- El gobierno de Brugada sigue sin dar una respuesta sobre los hechos
- “No queremos futbol, queremos justicia”, dice Aracelia Guerrero
Soledad Jarquín Edgar
SemMéxico, Ciudad de México, 7 de octubre, 2025.- Por segunda ocasión, la cruz rosa instalada el pasado 13 de septiembre, fue cortada del jardín No Estamos Todas, ubicada en una de las puntas de la Glorieta de las Mujeres que Luchan.
En la faena del domingo 13 de octubre, madres, hermanas, así como hijas e hijos de víctimas de feminicidio realizaron las tareas de excavar y “sembrar” las cruces una de las cuales fue arrancada en días pasados, sin que hasta el momento las autoridades de la Ciudad de México den una explicación sobre lo sucedido.
Esa cruz era la más grande, que junto con otras más pequeñas fue colocada en un acto de memoria por las mujeres que han sido víctimas de feminicidio y no han recibido justicia.

“Nuevamente atacaron el sitio”, señala en entrevista Aracelia Guerrero Rodríguez, quien sostiene que con esta acción se revictimiza a las mujeres que han sido asesinadas y a sus familias en la pretensión de borrar la memoria de las que ya no están y que no han recibido justicia y verdad.
Añadió que la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, debe dar una explicación y velar porque se detengan los ataque contra el sitio ubicado en la avenida Reforma.
Lamentó que las autoridades sostuvieron que fueron las feministas que marcharon el pasado 28 de septiembre Día por la Despenalización del Aborto, quienes habrían arrancado la cruz, sin embargo, sostuvo Guerrero Rodríguez “nosotras tenemos las pruebas de que esa cruz estaba en pie después del 28 de septiembre”.
No queremos un mundial, queremos justicia
Lo que le decimos a la jefa de gobierno, Clara Brugada, es que no queremos mundial, queremos justicia, dice Guerrero Rodríguez.
Explica que “la mafia” de la FIFA puso como condición al gobierno mexicano, en un comunicado, evitar los mensajes que tuvieran relación con la violencia y las personas desaparecidas, como parte de los preparativos del próximo mundial en el cual México, junto con Canadá y Estados Unidos serán sedes de la Copa Mundial de Futbol.
Exigencia que abrió un nuevo flanco en los ataques a la Glorieta de las Mujeres que Luchan y otros antimonumentos con la finalidad de destruirlos.

La defensora explica que este año tuvieron información que revela la intención del gobierno de la CDMX de desarticular los memoriales que en los últimos años se ha colocado en distintas partes de la ciudad de México y de manera especial la Glorieta, +43 y nos mosaicos que se colocaron en el zócalo de la ciudad de México en memoria de personas desaparecidas y la glorieta de las personas desaparecidas, considerados “focos rojos” y hacer que hacer parecer los ataques como actos vandálicos.
Hicimos la denuncia pública y lo que dijimos ha ido pasando poco a poco, dice la activista, quien narra que primero se prendió fuego a la antimonumenta +43, destruyendo los mosaicos de los jóvenes desaparecidos de la Escuela Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa y el código QR (quick response, respuesta rápida) de se informa de manera precisa de por qué el Ejército mexicano tiene que entregar los 800 folios y su participación en la desaparición.
Ese, plantea Aracelia Guerrero Rodríguez, fue uno de los casos más evidentes, como la pretensión en septiembre pasado de retirar las vallas metálicas de la Glorieta de las Mujeres que Luchan, que tuvieron que devolver al día siguiente y justificaron que los trabajadores se habían equivocado.
La Glorieta de las Mujeres que Luchan un lugar que habitamos
Guerrero Rodríguez cuenta que la Glorieta de las Mujeres que Luchan nació en un momento político no favorable. “Primero la política de (Andrés Manuel) López Obrador contra las feministas y las manifestaciones lo que provocó desencuentros” con la cuarta transformación, incluso, señaló que la palabra feminicidio se había inventado para molestarlo o que todas las feministas eran de derecha. Acciones que provocaron que las expectativas de ese nuevo gobierno fueran cayendo.
Recordó que en la Ciudad de México se habían empezado a instalar antimonumentos como “una ruta de la memoria y como parte de las luchas” y como parte de ello el movimiento “lo vamos a derribar” buscaba quitar a Cristóbal Colón, la primera estatua colocada sobre Paseo de la Reforma, avenida diseñada para contar la historia de México.

