El hotel que marcó el lujo en la década de los 50 en Panamá y la región

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Vista aérea del hotel El Panamá inaugurado en 1951. / LIFE 

El hotel El Panamá fue el más lujoso hotel de la región en la década de los 50 y acabó con el segundo mandato del presidente Arnulfo Arias.

Amalia Aguilar Nicolau*

SemMéxico, Ciudad de Panamá, 17 de junio, 2024.- Enclavado en el corazón de la Ciudad de Panamá, el Hotel El Panamá se erige no solo como un recuerdo de lujo y confort de una época, sino también como un testimonio de la innovación arquitectónica y el desarrollo económico de la región. Su historia, que se remonta a finales de la década de 1940, es un reflejo de la ambición y la modernidad que caracterizaron a Panamá.

Un sueño moderno hecho realidad

Recepción del hotel El Panamá. / LIFE

La construcción del Hotel El Panamá comenzó en una época de gran transformación y crecimiento para la Ciudad de Panamá. En un contexto donde el país buscaba modernizarse y posicionarse como un destino de importancia en Centroamérica.

Para esto era necesario primero tener un aeropuerto internacional, así como un hotel a la altura de los planes del país. Fue así como el 1 de junio de 1947 el presidente Enrique Jiménez inaugura el Aeropuerto Internacional de Tocumen, hoy convertido en terminal de carga. 

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La segunda necesidad imperiosa era un hotel de lujo con instalaciones modernas para alojar a los visitantes.

Fue entonces cuando el arquitecto Edward Durell Stone, conocido por su estilo moderno y vanguardista y cuyo trabajo incluye el Museo de Arte Moderno de Nueva York y la Embajada de los Estados Unidos en Nueva Delhi, fue convocado para dar vida a este ambicioso proyecto junto al arquitecto panameño Octavio Méndez Guardia y Harold W. Sander.

De acuerdo con Eduardo Tejeira Davis en Panamá: Guía de arquitectura y paisaje, “El proyecto empezó en 1946 con la contratación del conocido arquitecto estadounidense Edward Stone. Quien trabajó con la empresa panameña Méndez & Sander y el arquitecto paisajista Thomas Church. Los arquitectos se inspiraron en Le Corbusier y la vanguardia brasileña y crearon un gran volumen blanco en medio del verdor de una colina. Hacia la vía España, la fachada fue resulta como una retícula de balcones en canto libre, hacia atrás se construyeron largos pasillos abiertos. Se trató de ‘trabajar con el clima, no de combatirlo’; las habitaciones se diseñaron mayormente como pequeños túneles de viento para favorecer la ventilación natural (solo las del centro del edifico tenía climatización). La recepción de la planta baja estaba totalmente abierta para que corriera la brisa”. 

Su estructura en forma de H, el uso elegante del hormigón y el vidrio, y la integración de espacios abiertos y luminosos, representaron una ruptura con los estilos arquitectónicos tradicionales de la época. El diseño no solo era estéticamente atractivo, sino también funcional, aprovechando al máximo nuestro clima tropical. 

Tejeira también destaca que “fue uno de los hoteles más modernos de América Latina y fue reseñado en muchas revistas importantes; en 1951, por ejemplo, Architectural Forum aseveró que el proyecto había ‘revolucionado el planteamiento de hoteles’ en el Caribe. Tal fama era inusitada en Panamá”. 

El hotel El Panamá se convirtió desde su inauguración en 1951 en el epicentro de la vida social de la ciudad. / LIFE

Innovación y lujo sin precedentes

Desde su inauguración oficial el 15 de enero de 1951, el hotel El Panamá se destacó por ser pionero en ofrecer servicios e instalaciones de lujo en la región. 

Las áreas del hotel incluían una piscina que rápidamente se convirtió en un punto de encuentro social, restaurantes de alta cocina que ofrecían una variedad de delicias culinarias, salones de eventos con capacidad para grandes reuniones y conferencias, y habitaciones elegantemente decoradas que ofrecían un refugio de comodidad y estilo.

Los medios de comunicación también se hicieron eco del acontecimiento. El diario El Panamá América del 25 de junio de 1949 señala que el hotel El Panamá es la más grande construcción que se haya realizado en nuestro territorio después del Canal:

“Moderno en todos sus aspectos El Panamá no tendrá igual en los países del sur. Su planta baja, a la cual se entrará bajo prolongada marquesina, mide ciento treinta metros de frente. A la izquierda de ese enorme lobby una amplia galería ofrecerá una docena de tiendas en las que nuestros establecimientos comerciales más acreditados abrirán sucursales. Allí tendrán cabida agencias bancarias, bazar de novedades, joyerías, oficinas cablegráficas, almacenes de moda mostrando sus vidrieras y escaparates a huéspedes y visitantes.

