- A los políticos no les gusta el periodismo crítico, solo cuando lo utilizan para atacar a opositores: Roldán
- El feminismo, el primer movimiento contestatario en esta administración pública: Castellanos
Guadalupe López García
SemMéxico, Ciudad de México, 7 de junio de 2022.- A través del periodismo puede verificarse si la actual administración ha sido el más feminista que hemos tenido, como se ha dicho, sostuvo Laura Castellanos y Nayeli Roldán. Y lo que encontraron fue que, por el contrario, se trata no solo de un Estado machista, sino un gobierno y un presidente machista.
En entrevista, las dos periodistas reflexionaron sobre los diversos temas abordados en el libro Mexicanas en pie de lucha, reportajes sobre el Estado machista y las violencias, integrado por seis textos. Para ellas, la obra representa un corte de caja a la mitad del periodo del presidente Andrés Manuel López Obrador.
“No solo eso: es un diagnóstico que podría servir a quienes toman decisiones para redireccionar y evaluar el camino de la agenda de política pública”, afirmó Roldán.
La propuesta de este trabajo, narró Roldán —coordinadora del libro— partió de la editorial Grijalbo, que le pidió que abordara lo que estaba ocurriendo en esta confrontación del presidente y la “4t” (cuarta transformación) contra el movimiento feminista. Pero para ella, lo más importante era tener un libro que abordara el tema de manera amplia y que quienes no estuvieran cerca del feminismo comprendieran que se trata de un movimiento que lleva décadas.
Como reportera, Roldán dedujo que la oportunidad de narrar ese momento la tomaran periodistas que conocieran de los temas y tuvieran una perspectiva de género.
Así, Daniela Rea —cofundadora de Periodistas de a pie y con varios premios por su trabajo periodístico— describió la situación de las mujeres durante la pandemia; Claudia Ramos —coordinadora de opinión del portal Animal Político— contó la historia del feminismo en México en las últimas décadas y de los avances en legislaciones y política pública para mujeres; Ivone Melgar —columnista en Excélsior— analiza el papel de las funcionarias y legisladoras en la “4t”. Alma Delia Murillo, quien prologó la obra, escribe respecto de este capítulo: “Cuesta encontrar razones para calificar a este gobierno como el más feminista de la historia”.
Valeria Durán —quien ha recibido varios premios y reconocimientos por sus trabajos de investigación— se centró en los feminicidios e índice de impunidad. Laura Castellanos —periodista independiente con diversos libros y premios— cerró el volumen con su texto sobre la cuarta ola del feminismo y las acciones de protesta. “Era la autora ideal para este tema”, expresa Roldán, reportera de Animal Político y coautora de La estafa maestra.
A la coordinadora del libro, quien investigó lo relacionado con el presupuesto y desaparición de programas, le parece que se está gobernando desde la ocurrencia, pues no hay una evaluación de los problemas ni se toma en cuenta los datos, ni contexto que revela cuál es la situación actual de las mujeres.
“Con base en las decisiones que ha tomado su gobierno. Según es el gobierno más feminista de la historia, pero es el que ha tenido el recorte de presupuesto más grande en las políticas públicas para las mujeres”, aclaró. Para ella, una política pública sin presupuesto es demagogia.
Externa, además, que muchas de las decisiones de López Obrador han sido determinadas por su confrontación con el expresidente Felipe Calderón. Desaparece las guarderías —al inicio de su mandato— solo porque el panista las creó. Igual pasó con las escuelas de tiempo completo. Es la respuesta de un hombre rencoroso, de un macho herido en su confrontación con Calderón, apunta.
El libro terminó siendo un diálogo intergeneracional entre las autoras más jóvenes y las más experimentadas, aparte de que representa una ventana de oportunidad para difundir estos temas, reconoce Roldán. Aunque ahora los medios nacionales los tocan más, dijo que este tipo de reportajes con perspectiva de género no tendrían espacio en un medio tradicional.
La mirada desde el periodismo
En la presentación del libro, realizada el 2 de junio pasado en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, la periodista Sara Lovera indicó que el texto es indispensable, porque no se puede explicar un régimen sin analizar su comportamiento y su política respecto a la mitad de la población.
“Son reportajes rigurosos, con investigación periodística profesional, que tocan temas sustantivos. Es una indagación seria que acudió a fuentes plurales, se nutrió de entrevista, documentos, hechos y datos, como se hace el buen periodismo”, reseñó.
Detalló que las periodistas escogieron mujeres que encarnan algunas de sus historias, pero cuidó de no reflejarlas solo como víctimas, pues como telón de fondo está la historia de la política pública que hoy está desmantelada. Precisó que no un libro sobre feminismo, pero incluye voces de ese movimiento.
En las entrevistas con las dos autoras, Nayeli Roldán y Laura Castellanos, reflexionaron sobre el papel del periodismo.
