* Este mes recibirán aumentos salariales unos 2.7 millones de personas
* El aumento salarial ha sido una vieja demanda, el último ajuste es de 1989
Sara Más
SemMéxico/SEMlac, La Habana, 8 julio 2019.- Un aumento de salarios en el sector presupuestado y un nuevo incremento de pensiones se inscriben entre un grupo de medidas anunciadas por el gobierno cubano para dinamizar la economía y beneficiar a las personas, en medio de crecientes dificultades.
La idea es «potenciar el desarrollo del país y hacer frente a la compleja
situación de los momentos actuales», dijo el presidente cubano Miguel
Díaz- Canel Bermúdez, quien compareció ante las cámaras de televisión, junto a
integrantes del Consejo de Ministros.
De acuerdo con informes oficiales, aproximadamente dos millones 700 mil
personas recibirán aumentos salariales y de pensiones, que se harán efectivos
este mes y se cobrarán a partir de agosto.
«Yo estoy contenta, siempre es buena noticia un poco más de salario, pero
me preocupa mucho que luego suban los precios del mercado, que ya están altos,
y mi poder adquisitivo vuelva caer», comenta a SEMlac la periodista Aurika
Rubio, quien calcula que se agreguen alrededor de 600 pesos (cerca 25 dólares)
a su ingreso mensual.
«El aumento salarial ha sido una vieja demanda en el sector estatal, donde
la última reforma salarial fue en 1989. Esta medida ahora beneficia a quienes
nos hemos mantenido por largo tiempo en la situación laboral más difícil, con
menores salarios y grandes dificultades», agrega Rubio.
El gobierno cubano confía en que esos incrementos incentiven la productividad,
permanencia y eficiencia en esos puestos de trabajo y apuesta a la vez por
activar mecanismos de regulación de precios, seguir reduciendo importaciones,
incrementar las exportaciones y el consumo interno con vistas a atenuar una
mayor inflación.
«Para las personas es una satisfacción, algo positivo, sea la cantidad que sea, porque llevan años arrastrando ese desencuentro entre los ingresos personales y sus necesidades», considera la economista Teresa Lara.
El primer impacto es que el aumento salarial y de pensiones ocurre sin contar
con suficiente respaldo productivo y de riqueza, en un año muy complejo para la
economía cubana, indica la especialista.
Si bien no se trata de la reforma salarial que se necesita, los incrementos de
los ingresos abarcan a personal administrativo, de servicio, de dirección, de
organizaciones políticas y de masas, de la defensa y del orden interior.
Los beneficios alcanzan también a personas jubiladas y pensionadas de esos
sectores, entre ellas Mercedes Rodríguez, quien trabajó por 30 años como
auxiliar de contabilidad, jefa económica y subdirectora económica de una
entidad.
«Ya recibí un aumento antes y mi jubilación sube ahora de 270 a 320 pesos
cubanos (aproximadamente 13 dólares): todavía es insuficiente», comenta a
SEMlac.
Economista al fin, Rodríguez entiende que los ingresos por seguridad social se
relacionan con los pagos que por ese concepto, en época laboral, hicieron los
trabajadores mientras estuvieron empleados. «Pero el costo de la vida
aumenta y de alguna forma hay que tenerlo en cuenta», asegura.
A la vez, refiere que, con sucesivos y discretos aumentos en el tiempo, sobre
todo para quienes recibían los montos más bajos, se han ido igualando las
jubilaciones.
«Al punto en que personas que reciben subsidios y por determinados motivos
no trabajaron, ganan lo mismo que yo, que lo hice por tantos años. No lo veo
equitativo», considera.
A la par se mantienen otras brechas salariales entre empleos de mayor y menor
calificación, así como entre el sector estatal y el privado.
«Será necesario seguir estimulando lo que necesita el país: que las
personas se sigan calificando, trabajando para la producción de bienes y
servicios, y no que se decanten por la emigración hacia actividades de menor
calificación y mejor remuneración», acota Lara.
Aunque los incrementos salariales y de pensiones son las primeras medidas
informadas, se espera que en próximos días se continúen implementando otras
disposiciones que ayuden a «sacar a flote las capacidades internas de la
economía», señaló el ministro de esa cartera, Alejandro Gil Fernández.
El titular de Economía adelantó que se concentrarán esfuerzos en producciones
para la exportación, alimentos, las energías renovables, la informatización, la
vivienda y el turismo.
Igualmente, se propiciará que las empresas exportadoras puedan adquirir
determinados productos con el 50 por ciento de su liquidez, así como el
encadenamiento productivo de los diferentes actores económicos: estatales,
privados y de la inversión extranjera.
Otras decisiones apuntarán a potenciar la empresa estatal socialista e
incrementar la captación de divisas que se fugan del país, sobre la base de
crear ofertas competitivas en el mercado interno.
La economista Teresa Lara estima que aún deberá lograrse más en ese proceso de
aproximaciones sucesivas, sin perder las esperanzas de llegar a la solución de
problemas clave no resueltos, como la doble circulación monetaria y sus
diferentes tasas de cambio, que distorsionan los procesos económicos a diversa
escala.
«Habrá que prestar atención, porque sí es un problema para la economía y
las personas que se produzca una inflación por liquidez acumulada en manos de
la población, debido a una demanda insatisfecha. Si las próximas medidas no van
dirigidas a incrementar esa oferta, podría generarse una crisis financiera
importante», advirtió la economista.
Agregó que, además de propiciar la autonomía de las empresas, será necesario
que las próximas disposiciones dinamicen también el sistema bancario,
financiero y crediticio del país, las alianzas entre el sector estatal y el
privado, la inversión extranjera, la formalización y desarrollo de las
cooperativas no agropecuarias y la constitución de las pequeñas y medianas
empresas, entre otros pasos.
SEM-SEMlac/sm