En la avenida, refiere, hay más de 70 estatuas de hombres y sólo dos representaciones femeninas, una la Victoria Alada, conocida como el Ángel de la Independencia y otra la Diana Cazadora, de quien el presidente Manuel Ávila Camacho dijo, durante la inauguración, que se colocaba para embellecer la ciudad, “es decir, la mujer como un objeto de belleza y no como sujetos de reconocimiento por las diversas contribuciones al país”, señala.
Cuando en 2020 se retira la estatua de Colón, supuestamente para restaurarla, “pensamos seriamente en que esa glorieta debía ser dedicada a la lucha de las mujeres”.
Por supuesto, añade, la respuesta de la jefa de Gobierno de entonces no fue nada buena. Hubo represión. Primero pensaron en colocar una cabeza gigante, Tlalli, de Pedro Reyes, quien decía que buscaba causar “amor a primera vista”, una decisión desatinada. Fue entonces que decidimos tomar la glorieta un 25 de septiembre de 2021 y colocamos en el pedestal a “La Justicia”.
Las primeras que llegaron fueron colectivas de buscadoras, madres de víctimas de feminicidio, afromexicanas, indígenas, defensoras de presas y presos políticos, artistas y periodistas, un frente amplio.
En 2022 pretendieron colocar a Amajac, que es el nombre de la población donde supuestamente un grupo de pescadores localizó la figura que dijeron que era una diosa, después una mujer, una niña y finalmente una gobernanta, “hasta hoy no se sabe a ciencia cierta de quién se trata o a quien representa Amajac, lo que sí estaba claro era el plan político.
Guerrero Rodríguez cuenta que, incluso, tuvieron que meter una solicitud de medidas precautorias ante la CNDH, donde se le indicó al gobierno de la CDMX que no podía intervenir y dio lugar a un largo proceso de mesas de trabajo. Después, cuando vieron que no íbamos acceder, iniciaron una campaña utilizando funcionarias que se autonombraban indígenas diciendo que ellas sí querían a Amajac.
El resultado fue el inicio de persecución contra madres de víctimas de feminicidio, lo cual fue muy grave, porque entendimos que harían cualquier cosa para cumplir un capricho, en el que nos acusaban de pretender quitar un espacio para las mujeres indígenas, cuando en realidad eran ellos quienes invisibilizaban a las mujeres que estaban en el movimiento por la Glorieta, algunas de Oaxaca, Guerrero o de Michoacán, entre otras.
La Justicia
En el pedestal ocupado desde 1877 hasta 2020 por Colón, se colocó a “La Justicia”, una silueta femenina de color morado, con el puño izquierdo levantado, la palabra justicia en la base por la parte de atrás y una estrella, elementos que consideramos fundamentales. “Algunas personas piensan que es una niña y está bien, porque también representa la esperanza”.
Fue esa la primera glorieta de Paseo de la Reforma “tomada” por la ciudadanía y a decir de Araceli Osorio, madre de una víctima de feminicidio, “a la glorieta nosotras la habitamos”, pero además nosotras nombramos, agrega Aracelia Guerrero.

Eso, sin duda, descolocó y por supuesto que enojó a las autoridades, porque ocupar la glorieta venía de un acto de legitimidad absoluta, construida por la trayectoria de lucha impecable de mujeres que han vivido cosas que no debieron vivir y que dan la cara por ellas y por las que vienen.
Por eso, a diferencia del memorial del feminicidio que se intervino sobre la muralla de vallas que el gobierno federal había colocado en 2021 durante la marcha del 8 de marzo con los nombres de las víctimas, en las vallas de la Glorieta de las Mujeres que Luchan se pudieron los nombres de las madres que buscan a sus hijos e hijas desaparecidas y de las víctimas de feminicidio.
Una forma de apropiación del espacio público por parte de la ciudadanía a diferencia del pasado cuando el gobierno decidía qué colocar. Esta vez no fue así, en esta lucha hay un fondo, ahí están las madres, las que acompañan las búsquedas de personas o de justicia, mujeres que ponen en ello amor y el alma, ante una lucha oscura que no deberían pasar nunca, puntualiza Aracelia Guerrero, quien insiste en que seguirán esperando una respuesta real de la jefa de gobierno Clara Brugada.
La Glorieta de las Mujeres que Luchan es el esfuerzo de muchas personas por sostener la memoria de quienes ya no están, puntualiza.
SEM/sj