Nayeli Roldán puntualizó que el periodismo es crítico per se. Investiga al poder, trata de explicar, contextualizar. No cambia por quien esté en el poder. A los políticos no les gusta, solo cuando utilizan las investigaciones para atacar a sus opositores. Pero las y los periodistas se deben a sus lectores que requieren información verificada y con rigor. Hace énfasis en que no tendríamos que posicionarnos, pues somos periodistas y hacemos periodismo.
Castellanos refirió que el periodismo crítico molesta al presidente y por partida doble si es con una perspectiva feminista, ya que desde esta mirada se potencia la información que revela la crisis humanitaria que vivimos en México por las violencias contra las mujeres y las niñas, particularmente.
Aseguró que la cuarta ola del feminismo logró colocar su agenda histórica en la agenda política y en los medios de comunicación. A las periodistas esta etapa las ha cimbrado, dijo.
Se está viviendo un momento de mucha vitalidad en el periodismo con esa perspectiva, y puso como prueba el mismo libro en el que se encuentran la pluma y la palabra de periodistas de distintas generaciones, entre aquellas de mayor edad que se han forjado en un periodismo feminista teórico y quienes están en uno más autodidacta. Entre esas voces mencionó a las autoras del libro y a Vania Pigeonutt, Daliri Oropeza, Soraida Gallegos, Alejandra Craill y Luz Rangel.
La cuarta ola, desde su radicalidad, también cimbró a los medios de comunicación, cuando —recordó Castellanos— protestaron por la publicación en medios del cuerpo desollado de Ingrid Escamilla, quemando una camioneta del periódico La Prensa, en febrero de 2020. Desde su mirada crítica, la autora de Crónica de un país embozado, 1994-2018, ha observado cambios en los medios, los cuales se han visto obligados a hacer ejercicios de autocrítica, con distintos resultados.
El movimiento feminista en la “4t”
Con amplio conocimiento del tema, Laura Castellanos señaló que el feminismo —con amplias expresiones— es el principal movimiento contestatario en lo que se ha llamado “cuarta transformación”, en el que hay mujeres que no se asumen feministas, pero tienen una posición antipatriarcal.
Este movimiento tiene vasos comunicantes con otros, como el de personas buscadoras —la mayoría son mujeres— de personas desaparecidas y con expresiones en defensa del territorio y medio ambiente y de resistencias indígenas, en donde hay una diversidad de mujeres que no precisamente se autodefinen feministas, pero tienen posiciones contra las violencias del orden patriarcal, continuó Castellanos.
A pregunta expresa entre la principal diferencia con las otras “olas” pasadas del feminismo, la reportera contestó que es la rabia. Es una fuerza impetuosa y beligerante que no se veían antes. Se trata de un tema de sobrevivencia, porque saben que las violencias les puedan pasar a ellas mismas y a las mujeres de su entorno.
Asimismo, esta generación ha recurrido a una diversidad de formas de expresión contestataria tan diversas como no las habíamos visto antes, a través de performances, de expresiones urbanas, de intervenir una pared. Hacen carteles, fanzines, canciones con ritmo de rap, rock o de trova —como Vivir Quintana— y también utilizan su cuerpo como espacio de expresión: se pintan el cabello, se tatúan, maquillan su rostro. Su vestimenta puede ser toda de negro o colores muy contrastantes.
Una tercera característica mencionada por Castellanos es que ahora están reivindicando a las ancestras, no a partir de una influencia teórica ni que necesariamente conozcan la historia de feministas históricas, sino de su propia genealogía; sobre todo, de sus abuelas. En la marcha del 8 de marzo de 2022 que se vio como nunca una participación multitudinaria de mujeres aún más jóvenes que las de la marcha histórica de 2020, portaban carteles como uno que decía “Hoy vengo a gritar lo que no pudo gritar mi abuelita”.
Las “morras” —como las define Castellanos— de esta generación asumen un feminismo vivencial, debido a las violencias que viven de manera personal o que observan en las mujeres de su entorno y después de recorrer un camino que en muchos casos es autodidacta o influenciado por compañeras y maestras de otras generaciones, aunque la periodista no omitió mencionar que también hay posicionamientos muy conservadores.
A partir de su colaboración en Mexicanas en lucha… y de su más reciente libro, La marcha del #terremoto feminista. Historia ilustrada del patriarcado en México (con ilustraciones de Brenda Castro), Castellanos identificó que hay una emergencia de una comunicación intergeneracional y que, además de esta juventud, hay más actores sociales que han brotado de esta misma oleada: adultas de la periferia y de indígenas de distintas edades, como el caso de Citlali Chino, de 29 años, presidenta de concertación agraria de San Sebastián Teponahuaxtlán y de Bolaños, Jalisco, quien participó en la Caravana de Dignidad y Conciencia Wixárika.
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