Y un día, llegó un provocador correo firmado por mi maestra Ana Lau y Maricruz Gómez López para participar en un libro que tenía como objetivo recuperar la historia del feminismo en nuestro país
Desde antes de que su esposo asumiera la Presidencia de la República, la señora Beatriz Gutiérrez Müller manifestó que no aceptaría el título tradicional de Primera Dama, porque “no puede haber mujeres de primera y de segunda”.
El gobierno boliviano ha dispuesto una medida que es un reconocimiento para las empresas o entidades que lleven a cabo algunas pautas destinadas a eliminar las violencias de género y “coadyuven a la construcción de una cultura despatriarcalizadora”.
Sin lugar a duda, la demanda central, poco considerada, fue la de que las mujeres puedan participar en política, logrando el ejercicio al voto, ser votadas e intervenir en el gobierno para empujar todos los derechos de la mitad de la población.
Esta afirmación absolutamente contradictoria, nos convoca a reflexionar en ciertos tipos de las violencias contra las mujeres que nos agreden de manera desmesurada y a veces, resultan imposibles de identificar porque son imperceptibles.
Al iniciar el mes de marzo, comenzarán una gran diversidad de actividades feministas que buscan para poner sobre la mesa las reivindicaciones sociales de las mujeres, de nuestros derechos, tan maltrechos en estos tiempos de violencia machista, venga de donde venga.
En septiembre del año pasado tuvo lugar un seminario internacional en la Facultad de Derecho de la UNAM denominado “Abuso y límites del Poder Penal en Estados Democráticos de Derecho
México avanzó en fortalecer el Estado de Derecho de las Mujeres en 2007 al entrar en vigor la ley General para el Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.