Parte trasera del edificio de Hotel El Panamá inaugurado en 1951. / LIFE

El lobby o vestíbulo tendrá terraza al norte y sur. Una de ellas, con frente a la vía España, se proyectará sobra la colina verde sembrada de árboles y plantíos con su estanque sobre el cual flotarán algas y nenúfares.

Contiguo a la terraza norte del edificio se encontrará el patio. Este patio merece un capítulo aparte. Se trata de un área de más o menos dos mil metros cuadrados con pista de baile, piso de terraza, plantas exóticas, sistema moderno de sonido, bar especial para el servicio de área y una iluminación indirecta. Todo en ambiente de lujo y de trópico.

Esta área sin duda alguna constituirá el punto donde converjan las actividades de nuestra juventud. El baile al aire libre durante los meses de verano será una de las grandes atracciones del hotel. En el patio se darán cita todos los personajes de nuestra sociedad y allí se congregarán para sus visitas a la piscina”.

La reseña también destacaba la magnífica orientación del edificio que “permite una vista panorámica de la bahía desde todas las habitaciones consiguiéndose a la vez, debido a la esbeltez del edificio, ventilación a través para todos los cuartos de norte a sur”.

El artículo finaliza señalando el potente impacto que este edificio tendría en la vida de la ciudad señalando que, “como por obra de magia, quedará transformada la vida social de la urbe.

 

Vista desde el jardín. / LIFE

Pero también la prensa internacional reaccionó ante la obra arquitectónica. De acuerdo con Mónica Guardia en un artículo de 2018 publicado en la La Estrella de Panamá se cita: 

“Todo lo que usted cree sobre la República de Panamá es falso. Si ha escuchado que el país es una jungla humeante donde los monos se mecen entre los bejucos… un lugar lleno de enfermedades y pestes tropicales… se equivoca’, decía la nota de una agencia noticiosa estadounidense insertada en cientos de periódicos a lo largo de toda Norteamérica en marzo de 1951.

‘Estoy escribiendo desde el recién inaugurado hotel El Panamá. Y déjenme decirles que hasta los turistas estadounidenses más difíciles de complacer —y nuestros turistas son así— tendrán dificultades encontrando una falta’, proseguía el periodista Dave Roberts, apenas un mes después de la apertura del hotel que ponía a Panamá en el mapa del turismo internacional.

‘La habitación en la que estoy es amplia, tiene aire acondicionado y una preciosa vista a la bahía de Panamá. Es, por lejos, superior a la mejor que me hayan ofrecido en muchos de los más elegantes resorts de Estados Unidos. Los restaurantes (del hotel) no pueden ser mejores, ni por la belleza de los escenarios ni por el servicio’.

 ‘Aunque solo unos cuantos nacionales pueden siquiera caminar por el lobby , este nuevo hotel se ha convertido en el orgullo de los panameños. Su presencia aumenta el prestigio del istmo en Centroamérica y Suramérica y seguramente atraerá nuevos ingresos a su escuálida economía’, decía otra nota de agencia de prensa norteamericana, que comparaba al ‘ultra moderno’ resort con los más lujosos de Miami Beach y del continente”.

La terraza restaurante del hotel El Panamá. / LIFE

Un centro de actividad cultural y social

 El largo y estrecho edificio de 12 pisos tenía 300 habitaciones, cada una con un balcón que permitía a los huéspedes disfrutar de la más hermosa vista, ya fuera a la bahía de Panamá o a las verdes colinas que rodeaban la parte norte de la ciudad.

La idea de Stone era sacar partido a la exuberancia del paisaje tropical, por lo que se las ingenió para crear un enorme lobby abierto, sin puertas ni ventanas, que daba acceso a los restaurantes, bares, piscina y establecimientos comerciales de la primera planta.

La piscina era tal vez el área más impresionante, con su delicioso ambiente de jardines exóticos y su sistema de ventilación cruzada natural que utilizaba a las habitaciones como túneles de viento.

Cuando fue inaugurado, en enero de 1951, el hotel se convirtió de inmediato en el centro de la vida social del país y su éxito comercial parecía asegurado. Pero no había ningún tipo de presión: ‘Aunque no resulte rentable se mantendrá abierto a expensas de los contribuyentes, si fuera necesario’, comentó una fuente bien informada a otro periodista extranjero que llegó al istmo a cubrir la fiesta de apertura.

Los amplios salones del hotel El Panamá donde se realizaban fiestas y eventos. / LIFE

Una historia poco conocida

Como en todas las historias, esta también tiene una parte menos conocida, pero también muy interesante y es la financiación del proyecto que estuvo a cargo de un grupo de empresarios liderados por Guillermo Arango, quienes conocedores de la visión de modernidad del presidente Jiménez, le pidieron su intervención para adquirir 160 hectáreas de terreno en el área de El Cangrejo. 

