En México las instituciones sólo se cubren el 30 por ciento de las necesidades de cuidados, dejando a las familias todo lo demás
Análisis surgido en a 4ª. Conferencia Internacional sobre Financiación para el desarrollo, de Sevilla, España
XVI Conferencia Regional sobre la Mujer de la CEPAL, analizará como centro la economía de los cuidados
Sara Lovera
SemMéxico, Cd. de México, 21 de julio, 2025.- El gobierno mexicano solamente cubre el 30 por ciento de las necesidades de cuidado para la población que los requiere, como las infancias, la población adulta, la indígena y afro mexicana.
Mínima cobertura de guarderías para menores de 5 años o atención a personas de más de 60 años; sólo cuenta con una infraestructura del 10 por ciento, (hospitales o casas de día) lo que significa mantener una de las brechas más amplias en el panorama latinoamericano, por debajo de países como El Salvador.
Con ese déficit económico y social el gobierno participará será sede de la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer de la CEPAL, que se celebrará en la capital del país del del 12 al 15 de agosto y que analizará con tema central el de los cuidados. En el país, hasta ahora, ni plan ni financiamiento.
La brecha de cuidados en México llega a ser hasta del 90 por ciento para ciertas regiones del país, parala infancia y las personas mayores; es aguda hasta en 99 por ciento para la población indígena y afrodescendiente; ONU opina que si se quisiera remediar esta situación, para reducirla hasta en un 50 por ciento, las finanzas públicas tendrían que invertir apenas el 0.5 del producto interno bruto.
Esto reveló la información surgida en la 4ª. Conferencia Internacional sobre Financiación para el desarrollo promovida por la ONU y celerada en junio pasado en Sevilla, España, que analizó la condición femenina, las metas para el desarrollo y especialmente la economía de los cuidados.
La conferencia para el desarrollo económico y social del mundo identificó que el financiamiento en América Latina y el Caribe, para la población dependiente es escasa o casi nula; la cobertura de cuidados en instituciones para la población en situación de dependencia, para las niñas y niños más pequeños y algo superior en el caso de quienes tienen 2 y 3 años, se ha hecho a un lado, México no es distinto a los países de la región latinoamericana y caribeña.
Señala que los estudios y la información recopilada, pensando en el desarrollo, muestra la magnitud del desafío que debe enfrentar México para atender las necesidades de cuidado en los próximos años, con una población que envejece y millones de mujeres sin oportunidades de desarrollo. Conmina a variar la política y la economía.
Rutas para mejorar
El informe de Sevilla identifica cinco elementos para avanzar en el objetivo de una política de cuidados, tema de la Conferencia Regional tan publicitado, a pesar de que la creación del sistema nacional sigue pendiente en el Congreso como ley y según información y declaraciones oficiales, no se puede avanzar por falta de recursos.
Los elementos propuestos por Sevilla son: transferencias fiscales intergubernamentales, ingresos propios locales, acceso a mercados de capital nacionales, fondos de inversión adaptados a las ciudades y mecanismos de garantía globales. O sea un cambio de fondo para transformar la organización económica y social desde el reconocimiento de los cuidados como derecho y propósito, con visión de futuro.
En esa cumbre internacional se puso en claro la urgente necesidad de financiamiento para los cuidados en México debe tomar en cuenta, porque tiene una deuda histórica con las mujeres.
Llama a actuar de inmediato
En México 31.7 millones de personas mayores de 15 años se hacen cargo de las familias, la infancia, de las personas dependientes, e incluso del 2 por ciento de discapacitados. El cuidado lo realizan 75.1% mujeres; se carga a cada familia, lo que el informe llama en domicilio.
Sevilla dio un peso específico a las políticas oficiales de género, para conseguir salvar el desarrollo mundial.
El informe fue elaborado por la ONU, los gobiernos y representantes de la sociedad civil y dice que en México se ha preferido dar toda la carga a las familias, el cuidado en los domicilios, no en las instituciones.
Las mujeres aportan con trabajo no remunerado cerca del 25 por ciento del producto interno bruto; su trabajo es en promedio de 38.9 horas semanales, frente a las 30.6 de los hombres, según la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC, 2022) y los estudios de uso del tiempo de CEPAL.
Financiamiento el punto principal, pero no solo
El análisis señala que se hizo por ONU Mujeres y la OIT identifica las deficiencias de cobertura en los servicios de cuidado -(incluyendo la salud pública, los cuidados de larga duración, el cuidado y la educación de la primera infancia, y la educación primaria y secundaria- por lo que recomienda , estimar los costos de las inversiones y del gasto público necesarios para superarlas y evaluar los beneficios sociales, laborales y fiscales que estas inversiones generarían a corto y largo plazo.
Afirma que los datos analizados resultan elocuentes y muestran una cobertura muy baja para la población en situación de dependencia, abarca casi la totalidad de ella independientemente del nivel de severidad y Grafica esa crisis.
El 30 por ciento de los cuidados son los que proporcionan las instituciones, el 70 por ciento las familias, los costos no llegan a más del 0.25 del PIB y el autofinanciamiento -el que hacen las familias- significa el 29.7 por ciento; en infraestructura el gobierno sólo cubre el 10 por ciento.
La expansión de esta cobertura, deseable, calculó la reunión de Sevilla requeriría para cubrir el 50 por ciento de las necesidades, sólo el 2.13 por ciento del PIB, que podría enderezarse en los proyectos presupuestales de 2026.
Importancia económica y social de los cuidados
El diagnóstico para América Latina es duro según concluyó la 4ª. Conferencia Internacional sobre Financiación para el desarrollo, empieza por reconocer que la región Latinoamericana vive en un contexto de creciente desigualdad, fragmentación geopolítica y emergencia climática, lo que obliga como algo fundamental “repensar la arquitectura financiera desde una perspectiva de justicia económica, social y de género”.
Sostiene que con datos claros se puede decir que la inversión pública y la cooperación internacional no están respondiendo con la velocidad ni la escala necesarias para cerrar las brechas estructurales que afectan a las mujeres y niñas en América Latina y el Caribe.
Las agendas de cuidados, trabajo decente, transición ecológica, inclusión financiera y autonomía económica de las mujeres siguen estando subfinanciadas a pesar de su potencial transformador.
La 4a Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo en Sevilla, dice el informe, se convierte así en una plataforma clave para reabrir debates de fondo sobre cómo se distribuyen los recursos, quién define las prioridades y qué mecanismos de rendición de cuentas se ponen en marcha.
Más allá de recursos directos -las becas en México-, sostiene que no se trata solo de movilizar más recursos, sino de orientar mejor el gasto público, priorizando las políticas que garantizan derechos, redistribuyen poder y aborden las múltiples formas de discriminación que enfrentan las mujeres.
En este sentido, la agenda de cuidados emerge como un eje estratégico para transitar hacia economías más inclusivas, resilientes y sostenibles.
Concluye que esa conferencia en Sevilla y sus aportes contribuye a sentar las bases de un nuevo pacto fiscal y financiero con las mujeres en el centro de las respuestas. “Seguiremos trabajando con los gobiernos, la sociedad civil, las instituciones financieras y la cooperación para que así sea.”