- Víctima de feminicidio en grado de tentativa ha pasado por 67 cirugías reconstructivas, su agresor ya tiene sentencia y nunca ha dejado de ayudar a otras mujeres
- Una de las manifestaciones más crueles del machismo: IBD
Lorena Vaniezcot
SemMéxico, Ciudad de México, 21 de julio, 2025.- Han pasado más 11 años, pero Carmen Sánchez Flores sigue recordando como si recién hubiera pasado porque las huellas de la violencia están en su cuerpo.
“No sé ustedes, pero yo a veces me siento triste, cansada y desprotegida”, dice en sus redes sociales, tras más de 11 años de luchar por su vida emocional y física, pero también de buscar que la justicia abriera sus puertas, lo que sucedió nueve años después de la agresión, cuando en mayo del 2023 se dio a conocer el fallo contra su agresor, Efrén García Ramírez, su expareja sentenciada a 46 años y 8 meses de prisión,
El victimario sigue dando patadas en los tribunales que le dictaron la que fue calificada “como una sentencia histórica”, al reclasificar el delito de “lesiones simples” como lo indicó el médico legista designado, quien no tomó en cuenta los ocho meses que inicialmente Carmen tuvo que estar internada en un hospital del IMSS, por el delito de feminicidio en grado de tentativa.
“Efrén García Ramírez fue sentenciado a 46 años y ocho meses de prisión por haber intentado asesinar con ácido a Carmen en 2014. Se trata de la primera sentencia en México y América Latina que condena a un agresor por feminicidio en grado de tentativa en un caso de violencia ácida, imponiendo además la pena máxima.
“Este fallo marca un precedente histórico a nivel nacional e internacional, al reconocer que la violencia ácida es una forma de violencia feminicida y no simples «lesiones».
“Es un referente obligatorio para que las autoridades investiguen y sancionen estos crímenes con perspectiva de género, apliquen el tipo penal adecuado y dejen de minimizar esta forma extrema de violencia misógina. Además, esta sentencia abre camino para que otras mujeres víctimas de violencia ácida o química puedan acceder a la justicia, y deja claro que los ataques con ácido no deben quedar impunes nunca más”, señalan en la página oficial de la Fundación Carmen Sánchez.
En febrero de 2014, mientras ella se resguardaba en casa de su madre con sus hijas y se negó a volver con Efrén, recibió un baño del letal líquido, ácido, y alcanzó a escuchar una sentencia: “Si no vas a estar conmigo, jamás volverás a estar con nadie más… Muérete…te lo advertí”.
Los últimos 11 años de Carmen Sánchez ha sido reconstruir su vida. Preside una fundación que lleva su nombre para acompañar a otras víctimas, se ha sometido a 67 cirugías reconstructivas y no dejó de buscar justicia, por eso a veces se cansa y lo dice en sus redes sociales, pero explica que está cansada “no de acompañar a mujeres, a familias, a víctimas. Sino porque es esta sociedad, estas instituciones, las que nos fallas, las que nos revictimizan, las que se hacen sordas”.
Y cada paso pesa, sin duda, así lo refleja en su propio relato, ese que le permite hablar y contar serenamente lo que vive y ha sucedido con ella, como lo escribió el 20 de febrero pasado y cuyo contenido se hace necesario.
“El 20 de febrero de 2014 a las 8:14 el reloj se detuvo: con 29 años fui víctima de una de las violencias machistas más extremas. Un hombre, mi expareja, arrojo ácido a mi rostro, cuello y pecho. Pensé entonces en el fin del mundo, mi mundo.
“Con mucho dolor e incertidumbre permanecí ocho meses internada en un hospital público. En ese momento los pronósticos no eran favorables. Sin embargo, me sostuve.
“Pasaron los años. Eché raíces en los diarios que alguna vez escribí, en el amor de mi familia y de otras mujeres. Una tras otra, las 66 cirugías me sumían en el miedo, pero también en la esperanza de reintegrarme a la vida. Una y muchas veces más, me sostuve.
