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Las representaciones de las prácticas de enseñanza como recursos favorecen el aprendizaje
María Guadalupe Pérez Martínez*
SemMéxico, Cd. de México, 7 de mayo, 2025.- La directora de una primaria recibe una notificación de la asignación de una nueva docente a la escuela. La docente se integrará a partir del taller intensivo de verano, previo al inicio de clases y estará a cargo del grupo de segundo grado.
La directora se pregunta cómo puede hacer para compartir con la docente la manera en que trabajó el grupo durante el primer grado; a ella le parece que las boletas no son suficientes para mostrar lo que el grupo logró, los desafíos que enfrentaron y las tareas pendientes para el ciclo que está por comenzar.
Siente la necesidad de mostrar a la nueva docente cómo las y los docentes de la escuela organizan su enseñanza y promueven el aprendizaje del estudiantado, además desearía conocer cómo son las prácticas de enseñanza de la docente que se integrará para que puedan articularse y aprender entre todo el colectivo. A la directora le parece que el trabajo cotidiano es arduo y no facilita espacios de interacción entre docentes. Quisiera que las paredes de las aulas fueran tan delgadas que permitieran que se observaran y aprendieran entre sí.
Compartir lo que ocurre dentro de las aulas es un deseo común entre docentes, personal directivo y personal de apoyo en escuelas de diferentes niveles educativos. Este deseo responde a necesidades que, por lo general, se encuentran vinculadas con el aprendizaje durante el ejercicio de la profesión, pues la docencia es una profesión de aprendizaje incesante, detonado por las características de las y los estudiantes, por desafíos en la enseñanza de las asignaturas que impartimos, cambios curriculares, entre otras razones.
Una forma de captar y compartir la enseñanza sin alterar lo que ocurre en las aulas es a través de representaciones de la práctica. Las representaciones de la práctica son fuentes de evidencia de lo que ocurre en las aulas, pueden ser: videograbaciones, muestras de trabajos de estudiantes, simulaciones sobre la enseñanza, relatos, y también planificaciones de sesiones de clase y resultados de aprendizaje de estudiantes.
Estos recursos parecen ser especialmente valiosos para conformar oportunidades que promuevan el aprendizaje docente, pues permiten que las y los docentes se vean a sí mismos o a sus colegas y pueden emplearse para el acompañamiento dentro y fuera de la escuela anclado en lo que se gesta en las aulas.
Es decir, tienen el potencial para fundamentar oportunidades de formación continua, facilitando la construcción de un conocimiento situado y reflexivo sobre la enseñanza, dentro y fuera de las escuelas donde laboran las y los docentes.
Estos recursos son fundamentales en la formación docente debido a que cada docente trabaja de forma particular en su aula, lo que dificulta mostrar a otras personas esas prácticas de enseñanza, tanto cómo se interactúa con el estudiantado como los recursos empleados, los logros y desafíos de las y los estudiantes, así como los problemas que se identifican en las prácticas.
A esta condición de la profesión docente se le conoce como horizonte de observación restringido, ya que la insularidad de las aulas no permite mostrar y poner a disposición de otras personas los elementos del ambiente de trabajo como un medio para favorecer el aprendizaje.
Dentro de los diferentes tipos de representaciones de la práctica destacan las videograbaciones de aula y los ejemplos de trabajos de estudiantes por ser los recursos más cercanos a lo que ocurre en las aulas.
Las videograbaciones muestran interacciones verbales y corporales y permiten captar situaciones complejas y revisarlas en varias ocasiones, por diversas personas. Los trabajos de estudiantes pueden incluir producciones escritas, procedimientos para solucionar problemas, entre otros productos; estos recursos tienen el potencial de evidenciar el pensamiento seguido por el alumnado y los recursos pedagógicos utilizados.
Sin embargo, su efectividad para promover el aprendizaje continuo de docentes dependerá de que se construya un ambiente donde las y los docentes sientan seguridad y confianza para usar diferentes fuentes de evidencia de sus prácticas.
En la construcción de un ambiente adecuado para el uso de las representaciones de la práctica influyen diferentes factores. Uno de ellos es el establecimiento de propósitos centrados en la enseñanza; esto implica que la recolección de representaciones de la práctica debe responder a un propósito y su uso debe ser coherente; por ejemplo, si el propósito de una docente es crear oportunidades para que sus estudiantes expliquen de forma oral sus argumentos, se requerirán evidencias donde se observe la expresión de ideas y cómo la docente las impulsa y retroalimenta.
Otro factor tiene que ver con las personas involucradas en el uso de las representaciones de la práctica, deseablemente pequeños equipos de docentes con propósitos similares, y en donde haya alguien quien se encargue de facilitar el trabajo; por ejemplo, dentro de escuelas de educación primaria se podrían conformar equipos por grado o fase, o en niveles educativos posteriores por asignatura o campos formativos, y, se puede acordar quien facilite las sesiones de trabajo, variando entre sesiones.
Además, se requieren orientaciones para la interacción, tales como acuerdos sobre la dinámica de participación en las sesiones de trabajo, preguntas para guiar el análisis y discusión de las representaciones de la práctica, lineamientos para brindar retroalimentación, herramientas para registrar resultados alcanzados y decisiones tomadas, entre otros.
Las representaciones de la práctica pueden ayudar a extender los límites del horizonte de observación de las aulas, acortando la distancia entre el lugar donde ocurre la enseñanza y donde se persigue el aprendizaje docente, posibilitando el análisis y la reflexión sobre prácticas pedagógicas al trasladarlas a un contexto distinto del aula.
El uso de estas representaciones puede fortalecer el trabajo que desarrollan colectivos de docentes en diferentes niveles educativos y favorecer la conformación y consolidación de comunidades profesionales de aprendizaje externas a los planteles. Sus atributos apuntan oportunidades para mejorar la enseñanza y el aprendizaje de las y los estudiantes, y pueden contribuir a enfrentar los desafíos constantes que implica el ejercicio de la docencia.
María Guadalupe Pérez Martínez: Integrante de MUxED, es docente e investigadora del Departamento de Educación en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, y forma parte del cuerpo académico Competencias Intelectuales y Académicas Básicas. Desarrolla proyectos de investigación e intervención sobre prácticas docentes, trabajo colaborativo, mejora escolar y evaluación educativa.
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