Bellas y Airosas
Elvira Hernández Carballido
SemMéxico. Pachuca, Hidalgo. 03 de marzo 2021.- Viene otro 8 de marzo, del puño en alto y las consignas justas. Un mes donde cada una de nosotras nos manifestamos a nuestra manera, como le dicta el corazón violeta y esta rebelde alma. Yo he querido escribirles a las mujeres que admiro, mujeres bellas y airosas, cuya necedad e inspiración sirve de estímulo y ejemplo, admiración absoluta, agradecimiento total.
QUERIDA ELVIRA VARGAS:
Fue un 7 de marzo de 1967 cuando nos dejaste sin tus textos y sin tu pasión periodística, pero años después supe de tu existencia, por supuesto lo primero que me atrajo fue compartir el mismo nombre contigo. Fue un orgullo saber que una de las primeras reporteras mexicanas se llamaba como yo. Así te encontré en el libro de Fortino Ibarra, en diversos artículos, en las entrevistas que te hicieron Poniatowska y la “China Mendoza”. En esos testimonios destacaba tu voz de mujer segura, reportera audaz, periodista ideal. Fui juntando testimonios donde te calificaban de rebelde e indiferente, de crítica y analítica, siempre deseosa de estar en el lugar de los hechos y ganar la exclusiva. Que habías empezado a trabajar en la mesa de redacción de “El Nacional”, a donde llegaste simplemente por tener un empleo que te ayudara a mantenerte mientras estudiabas para abogada en la UNAM, era la década de los años treinta.
Y como en las películas, cuando el candidato a presidente pasaba cerca de las oficinas de ese periódico al no haber más reporteros, se te asignó la tarea de cubrir el suceso. Te ganaste la primera plana, hiciste las preguntas necesarias, revelaste las inquietudes de Lázaro Cárdenas. Entonces, decidieron que eras la reportera ideal para cubrir su campaña y después sus giras presidenciables. Nunca te conformaste con la conferencia de prensa o la declaración de banqueta. Buscabas más, investigabas más allá de la información oficial. Por eso, yo estoy muy segura, fuiste determinante en la decisión de expropiar el petróleo ese 18 de marzo de 1938. Tus reportajes sobre el abuso de las empresas extranjeras al extraer nuestro oro negro fueron reveladores. Ay, cómo me emociono cuando narras que los empresarios te buscaron para amenazarte por lo publicado y cómo los enfrentaste y cómo los mandaste a la fregada. El día que fui a la Hemeroteca Nacional a buscar tus textos periodísticos me acompañaron unos alumnos, sin fechas precisas, hojeábamos y hojeábamos buscando tu primera nota. Vaya grito de alegría al encontrarla, los abrazos, la gente del lugar pidiendo guardar silencio. Así fui juntando tus textos, tu voz inmortal en cada nota y reportaje, en cada crónica y entrevista. Un tono serio, profundo y malicioso, siempre con la denuncia latente. Las anécdotas de quienes te conocieron, siempre admirando tu carisma, la fuerza de tu carácter, la alegría de vivir. Rompiste estereotipos y no seguiste ningún mandato patriarcal, tu vida fue el periodismo y brillaste en cada nota publicada en la primera plana, en cada reconocimiento y hasta en cada amenaza que recibiste, hasta en esos casos peligrosos respondías con dignidad y valentía.
Elvira, tocayita, primera reportera mexicana, latente en mis libros y en mis clases, en cada conferencia y en la ilusión que sigue inspirándome para no dejar de escribir. Siempre irreverente. ¿Te acuerdas de ese día? Cuando el presidente Cárdenas te cuestionó ante toda la prensa si no le ibas a preguntar por el voto femenino, un momento representativo del movimiento de mujeres en México. En voz alta y con una malicia provocadora le preguntaste que para qué, si no estaba entendiendo el significado de la participación política de las mexicanas, que no te dabas por vencida, simplemente delatabas tu decepción, pero que te daba gusto que por lo menos ya empezara a preocuparle el tema.
Elvira reportera, Elvira provocadora, cazadora de noticias, periodista por siempre, este marzo de 2021 recuerdo el día que moriste, pero insisto en volverte eterna.