- 46 % de las mujeres encuestadas en el país, reportó enfrentarse a estereotipos de género
- El informe representa un esfuerzo por visibilizar las problemáticas
Elda Montiel
SemMéxico, Ciudad de México, 6 de diciembre, 2024.- Las defensoras ambientales enfrentan amenazas crecientes, mientras que las profesionales de estos sectores experimentan diversas formas de discriminación y violencia en sus espacios de trabajo lo que quedo documentado en una encuesta de Naciones Unidas para el Desarrollo en 30 entidades del país.
Los hallazgos del informe señalan que 46 por ciento de las mujeres encuestadas en el país, reportó enfrentarse a estereotipos de género que las excluyen de espacios y actividades en trabajo de campo. El 28 por ciento reportó haber sufrido discriminación salarial y un 36 por ciento declaró haber vivido acoso verbal, así como experiencias de abuso sexual de parte de hombres involucrados en los sectores ambientales.
Enel marco de los 16 Días de Activismo para erradicar la violencia de género, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México presentó el Informe de resultados de la encuesta “Violencias de Género en Sectores Ambientales”, con el objetivo de proponer acciones para su prevención y atención.
Daniel Vargas, representante de PNUD resaltó la importancia de visibilizar esta intersección crítica y urgente entre violencia de género y la crisis ambiental, ya que “más del 59 por ciento de los proyectos de conservación han identificado incidentes de violencia de género en contextos ambientales”.
El informe representa un esfuerzo por visibilizar las problemáticas y responder a la ausencia histórica de datos sobre estas violencias, con el objetivo de abrir la conversación sobre respuestas efectivas, por lo que Martín Borrego, asesor de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) resaltó la necesidad de crear respuestas multisectoriales, que incluyan acciones coordinadas. De igual manera, destacó el potencial de fortalecimiento de capacidades que promueve este informe.
La metodología y los resultados del informe fueron presentados por Sol Sánchez quien expresó: “Este informe nos convoca a una transformación urgente de los sectores ambientales. Necesitamos un compromiso institucional firme, una responsabilidad verdaderamente compartida entre sectores, y la construcción activa de espacios seguros e inclusivos. El fortalecimiento de redes de apoyo será crucial”.
En un panel de expertas advirtieron de la aceleración paralela de la crisis ambiental y la crisis de violencia en México, dado que los crímenes ambientales como la tala y la minería ilegal ocupan el quinto lugar a nivel mundial y se relacionan con contextos de trata de personas.
Abordaron las diversas manifestaciones de violencia de género, sostenidas por los estereotipos de género que afectan de manera diferenciada a mujeres indígenas y rurales que viven la crisis climática de manera agudizada
El panel de expertas se integró por Erika Zavala Oropeza, directora de Impulso a los Derechos Sociales, Ambientales y Sexuales de las Mujeres del INMUJERES e Itzá Castañeda, Directora de Equidad de Género e Inclusión Social en World Resources Institute.
Datos del Informe
La encuesta se llevo a cabo del 17 de julio al 17 de agosto de 2023 con personas involucradas en sectores ambientales en México.
Las mujeres de entre 25 y 44 años, provenientes de estados del centro y sur del país, que se desempeñan en ONG, gobierno y academia, fueron quienes reportaron con mayor frecuencia estereotipos de género, acoso verbal y sexual, y discriminación en espacios laborales y de trabajo de campo.
Mujeres indígenas y de entornos rurales señalaron violencias relacionadas con exclusión en la toma de decisiones sobre el territorio. En la encuesta, mujeres de 45 años o más indicaron violencia económica y brechas salariales a lo largo de su trayectoria.
El alto porcentaje combinado de incidentes en entornos laborales y de trabajo de campo (52 %) subraya la magnitud y la naturaleza sistémica de la violencia de género en los sectores ambientales, evidenciando cómo estas prácticas permean múltiples espacios y obstaculizan la plena participación y desarrollo profesional de las mujeres en este campo.
En el caso de esta encuesta, el entorno laboral reporta el mayor número de incidentes, con 29% de las respuestas indicando presencia de discriminación por género y acoso en oficinas y organizaciones, tanto en organizaciones de la sociedad civil como en instituciones de gobierno.
