* María Galindo, cofundadora de Mujeres Creando dicta conferencia en el ciclo Warmi Rumi
* El arte como herramienta para cuestionar la estructura simbólica de la sociedad
Raquel Zapata González
SemMéxico/AmecoPress, Madrid, 27 de febrero 2020.- El ciclo Warmi Rumi, que acoge las ponencias de mujeres que a través del arte luchan contra la violencia de género en Iberoamérica, ha celebrado su tercera sesión, con la artista e intérprete María Galindo como invitada.
La cofundadora del colectivo “Mujeres Creando” ha estado a media mañana en la Facultad de Bellas Artes, dónde ha explicado cómo usa los recursos artísticos y la performance para mostrar su oposición a la violencia contra la mujer.
María Galindo, ha creado durante los últimos 15 años una práctica artística radical a través del uso de conocimientos subalternos de las mujeres indígenas y las tradiciones políticas y literarias del anarquismo, el punk y el feminismo no blanco.
La artista, quien prefiere no denominarse “artivista” ni activista, “traslada el arte del mercado y la galería devolviéndolo al lugar donde nació, la plaza pública”, atestiguaba una de sus compañeras. Mientras caminaba por la sala, Galindo, expuso uno de sus poemas para dar comienzo a su conferencia, a la que denominó “Carne sin verbo”.
Mujer ni sumisa ni devota,
libre, linda y loca.
Un pene, cualquier pene es siempre
una miniatura y no hay mucho más que decir.
De hacerte la cena, de hacerte la cama,
se me fueron las ganas de hacerte el amor.
La intérprete, expuso el descontento que sentía con todas aquellas personas que piensan que las activistas no tienen construido un saber, un conocimiento y criticó el hecho de que no se las llamara a las universidades por esta razón. “Hace mucho tiempo que en “Mujeres Creando” combinamos el trabajo intelectual con el trabajo colectivo, producimos arte pero también teoría”, comentaba.
“Muchas veces hemos sido colocadas como activistas o “artivistas” y yo quiero decir que nosotras no nos reconocemos como ninguna de las dos cosas”, explicaba Galindo. La boliviana exponía que no usan el arte para hacer activismo, sino que su postura en relación a la creación impugna la institución del arte en todos sus niveles, en lo que se entiende por historia del arte, en lo que se entiende por museo o galería e incluso en lo que se entiende por artista. “Nosotras producimos prácticas políticas y sociales”, aclaraba. “No nos interesa convencer ni persuadir a nadie de através de nuestro trabajo, algo que si pretende el artivismo”, concluía.
Otro de los términos que a menudo se emplean para referirse a la artista es el de performer, algo con lo que tampoco está del todo de acuerdo. “Si quieren que yo me reconozca como performer sí o sí, tendría que decirles que me inspiró una performance que se reitera cíclicamente en la sociedad boliviana, los motines en las cárceles de mujeres, donde estas se cosen los labios para dejar claro que no las dejan hablar y convertir su silencio en algo visible”, argumentaba Galindo.
Una de las performances que la artista visualizó en la conferencia mediante un video de Youtube giraba en torno al cuadro “Virgen del cerro”, bastante conocido en Bolivia debido a que sintetiza la historia, las religiones del nuevo mundo y los conquistadores, las costumbres y hasta la naturaleza. “Saco el cuadro del museo a la calle pero no para compartirlo democráticamente sino para destruirlo simbólicamente”, explicaba María. Este trabajo gira en torno a la disputa de sentidos, por ejemplo, trata de cuestionar en sentido de una bandera. “Todo está construido sobre una arquitectura simbólica, si tú no tocas esa arquitectura no has tocado a la sociedad y esto, es lo que nos interesa a nosotras”, alegaba la intérprete.
El ciclo pretende visibilizar y recopilar los testimonios y performances de estas mujeres artistas que, hasta ahora, no se habían documentado. Todo ello con el propósito de hacer consciente a la comunidad universitaria acerca de cúal es la situación actual sobre la violencia de género, el papel de la artista y la situación de las mujeres que se dedican al arte.
SEM-AmecoPress/rzg