El confinamiento desde nosotras las Wiccas

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BELLAS Y AIROSAS

Elvira Hernández Carballido

SemMéxico. Pachuca, Hidalgo. 07 de abril 2021.

Recuerdo cuando podía abrazar a mis amigas, cuando oír sus risas me traía de vuelta al mundo para mantenerme despierta. Recuerdo cuando caminamos en la calle por última vez jurando que las cartas blancas de la madrugada no acabarían nunca, que los espacios de secretos y desosiego en la pequeña mesa del cafetal apenas eran el principio de luchas conquistadas por nuestros sueños… El confinamiento es duro para todas, es verdad, sería insensible pensar que no hay sufrimiento en esta nueva realidad. Sin embargo, no puedo prescindir de la idea que me da la propia experiencia: no es lo mismo vivir en tiempos de Covid, que hacerlo siendo mujer. Hace un año, la ficción en la que tanto nos refugiábamos se disolvió, como los ojos de un diente de león en pleno verano.

Lina Quezada ha escrito un sentir donde es muy sencillo identificarnos, ella acostumbrada a mirar al cielo para reconciliarse con la vida y con la cotidianidad, de pronto está mirando el techo de su casa en este encierro que nos trajo la pandemia ya hace un año. Pero no es una joven pesimista, al contrario, su canto evoca nostalgias, pero también fuerza y anhelos de esperanzas, su texto titulado “Lo que pasa y no pasa cuando me tumbo a mirar el cielo” delata el sentir de muchas mujeres del siglo XXI que vivimos cautivas en nuestro hogar por culpa de la Covid19. Esta oportunidad de manifestar lo que se vive desde un cuarto propio ha sido posible conocerla gracias a la convocatoria de Nosotras las Wiccas, pero, ¿quiénes son ellas?

Desde la bella ciudad de los callejones, las leyendas, las estudiantinas y los besos de balcón a balcón, un grupo de chicas jóvenes se reunieron en Guanajuato escritoras originarias de esta bella región, pero también de Aguascalientes y Querétaro para hacer un aquelarre editorial para dar vida a un proyecto estudiantil. Las pioneras en ello fueron Tiffany Uvalle Yáñez y Yanuen Rizo, quienes querían crear una publicación que les permitiera expresar su sentir y su fuerza, diera voz a todas las formas de ser mujeres y feministas, compartiera sentimientos e ideas.

Fue así como en 2017 decidieron lanzar una convocatoria e invitar a colaborar en esa publicación que se habían empeñado en dar a luz:

Si eres mujer y te gusta escribir, dibujar, pintar o hacer fotografía, estás cordialmente invitada a participar en nuestro fanzine Nosotras las Wiccas que busca la expresión femenina a través del arte.

Siempre proponen el tema, así se ha escrito “La feminidad a través de una mirada artística”, “Mujeres hijas de la tierra”, “Brujas, sabiduría, libertad y rebeldía”, “Afrodita: Belleza, amor y sensualidad”, “Masculinidades: una postura crítica y deconstructiva de la masculinidad”, “Feminismos: Mujeres y diversidad cultural”, entre otros más y este 2021 fue sobre Mujeres en confinamiento:

Voces que resuenan entre las paredes del hogar. Gritos que estallan en el interior de los cuerpos. Pensamientos disparados por una nueva forma de adaptarse ante un confinamiento impuesto.

El contenido en este número recopila la visión, espacial e interior, de mujeres en sus hogares. Adaptarse, reconstruirse, sentirse y percibir lo no percibido anteriormente son algunos elementos presentes. El número muestra la hibridación del cuerpo en aislamiento, del pensamiento con el encierro, de la visión real con lo imaginario, de la resistencia a la nueva realidad y la nostalgia de la realidad pasada.

Mujeres fuertes y valientes, que día a día enfrentan un proceso interior en casa, se hacen presentes aquí para recordar que sus voces siguen (y seguirán) hablando, expresando y denunciando a pesar del encierro.

Debido a la gran respuesta que tuvo la convocatoria para este número 11 -febrero 2021- se tuvo que presentar en dos volúmenes. En cada uno hay poesía, relatos, crónicas y reflexiones de mujeres desde sus cuartos propios, sus cocinas o sus cielos, sus paredes y gatos, voces y silencios. Hay también dibujos y fotografías, colores que delatan esperanzas, espejos que invitan a reconocerse, parques infantiles solitarios y viajes por nuestras propias menstruaciones. Señoras como yo que redescubrimos nuestras propias cocinas al tener que quedarnos en casa, chicas que se interrogan a sí mismas mientras termina este encierro. Recetarios para apapachar el andar, pensamientos de cuarentena, diarios de confina-mientes, chocolates que dan color a una piel hermosa y orgullosa de su tono.

En esta edición, además de Tiffani Uvalle, participaron en la edición María Guadalupe Guerra Hernández, Dalila Irais Jiménez Ávila y Celia Falcón Jiménez. Todas ellas con una creatividad sorprendente y generosa, porque hacen la revista con sus propias manos. En efecto, cada página es un dibujo, una hoja iluminada, colorida, trazadas con su puño y letra, bien dicen en su presentación editorial:

Nosotras las Wiccas es una publicación bimestral que busca la expresión y la difusión del arte femenino. La revista incluye material tanto de creación y manifestación artística propia, como la divulgación de figuras femeninas en el arte, la ciencia y la historia. Este proyecto surge con la iniciativa de brindar un espacio para mujeres donde puedan compartir conocimiento y expresión, creando lazos más fuertes y reivindicando el lugar femenino en las ciencias y en las artes. Este es un lugar donde nosotras, como mujeres podemos apelar, llamar y exigir por todo aquello que afuera no se escucha, es un espacio sobre, por y para la mujer. Cada número se configura en formato cartonero a través del trabajo artesanal de las editoras siguiendo diseños guiados por la creatividad y la imaginación.

Esta presentación las hace únicas, originales y convierte su espacio en páginas cálidas, color sororidad e impresión gozosa. Ya preparan su siguiente número con el tema “Contra el amor romántico”. Puedes conocerlas en su Facebook Nosotras las Wiccas o contactarlas en nosotraswiccas@gmail.com Cada número es único y colaborar con ellas es una emoción inolvidable. Yo misma lo experimenté cuando me vi publicada en sus páginas en el número 11 de este 2021:

BITÁCORA DE COCINA

Adiós viajes, hasta la vista cubículo, sin pasillos que recorrer, sin calles que pisar, encerrada en casa por culpa de un virus cruel, voy reconociendo mi casa, la redescubro con los ojos muy abiertos, la recorro en noches de insomnio, la ilumino en mañanas grises.

Reconozco   que mi recámara sigue siendo un cautiverio seguro, que mi estudio es esa habitación propia por la que tanto he luchado. El comedor un centro de reunión con sabores y aromas. La sala, sillones aburridos que hoy debo entretener mientras leo o escucho música. En el baño, mi tina de sirena. Y la cocina, ¿la cocina?…

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