El erotismo es un elemento esencial de nuestro cuerpo, se siente, emociona, percibe, imagina y recrea fantasías
A partir de la integración de todos los sentidos, con el sencillo y firme propósito de lograr el placer sexual
Elizabeth Ferreras Blanco/ psicóloga, integrante de Cladem México
SemMéxico, Guadalajara, Jalisco, 17 de agosto, 2024.- El placer sexual, históricamente criticado, castigado, silenciado, vetado, sancionado y estigmatizado, especialmente en los cuerpos femeninos, ha sido objeto de grandes tratados científicos, filosóficos, psicológicos y religiosos que lo han colocado dentro del ámbito de la vergüenza y la ignominia, convirtiéndolo en algo sucio y prohibido. «No te toques, no te mires, no sientas, no muestres, no imagines, no rías, no gimas … no, no, no».
Fue solo con la revolución sexual de los años 60 y 70 que surgió un nuevo paradigma, sacando a la luz pública un tema que hasta hoy sigue siendo parte de lo privado: la libertad de ser, actuar y pensar una nueva forma de ejercer la sexualidad, más allá de la biología y la reproducción dentro o fuera del matrimonio.
Sin embargo, incluso en este nuevo paradigma, el placer femenino seguía asociado a la figura de un hombre como responsable de provocarlo, es decir, el placer no era visto como algo propio, sino como el resultado de lo que otra persona podía provocar o generar en nuestro cuerpo.
Actualmente, el paradigma ha cambiado y sigue evolucionando. «El orgasmo es de quien lo trabaja»… este dicho nos devuelve la responsabilidad de explorar nuestro cuerpo, de identificar las partes más sensitivas y redescubrir las sensaciones que hacen vibrar de placer nuestro ser, llevándonos a sentir la alegría de la vida. Como dice la famosa canción de «Macarena», «dale a tu cuerpo alegría y cosas buenas».