El presidente interviene ante los nuevos dueños de parte del grupo de inversionistas que se propone construir “el mejor hotel de la ciudad”. Por 50 centavos el metro, los desarrolladores vendieron seis acres para el proyecto hotelero y cedieron varios más para ubicar la sede de la Universidad de Panamá.

Según Guardia, “Ya resuelto el problema del terreno, los empresarios, organizados en la compañía Hoteles Interamericanos, tramitaron un préstamo de un millón de dólares a la Compañía Fiduciaria (Panamá Trust Company), único banco de capital privado panameño y del cual eran también sus principales accionistas (creado en 1947).

La empresa contaba con todo el respaldo del gobierno de Jiménez, quien gestionó que la Caja de Seguro Social asumiera $1.5 millones en bonos de primera hipoteca emitidos por Hoteles Interamericanos y le sirvió como fiador para que el Export Import Bank, de Washington, les diera un préstamo adicional por $2.5 millones para financiar la construcción. El gobierno también otorgó un subsidio equivalente al 4% sobre $5 millones para garantizar las utilidades”.

La construcción inició en septiembre de 1946 y tomó cinco años completar el proyecto debido a la cantidad de imprevistos que enfrentaron los constructores. Por lo que Hoteles Interamericanos tenía un importante sobregiro que no tenían cómo pagar, por lo que solicitaron los permisos para una nueva emisión de cédulas hipotecarias por $1.5 millones, había muchos intereses en juego.

El proyecto siguió adelante hasta llegar a la Asamblea Nacional, que aprobó la ley a la que se llamó ‘Ley El Panamá’. Pero la situación política ya no era la misma de 1946, Arnulfo Arias ejercía su segundo mandato como presidente por lo que le tocaba refrendar el proyecto de ley a favor de la empresa hotelera.

Sin embargo, el presidente vetó el proyecto bajo el argumento de que la ley no definía cómo se usaría el dinero que se recogiera de la emisión de bonos, lo que puso en “jaque mate” no solo a la empresa (Hoteles Interamericanos), sino también a la Compañía Finduciaria

Y al parecer esto era lo que sus enemigos estaban esperando. Una intensa campaña contra Arias “le acusaba de vetar la ley por deseos de venganza contra la junta directiva del banco que rechazaba los chantajes del presidente, deseoso de apoderarse de la institución”.

La oposición convocó a la ciudadanía a manifestaciones reiterando el llamado a un movimiento de resistencia civil para exigir la renuncia del presidente.

Terraza del hotel El Panamá / LIFE

Luego de una serie de arbitrarias decisiones como: abolir la constitución vigente y adoptar la del 41, cerrar la Asamblea Nacional y gobernar por medio de decretos de gabinete, entre otras; el pueblo se alzó. Se hicieron manifestaciones, protestas callejeras y una huelga que dejó a la ciudad paralizada.

El presidente fue destituido por la Asamblea, una decisión ratificada por la Corte Suprema de Justicia. Y para rematar, el comandante de la Guardia Nacional, José Remón (verdadero hombre fuerte), envió 200 policías a la Presidencia para sacar a Arias a la fuerza.

El 30 de mayo de 1951, apenas días después de la salida de Arias, el nuevo presidente, Alcibiades Arosemena, pedía a la Asamblea Nacional poderes especiales para tomar medidas correctivas de orden económico. Entre ellas, permitir la emisión de bonos hipotecarios para el hotel El Panamá.

A lo largo de los años, el hotel El Panamá ha sido más que un lugar para hospedarse; ha sido un epicentro de la vida social, cultural y política del país. 

El hotel ha sido testigo de numerosos momentos históricos. En sus salones se han tomado decisiones importantes, se han celebrado acuerdos y se han organizado eventos que han marcado la historia de Panamá. 

Una de las características más destacables del hotel El Panamá era el jardín, esa loma verde que descendía hasta la Vía España y que tenía hacia la Iglesia del Carmen una hermosa fuente.

 De esto ya no queda nada, pues en un rapto de poca visión, decidieron acabar con este hermoso jardín y convertirlo en la horrorosa galería que en la actualidad aloja una serie de comercios.

 Lo que nos queda es recordar el esplendor de este edificio, reflejo de decisiones planificadas, estudiadas y sobre todo con dimensión humana.

 Vista de la fuente que daba a la Iglesia de El Carmen. / Panamá Vieja Escuela

Periodista Panameña. Fundadora de la Red de Periodistas Centroamericanas. Responsable de edición digital de la Televisora Nacional de Panamá, donde tiene a su cargo la sección Historias de Panamá.

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