Martha Canseco González
SemMéxico, 15 de noviembre, 2021.- Esta última semana no ha sido nada buena para las mujeres tanto aquellas que hacen deporte, como aquellas que acuden a estadios, arenas y pistas en calidad de observadoras.
El corredor de autos Sergio Pérez, en declaraciones cantinflescas porque como dice una cosa dice otra, al ser cuestionado por la participación de Susie Wolff en una carrera internacional de automovilismo, primero dijo que la corredora está demostrando que las mujeres también pueden estar en, lo que calificó, este mundo tan difícil de las carreras.
Sin embargo, su misoginia evidenció la estrecha masculinidad del piloto mexicano, quien añadió y lo dijo en plural que no esperan grandes cosas de la mujer piloto porque, son, señaló, autos muy difíciles de manejar.
Remató con cara de susto ante un posible escenario de que una mujer le pudiera ganar una carrera, “mejor que se vayan a la cocina”. Pérez en su primitiva masculinidad no cree capaz a las mujeres de sobresalir en los deportes.
Casi al mismo tiempo, en conferencia de prensa el entrenador del equipo de futbol de Ciudad Juárez, Ricardo Ferretti, dudó de la virilidad del portero del equipo contrario al preguntarse si era una mujer quién estaba defendiendo la portería.
Ferretti, reiteró así la misoginia que existe en el futbol mexicano.
Es decir, ambos hombres dedicados al deporte dejaron muy en claro que a las mujeres no se les quiere realizando esas actividades, consideradas eminentemente masculinas, sino como simple corifeo de los atletas.
Así es, no nos quieren haciendo deporte, nos quieren para alabarlos, pedirles autógrafos, suplicarles selfis, llenarles los estadios, darles nuestro dinero, pero que no “invadamos” sus espacios y eso es violencia, misoginia y discriminación.
En este marco, nos llega la noticia de que en Afganistán los talibanes decapitaron a la capitana del equipo juvenil de voleibol Mahjubin Hakimi, precisamente por su actividad deportiva que ahora está prohibida para las mujeres afganas.
Yo no veo ninguna diferencia entre lo que hicieron los talibanes en Afganistán y la actitud de Ferretti y Pérez acá en México. En aquel país de medio oriente matan físicamente a las mujeres que se atreven a ignorar las férreas medidas de los talibanes, acá en nuestro país y como lo demuestran las declaraciones de Ferretti y Pérez recibimos una muerte social y cultural. Aunado a esto, por supuesto, está el asesinato de 11 mujeres al día.
Por eso yo invito a las mexicanas a dejar de llenar estadios, pistas y arenas, para ver a sus “héroes”, no les den su dinero a los empresarios del deporte para que luego terminen diciéndoles que se regresen a la cocina, y mucho menos acudan a estos espectáculos con el objetivo de “quedar bien” con sus parejas. No conviertan en suyas las aficiones de ellos, sigan las propias. En todo caso, aúpen a las mujeres que dan lo mejor de sí mismas realizando verdaderas hazañas deportivas.
Aprendan a ver a los hombres como a sus iguales, para que ellos aprendan a hacer lo mismo con nosotras.
Eso sí se los digo, es mucho mejor, mucho más sano hacer deporte que sólo mirarlo.
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