La ciudadanía a través de Change.org exigen absolución inmediata y un fallo apegado a derecho ninguna prueba la culpa, piden respeto al debido proceso
Policía y no trabajadora doméstica perdió a sus gemelos, murieron su mamá y su papá, pero la espera un hijo de seis años y su marido
Elda Montiel
SemMéxico, Cd. de México, . 22 de agosto, 2025.- Las magistradas Martha Patricia Tarinda Azuara (proyecto), Inés Gabriela Medel Díaz y el magistrado Ramón Enrique Sentíes Carriles que integran la Sexta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, tienen la oportunidad de corregir la injusticia cometida hace más de 12 años contra la policía federal Dulce Belén Sánchez Castañeda.
Ella fue privada de su libertad injustamente acusada de un secuestro exprés, sucedido cuando ella se encontraba de servicio en otro lugar. Ahora fue ordenada una nueva sentencia, que la liberará.
El 30 de enero del 2012, Dulce embarazada de cuatro meses fue torturada, perdió a sus bebés, fue privada de la libertad cuando se transportaba en un taxi, conocían su nombre, le colocaron una bolsa en la cabeza, la pasearon y trasladaron por siete delegaciones, estuvo en cada una por 72 horas.
Fue arraigada ilegalmente, no le dijeron esos días por qué la detuvieron, hasta mucho tiempo después se enteró que era por un secuestro exprés cuando ella se encontraba de servicio en otro lugar, sin embargo una juez la sentenció a 70 años de prisión sin darle la voz y en cambio le dijo que era empleada doméstica.
En mayo de 2025, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió su amparo y ordenó una nueva sentencia. En los próximos días las y el magistrado de la Sexta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México deberán resolver el fallo.
En la plataforma de peticiones ciudadanas Change.org se pide la absolución inmediata de Dulce, un fallo apegado a derecho, sin pruebas ilícitas y respetando el debido proceso.
Respetuosamente solicitan a las y al magistrado que actúen con justicia, que no permitan que una mujer inocente siga pagando con su vida una condena sin sustento legal. El tiempo para hacer lo correcto es ahora.
Las pruebas de su inocencia son contundentes: Cuatro pases de lista oficiales prueban que estaba en Guadalajara, trabajando en los Juegos Panamericanos, el mismo día del supuesto crimen. Oficios firmados por sus superiores en la Policía Federal que confirman su ubicación, horarios y funciones. Testimonios y documentos oficiales que acreditan su presencia en instalaciones federales, muy lejos de la escena del crimen.
Las únicas pruebas en su contra fueron obtenidas mediante tortura, reconocimientos ilegales sin defensa presente y declaraciones contradictorias de las supuestas víctimas.
Dulce narra en el podcast Penitencia parte del Proyecto Libertad, que apoya a mujeres privada de la libertad que fueron condenadas siendo inocentes, y en una entrevista en el medio digital “Animal Político”.
Detalla cómo fue la detención arbitraria cuando viajaba en un taxi, le cubrieron la cabeza, la golpearon en diversas partes del cuerpo principalmente la cabeza y su estómago, a pesar de que estaba embarazada, y la querían obligar a detonar un arma a lo cual ella siempre se negó.
Recuerdan que le pedían que dijera que se llamaba Yazmin y que eran muy insistentes en que detonará el arma, a lo que ella siempre se negó, lo que ocasionaba que se incrementarán las agresiones físicas.
La arrastraban, la golpeaban, la sentaban en una silla, le amarraron pies y manos, le hicieron tocamientos, le producían cortadas en el cuerpo, le metían la cabeza al excusado.
De los golpes tiene cicatrices, una salud deteriorada, un coágulo en la cabeza por los golpes que recibió, presenta sangrados constantes de la nariz, constantemente se le va la visión de un ojo; “como dicen los estudios del protocolo de Estambul, tiene secuelas de tortura”.
¿Quién es Dulce?
Hija de un policía militar su objetivo era servir y capacitarse a los 18 años ingresó a la Policía Federal pasó todo tipo de pruebas físicas, criminológicas, psicológicas y psicométricas, y se graduó de la academia internacional de San Luis Potosí, tomaba todos los cursos que se ofrecían para estar bien calificada.
Durante la privación de la libertad fallecieron su papá y su mamá, recluida actualmente en Santa Martha Acatitla quiere ver crecer a su hijo de seis años y recuperar su vida al lado de su esposo. Aunque durante varios años Dulce permaneció presa en Santa Martha Acatitla sin poder hacer nada respecto a la injusticia de la que había sido víctima, luego de conocer a una abogada de la organización Reinserta comenzó una batalla legal en torno a su proceso, mediante un amparo directo en contra de la sentencia que confirma su condena.