- Emprender siendo mamá presenta su sexta edición
- El taller ha sido punto de encuentro para compartir experiencias sobre los equilibrios y tensiones
Lisandra Fariñas
SemMéxico/SEMlac, La Habana, 22 de septiembre, 2025.- Historias de vida, culpas compartidas, aprendizajes y orgullo materno se entrelazaron en la sexta edición de Emprender siendo mamá, un espacio de reflexión que reunió el pasado 19 de septiembre a mujeres cubanas que han hecho del emprendimiento y la maternidad un camino paralelo y desafiante.
La cita, organizada por primera vez de manera conjunta por los proyectos Los colores de Isa y To’Pensao, con el apoyo de la Red Cubana de Mujeres Emprendedoras y la Asociación Hermanos Saíz, tuvo como sede el Salón de Mayo del Pabellón Cuba, en la capital.
Durante las cinco ediciones anteriores, el taller ha sido punto de encuentro para compartir experiencias sobre los equilibrios y tensiones entre los negocios y la crianza.
En esta ocasión, las participantes regresaron para cerrar un ciclo y abrir nuevos debates en torno a culpas, tiempos, divorcios, redes de apoyo, finanzas, sororidad, autocuidado y la siempre compleja relación entre los sueños profesionales y las demandas de la maternidad, explicó Zailin Pérez Zaldívar, fundadora de Los colores de Isa, una iniciativa centrada en el bienestar y disfrute de infantes, adolescentes y adultos.
«Queríamos reunir a las lideresas que han acompañado el proyecto en otras ediciones para escucharlas, celebrar los aprendizajes y pensar en los próximos pasos», dijo a SEMlac Pérez Zaldívar, quien destacó el servicio de cuidado infantil simultáneo al evento, a cargo de su equipo, que permite a las madres asistir acompañadas de sus hijos e hijas.
Voces que inspiran
La jornada estuvo marcada por testimonios íntimos y reveladores. Madelaine Rodríguez, fundadora de Decoluz, proyecto dedicado a crear lámparas artesanales con tuberías de PVC en 2019 y codirectora de To’Pensao, una iniciativa de coordinación y organización de eventos, habló de los momentos de culpa por no dedicar más tiempo a su hijo y de la alegría de verlo crecer comprendiendo el esfuerzo de su madre.
«Cuando Alan me dice ‘mamá, juega conmigo’ y yo no puedo, me duele; pero también me conmueve cuando, con solo siete años, entiende que mamá está trabajando por un sueño», confesó.
Lisette Abadie, de Pequeespacio, iniciativa centrada en la estimulación del desarrollo integral de infantes entre los tres y seis años, con recursos del arte y la psicología, destacó cómo la experiencia de maternar le enseñó a respetar la infancia y a diseñar proyectos centrados en la empatía hacia las niñas y los niños.
«Ser madre me ha dado la sensibilidad para entender que cada niño tiene mucho que enseñar, que merece ser escuchado y respetado», afirmó.
Sara Ida Hernández, creadora de Yo puedo emprender, dedicado a compartir conocimientos sobre el proceso de diseño y puesta en práctica de un negocio, y de la mentoría de negocios DoyDas, compartió que su hijo la ha impulsado a construir desde cero, enseñándole resiliencia y el valor de la transparencia.
«Él es mi héroe, mi compañero de camino. Me recuerda que siempre hay que probar para saber, incluso cuando el miedo dice lo contrario», dijo Hernández.
Para Maricel Povert, fundadora del Centro Holístico y de Bienestar D’Marie, en cualquiera de los caminos que se escoja, ya sea el de impulsar un negocio o ejercer la maternidad, es importante reflexionar sobre las lecciones de vida que deja el fracaso: «Siempre le digo a mi hija que por amor nada se hace mal. Aunque la vida no salga como esperas, lo importante es hacerlo todo desde el corazón».
Una premisa que comparte Yadira Rachel Vargas Horta, de Rizo Libre, un proyecto que defiende la afroestética, impulsa apoyo a la comunidad «afro rizada» y promueve el diálogo, la capacitación y espacios de socialización para abordar temas relacionados con la cultura, la identidad, la estética afrodescendiente, el racismo y la discriminación.
La joven relató su decisión de romper con el ideal de «madre perfecta» para encontrar un modelo propio que la hiciera feliz. «Con mi segunda hija entendí que no tenía que seguir el patrón de mi madre. Renuncié a la idea de que todo debía ser impecable y descubrí que la maternidad también es libertad», apuntó.
La activista Marbelis González, de La Mina/Tercer Paraíso, un proyecto de desarrollo local (PDL) cuya principal intención es abordar la gestión de residuos sólidos, principalmente plásticos, habló del desafío de los hijos que han emigrado y viven lejos y del amor que trasciende la distancia.
«Soy la madre de las ausencias, pero también de las conexiones invisibles. A veces cierro los ojos y los abrazo desde universos paralelos», compartió con emoción.
Yainiris Díaz, fundadora de Sugiero Cuba, un espacio que creó en el año 2020 con el propósito de dar visibilidad y promoción a pequeños negocios y emprendimientos, habló de los límites necesarios para proteger la vida familiar.
«He aprendido a dejar espacios, aunque sean mínimos, donde el negocio no entra.
Cuando mi hija me dice ‘mamá, ahora no trabajes’, ese momento es intocable», dijo Díaz.
Para Lora Cepero, de Miamar Estudio, es un desafío constante encontrar formas creativas de estar presente: «Aunque mi agenda esté llena, ellos saben lo que hago y por qué. Un simple detalle, como hacer una carpeta escolar con mis propias manos, es mi manera de decirles: aquí estoy», destacó Cepero, quien gestiona un estudio de fotografía.
Claudia Bernal, fundadora y directora de To’Pensao, recordó muchas ocasiones en que debió ausentarse de ferias y eventos para priorizar a sus hijos. «A veces tuve que decir no a oportunidades de negocio para quedarme en casa, y en otras ocasiones mi familia asumió mi lugar para que yo pudiera avanzar. Es un equilibrio que se aprende cada día», relató.
El encuentro fue también una ocasión para la presentación de la nueva etapa de To’Pensao, un emprendimiento que nació en 2019 como estudio creativo y hoy se relanza, fusionado con Decoluz, para organizar eventos y proveer mobiliario a otros negocios.
«Queremos que este sea el primero de muchos espacios donde acompañemos a emprendedoras y emprendedores a mostrar su trabajo. Nos mueve la pasión por los detalles y por crear ambientes que cuenten historias», afirmó Bernal, adelantando que el equipo seguirá apostando por encuentros que fortalezcan la comunidad creativa de la nación caribeña.
La cita celebró también los cinco años del proyecto Yo puedo emprender, que ha formado a más de 400 personas en herramientas para iniciar y consolidar negocios, incluso en contextos adversos. «El emprendimiento es también una escuela de vida; enseñar a otras mujeres a volar ha sido mi mayor recompensa», dijo Sara Ida Hernández.
En opinión de Pérez Zaldívar Emprender siendo mamá apuesta por ser un lugar imprescindible para compartir estrategias, apoyarse en redes y demostrar que la maternidad y los negocios pueden crecer juntos, con amor, paciencia y creatividad.