Elvira Hernández Carballido
SemMéxico, Pachuca, Hidalgo, 15 de octubre, 2025.- Es curioso que, en un mismo día y mes, aunque en diferente año, tres machines queridos en mi vida hayan coincidido en nacer y por ello tengo razones hermosas para celebrar triplemente cada 17 de octubre.
El primer protagonista es mi hijo, ese niño que ya es un hombre de 33 años y que todavía se deja apapachar, pero de cuya madurez aprendo todos los días. Psicólogo de profesión, me gusta ver que sus pacientes lo quieren y respetan, sabe aconsejarme cuando es necesario, bromear si lloro por cosas absurdas de la vida y valoro mucho cuando asoma su rostro a mi recámara para preguntarme qué necesito si ese día enfermé. Da clases en una preparatoria de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, lo veo concentrado preparar sus clases y preocuparse por sus estudiantes, quienes, por cierto, lo quieren mucho y buscan sin dudar para que les oriente. Es un orgullo cuando se los encuentra en algún sitio donde vamos de paseo o compras y palpar el cariño con el que lo saludan, cómo lo presentan emocionados a su papá o su mamá. No deja los videojuegos, pero se da tiempo para leer, estar informado y argumentar su perspectiva crítica sobre algún suceso noticioso. Admiro su humor negro para reírse de la vida y que siempre está junto a mí, sobre todo cuando vamos de vacaciones al bello Acapulco.
El segundo hombre es mi gran amigo Vicente Castellanos, profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana. Aunque nos hicimos compañía durante los tres años que estudiamos el doctorado nuestra amistad se fortaleció al paso del tiempo, ya sea porque fuimos presidentes de la misma asociación o porque coincidimos en los mismos escenarios académicos. Yo apasionada del tema de mujeres y él de las cuestiones de cine, empezamos a escribir al respecto realizando análisis de películas sobre personajes femeninos, estereotipos y las relaciones entre la protagonista y los hombres que conformaban las historias fílmicas. Además de este compromiso académico el personal es amoroso y apapachador. Hemos compartido viajes, alegrías, algunas lágrimas y divertidas anécdotas que han fortalecido nuestra amistad. Por supuesto, al saber que cumple años el mismo día que mi hijo, mi cariño hacia él se acentuó más.
Finalmente, otro amigo bien querido nacido el 17 de octubre es Gabriel Sosa Plata, ya invaluable referente para mencionar a las defensorías de los medios de comunicación o para recuperar la historia de la radio mexicana. En efecto, su libro Días de Radio es consultado por mis grupos para que se fascinen con los nombres de estaciones de radio, programas o estaciones radiofónicas. Fue defensor de audiencia de canal 22, de noticias MVS y canal 44, entre otros. Estuvo al frente de Radio Educación. Tiene un programa en TV UNAM donde hace maravillosas entrevistas y es un excelente orador, en cada conferencia que imparte nos deja en la fascinación total. Se acuerda de mí cuando ve una sirena y hace poco me mandó un mensaje sobre un curso para saber nadar como ellas. Nos vemos poco, pero nos queremos bien y siempre que nos necesitamos, no dudamos en llamarnos o vernos.
Es así como cada 17 de octubre celebro a tres hombres diferentes, pero siempre presentes en mi vida. Mi hijo, de quien aprendo más de la vida todos los días. Mi amigo Vicente cuya amistad late en cada mensaje o llamada. Y mi cómplice Gabriel, compromiso admirable con los medios de comunicación del país. A los tres les agradezco vivir en mi corazón.