Adolescentes mexicanas ©Mauricio Ramos/Unicef
Los embarazos en la adolescencia siguen siendo la principal causa de muerte entre las niñas de quince a diecinueve
Los países podrían poner fin al matrimonio infantil, según un informa la Organización Mundial de la Salud (OMS) que analiza la IPS desde Ginebra.
Redacción
SemMéxico/Periodistas en Español, 25 de abril, 2025.- Cada año, más de veintiún millones de adolescentes en países de renta baja y media se quedan embarazadas. Aproximadamente la mitad de esos embarazos no son deseados. Y nueve de cada diez alumbramientos de adolescentes se producen entre chicas que se casaron antes de cumplir los dieciocho años.
La médica Pascale Allotey, directora de Salud Sexual y Reproductiva e Investigaciones Conexas de la OMS, destacó que «los embarazos a temprana edad pueden tener graves consecuencias físicas y psicológicas para las niñas y las jóvenes».
«Suelen reflejar desigualdades fundamentales que afectan a su capacidad para moldear sus relaciones y sus vidas», agregó.
Entre los graves riesgos para la salud que conlleva el embarazo adolescente están los mayores índices de infecciones, complicaciones y partos prematuros.
Pero también interrumpe la educación y limita las oportunidades de trabajo en el futuro, por lo que muchas madres jóvenes acaban atrapadas en la pobreza.
Para ayudar a prevenir el embarazo adolescente, la OMS pide a los gobiernos que ofrezcan mejores alternativas al matrimonio infantil. Por ejemplo, mejorando el acceso a la educación, los servicios financieros y el empleo.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), si todas las niñas terminaran la enseñanza secundaria, el matrimonio infantil podría reducirse hasta en dos tercios.
«Abordar este problema implica crear las condiciones para que las niñas y mujeres jóvenes puedan prosperar, garantizando que puedan permanecer en la escuela, estar protegidas de la violencia y la coerción, acceder a servicios de salud sexual y reproductiva y tener opciones reales sobre su futuro», insistió Allotey.
Por otra parte, el reporte registra que se han producido avances a escala mundial. En 2021, una de cada veinticinco niñas dio a luz antes de los veinte años. Veinte años antes, la tasa era de una de cada quince.
Sin embargo, sigue habiendo grandes diferencias. En algunos países, casi una de cada diez niñas de entre quince y diecinueve años sigue dando a luz cada año.
«El matrimonio infantil priva a las niñas de su infancia y tiene graves consecuencias para su salud», afirmó la experta en Salud Pública Sheri Bastien, del área de Salud Sexual y Reproductiva de los Adolescentes en la OMS.
Subrayó el poder de la educación para transformar el futuro de las niñas, y dijo que «tanto los niños como las niñas deben comprender el concepto de consentimiento y desafiar las grandes desigualdades de género que siguen impulsando las altas tasas de matrimonio infantil y embarazo precoz en muchas partes del mundo».
La OMS actualizó las guías sobre la materia publicadas en 2011, promoviendo una educación sexual integral que, según ese organismo sanitario de las Naciones Unidas, es esencial para que las y los jóvenes sepan cómo utilizar los distintos tipos de anticonceptivos y dónde buscar asesoramiento.
«Se ha demostrado que reduce los embarazos precoces, retrasa el inicio de la actividad sexual y mejora los conocimientos de los adolescentes sobre su cuerpo y su salud reproductiva», sostiene la OMS.
La directriz recomienda, para las niñas en mayor riesgo, considerar incentivos para apoyar la finalización de la educación secundaria, como estipendios financieros específicos o programas de becas.
Además, pide leyes que prohíban el matrimonio antes de los dieciocho años, de conformidad con las normas de derechos humanos, y la participación comunitaria para prevenir esa práctica.