- Llaman a no instalar el Grupo de Amistad México-Nicaragua programado para el próximo martes
- Acusan que Ortega se ha perpetuado en el poder mediante fraudes electorales y represión
Micaela Márquez
SemMéxico, Cuidad de México, 3 de octubre, 2025.- Un grupo de exiliados nicaragüenses en México junto con organizaciones sociales y personalidades mexicanas piden a las y los diputados no instalar el Grupo de Amistad México-Nicaragua, programado para el próximo martes 7 de octubre, dado que sólo busca vender la idea de que México respalda la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo que ha sido repudiada internacionalmente.
Recuerdan que desde 2007, Daniel Ortega se ha perpetuado en el poder mediante fraudes electorales, represión y una reforma constitucional que legalizó a las fuerzas paramilitaresy creó la figura de “copresidentes” para garantizar la continuidad de Murillo sin elecciones.
Advierten de la presencia en México del coronel Juan Carlos Martínez Canales, exjefe de inteligencia del Ejército de Nicaragua, designado como agregado militar en la embajada nicaragüense, lo que consideran un riesgo para los refugiados, como ya ocurrió en Costa Rica con atentados contra opositores exiliados.
La carta se dirige a las y los diputados integrantes del Grupo de Amistad México Nicaragua integrado por Pedro Vásquez González, presidente del Grupo de Amistad, los diputados Jesús Fernando García Hernández del Partido del Trabajo, así como los diputados de Movimiento Ciudadano Jesús Roberto Corral Ordoñez, Juan Ignacio Zabala Gutiérrez y las diputadas morenistas Ariadna Barrera Vásquez, María Magdalena Rosales Cruz y María Damaris Silva Santiago.
Destacan que uno de los principales integrantes de la delegación enviada a México por el régimen de Nicaragua es nada menos que el alcalde sandinista de Matagalpa, Zadrach Zeledón, señalado por las Naciones Unidas como responsable de graves crímenes de lesa humanidad cometidos a partir de 2018 y de la formación de grupos paramilitares que persiguieron y asesinaron a opositores y disidentes en el norte del país.
“Les instamos muy respetuosamente que no sean partícipes de la instalación del Grupo Amistad México-Nicaragua y, más bien, que demanden al régimen de Nicaragua que dé pruebas de vida de los 31 presos desaparecidos y que libere a las personas prisioneras. Aún más, les solicitamos que pidan se respeten los Derechos Humanos, que cese la represión y retorne la democracia en nuestra Nicaragua”.
En una información muy resumida señalan la represión, el crimen y el terror en el que viven las y los nicaragüenses. Detallan que más de 355 personas fueron asesinadas en la represión de abril de 2018, que actualmente existen 75 presos políticos —31 de ellos desaparecidos— y que al menos 935 mil nicaragüenses han huido del país en los últimos años, el 14 por ciento de la población del país.
También denuncian la persecución contra la Iglesia católica, el cierre de más de cinco mil 700 organizaciones no gubernamentales y la confiscación de universidades y medios de comunicación.
La comunidad internacional ha emitido centeneres de advertencias de lo que está pasando en Nicaragua. La Organización de Estados Americanos, la Organización de las Naciones Unidas, la Corte Interamericana de Justicia, el Vaticano, la Unión Europea, el Centro Carter y los gobiernos de Estados Unidos, Chile, Brasil y Colombia, entre otros, han sido críticos de la represión y falta de democracia.
En abril pasado, en su último informe, el Grupo de Expertos en DDHH de la ONU para Nicaragua (GHREN), declaró que la represión se ha incrementado sustancialmente y que ha trascendido fronteras adquiriendo una modalidad transnacional.
México apoyó las luchas del pueblo de Nicaragua en su liberación de la dictadura de Somoza y contribuyó a la pacificación de Centroamérica en los años 80, promoviendo el Grupo Contadora y los Acuerdos de Esquipulas. Creemos que México tiene ahora que hacerse presente apoyando la salida a la crisis de Nicaragua, y los diputados de su partido pueden dar la campanada inicial, con su rechazo explícito a la creación del Grupo de Amistad México-Nicaragua.
La carta está firmada por colectivos de exiliados nicaragüenses en México, así como por académicos, periodistas, activistas y exlegisladores mexicanos, entre ellos Nancy Cárdenas, Fred Álvarez Palafox, Carlos Sotelo García y Sara Lovera López.
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