La cultura, como la educación, no necesariamente salen de las instituciones de enseñanza, de estas emerge el conocimiento, la instrucción, pero la cultura tiene que ver con algo más que surge de los propios pueblos, de las familias, de la consciencia individual.
Hace 30 años un candidato a la Presidencia de la República, fue dejado solo por su mismo partido, los reflectores se fueron para quien buscó ser el abanderado del PRI
Cuando escucho los números de las miles de toneladas de basura, de tierra, de escombro, de árboles tirados por la fuerza de OTIS solo en Acapulco, no dejo de asombrarme y vuelvo a recordar el tiempo de la presencia de ese fenómeno en la costa de Guerrero
Con ese patrón de escalada de violencia hacia las mujeres, y la ausencia de políticas públicas que cambien también la impunidad, que se activen protocolos inmediatos de búsqueda
obre Otis, no todo se ha escrito, apenas estamos conociendo lo que vivieron familias porteñas y visitantes la noche del 24 y primeras horas del 25 de octubre del año
“Levante la mirada mija, no sonría, así, seria, tome las riendas con la mano izquierda y la mano derecha póngala en la cintura, eso, cabalgue, cabalgue” Amelia “la güera Robles”, así me decía cuando en su natal Xochipala
La voz del otro lado del auricular me dejaba sin aliento, cambiaré los nombres por respeto a su propio proceso de sobrevivencia de Otis “a Carmen, a ella la operaron por el golpe que le dio Otis
Otis, Otis sigue aquí, en Guerrero, donde ha instalado su recuerdo en los efectos de su gruñido, de la fuerza de su tornado que filtró con su viento cada rincón de los puntos de Acapulco y otros lugares de la entidad y dejó destrucción y miedo.
Otis, el huracán, le cambió el rostro al puerto de Acapulco, bastaron menos de tres horas para mostrar la fragilidad que tenemos los seres humanos y mostrarnos, también, la dimensión de los gobiernos que tenemos.