“Hoy es 20 de febrero de 2025 y el reloj marca las 08:14 horas. Con 40 años abro poco a poco los ojos, paso la mano derecha por el corazón: “Soy esta”, me digo y abrazo fuerte.
“Escucho a mis hijas caminar por la cocina. Me gusta mirarlas, mirarnos; saber que nos tenemos. Estar presente.
“Once largos años han pasado.
“En días como estos para mí es importante venir al parque, caminar descalza, sentir la humedad del pasto, de la tierra. Saber que volví a nacer.
“En días como estos para mí es importante compartir que soy esta mujer, madre, amiga: la enamorada de la vida.
“En días como estos para mí es importante compartir que soy María del Carmen Sánchez Flores, que volví a florecer”.
Una de las manifestaciones más crueles del machismo: IBD
El año pasado, el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, presentó el estudio Violencia de género con ácido: Una de las manifestaciones más crueles del machismo en México, elaborado por Irma del R. Kánter Coronel, investigadora adscrita a la Dirección General de Análisis Legislativo de dicho institututo, en el refiere que de acuerdo con Acid Survivors Trust International (ASTI, 2024), cada año se registran alrededor de dos mil 400 casos de agresiones con ácido y otro tipo de sustancias corrosivas.
“En la mayoría de los casos las agredidas son mujeres y niñas y los perpetradores son hombres, casi siempre conocidos, con quienes las victimas sostenían o habían tenido algún tipo de relación cercana, ya sea de confianza, de parentesco o sentimental”.
El estudio cita también a la Fundación Carmen Sánchez que refiere que, en el 85 por ciento de los casos atendidos, el agresor intelectual fue la pareja o expareja sentimental, interviniendo en 30 por de las agresiones cometidas dos o más personas.
La Ciudad de México, Puebla y el Estado de México representan las tres entidades del país con el mayor número de mujeres violentadas con ácido u otra sustancia química o corrosiva, y en su mayoría se trata de mujeres jóvenes que al momento de ser agredidas tenían entre 20 y 30 años, señala el estudio del Instituto Belisario Domínguez.
La Fundación Carmen Sánchez reconoce que “como ocurre en los casos de violencia de género contra mujeres, en México prevalece una gran impunidad siendo muy difícil y complicado el acceso a la justicia para las sobrevivientes de la violencia con ácido como reconoce, cita el estudio, quien agrega que hasta 2021 sólo cuatro agresores que utilizaron ácido han sido vinculados a proceso: tres por feminicidio en grado de tentativa y uno por violencia familiar y en 2024 fue cuando ocurrió la primera sentencia, precisamente contra el agresor de Carmen Sánchez.
Actualmente la Fundación Carmen Sánchez Mx lleva un registro de más de 50 mujeres víctimas de violencia ácida. En 2022 tuvo acceso a los datos del Subsistema de Lesiones Causas de la Violencia del Sistema de Salud Pública y encontró que, en ese mismo año, al menos 105 mujeres fueron víctimas de ataques con sustancias químicas en contextos de violencia. Sólo 28 de ellas informaron su caso al Ministerio Público (Secretaría de Salud, 2022).
De acuerdo con datos de la Fundación a través de datos obtenidos mediante solicitudes de transparencia a BANAVIM, la periodista Berenice Chavarría (2025) reveló que en los últimos 12 años, más de mil mujeres han sido víctimas de ataques con sustancias químicas o han enfrentado amenazas de sufrir esta forma de agresión. Sin embargo, resulta preocupante esta falta de diferenciación por parte de BANAVIM entre ataques consumados y amenazas; lo que representa una limitación significativa en el registro y análisis de la violencia ácida, pues ambas situaciones implican diferentes niveles de riesgo, consecuencias físicas psicológicas, por lo tanto, las respuestas institucionales diferenciadas.
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