar en un contexto de democracia, en un ambiente de reconocimiento de diferencias y de una cultura de no violencia para ellas y la diversidad existente en las aulas.
La rectora sugirió integrar la perspectiva de género y de derechos humanos de manera transversal en las asignaturas, e incluir esas materias desde los niveles básicos porque “si lo hacemos hasta llegar a los niveles universitarios, iríamos bastante tarde”.
Urge que las instituciones educativas asuman el compromiso con estos principios, busquen acciones concretas e incluyan la formación integral y la aplicación de estrategias innovadoras con base en el bienestar emocional, argumentó Portilla Rendón.
Al hacer uso de la palabra, la directora del Instituto Tecnológico de Tláhuac, Angélica Cajero Martínez, recalcó que la educación es clave para la autonomía y el empoderamiento, “convirtiéndose en una fuerza transformadora que impulsa el cambio económico, social y político de las comunidades”.
Tenemos que seguir avanzando. El camino no es fácil, pero con la suma de voluntades en nuestras instituciones podemos ir disminuyendo las brechas de desigualdad, afirmó en el salón Jaime García Terrés.
Estimó necesario dar mayor seguridad a las jóvenes de participar en carreras como ingeniería automotriz; en el caso de su institución, están inscritos 30 jóvenes, pero solo una es mujer; “ellas también pueden cursar ese tipo de licenciaturas y tenemos mucho qué hacer para incrementar esos índices”.
Es momento de ejecutar acciones para construir espacios de empoderamiento de las mujeres, para que puedan concretar un cambio en sus comunidades y en el país, dijo Cajero Martínez ante la directora del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, Gabriela de la Cruz Flores, quien moderó el Panel.