Las situaciones de trabajo de campo o investigación en terreno también son notoriamente problemáticas representando 23 por ciento de los casos de violencia o intimidación, subrayando los riesgos adicionales que enfrentan las mujeres en estos contextos.
Los espacios públicos siguen siendo un área de preocupación con 21 por ciento de los reportes de incidentes, incluyendo amenazas y acoso en actividades de activismo ambiental. Sin embargo, los entornos virtuales y educativos, aunque reportan menos incidentes, con nueve y ocho por ciento respectivamente, no son menos preocupantes, revelando cómo la violencia se perpetúa también en espacios digitales y académicos.
Preocupan testimonios, como el siguiente:
“Fui abusada sexualmente por un miembro de una organización ambientalista y colaborador en una universidad. La universidad me presionó para que no hablara del incidente, amenazando con retirarme la beca académica si lo hacía. A menudo, las instituciones académicas y las ONG protegen a los agresores bajo el pretexto de defender el territorio. Somos muchas mujeres víctimas en una terrible asimetría dónde no sólo afrontamos violencia en los territorios que defendemos sino en nuestro entorno laboral”.
Respuesta institucional
De un total de 204 personas encuestadas, 72 por ciento indicó no haber recibido ningún tipo de apoyo o haber recibido apoyo insuficiente/inadecuado tras enfrentar situaciones de violencia de género, evidenciando una marcada carencia en los mecanismos de protección y asistencia existentes.
Las pocas personas encuestadas que sí recibieron apoyo adecuado fueron el siete por ciento de las mujeres, en general mujeres urbanas menores de 35 años. 42 por ciento de las personas encuestadas no se sienten seguras para denunciar las situaciones de violencia vividas, debido al temor a represalias.
Violencias diferenciadas de las defensoras ambientales
Las violencias diferenciadas que enfrentan las mujeres defensoras ambientales deben entenderse en un contexto más amplio de desigualdad estructural. Muchas defensoras enfrentan una discriminación interseccional por ser mujeres, indígenas y defensoras ambientales, y por los roles asignados incluyendo las labores de cuidad, limitan sus posibilidades para ejercer la defensa ambiental. Esta situación se agravó durante la pandemia de COVID-19.
Las mujeres y niñas indígenas defensoras, en particular, se enfrentan a violencia institucional, discriminación generalizada y obstáculos significativos en su labor de defensa.
Según el más reciente informe “La situación de las personas y comunidades defensoras de los derechos humanos ambientales en México, 2023” del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA)*, las mujeres defensoras ambientales enfrentan agresiones diferenciadas y específicas debido a su género.
El informe documenta agresiones contra al menos 48 mujeres defensoras. Las principales formas de violencia perpetradas contra ellas fueron: amenazas, intimidación, agresiones físicas, hostigamiento y criminalización.
Preocupantemente, también se registraron casos de mujeres defensoras víctimas de desaparición y asesinato. Entre los casos emblemáticos, el informe destaca el asesinato de la defensora indígena Albertha Santos Tomás en Guerrero y la desaparición de la defensora indígena Frida Santibañez en Chiapas, cuyo paradero se desconoce desde noviembre de 2023.
Recomendaciones
Estas recomendaciones abarcan diversos ámbitos de acción, desde el fortalecimiento de mecanismos institucionales y políticas públicas, hasta la promoción de cambios culturales y la implementación de estrategias innovadoras. Se enfatiza la importancia de la prevención, la atención integral a las víctimas, la capacitación y sensibilización, así como la promoción del liderazgo y la participación de las mujeres y personas de la comunidad LGBTIQ+ en los sectores ambientales.
Es fundamental subrayar que la implementación efectiva de estas recomendaciones requiere un esfuerzo coordinado y sostenido de múltiples sectores, incluyendo instituciones gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil, el sector privado, la academia y las comunidades. Solo a través de un compromiso colectivo y acciones concretas podremos avanzar hacia la construcción de entornos laborales y de participación seguros, igualitarios y libres de violencia de género en los sectores ambientales de México.
SEM/em/sj