Cuesta decir adiós, por eso me cuesta tanto decirlo. De hecho, no voy a decirlo. Solo voy a plantear esto como una pausa necesaria para descansar los domingos.
Gracias a una amiga acabo de conocer que Ada Colau, alcaldesa de Barcelona y firme defensora de la legalización de la prostitución, ha acusado a Carmen Calvo de alienarse con la derecha en materia de igualdad.
Después del parón por las fiestas navideñas nos encontramos con el regalito envenenado que el vicepresidente del gobierno de Castilla y León ha propuesto hacer a las mujeres embarazadas de su comunidad: poner más trabas a su decisión libre de interrumpir su embarazo.