Mujeres de la sociedad civil participaron en la Tribuna del Año Internacional de la Mujer en junio de 1975 / Archivo General de la Nación
El volante que llevó a los espías del gobierno a rastrear el movimiento feminista de 1975
Archivos desclasificados revelan cómo edecanes encubiertas y policías vigilaron a activistas y diplomáticas durante el Año Internacional de la Mujer
Maleny Navarro
SemMéxico / El Sol de México, Cd. de México, 29 de junio, 2025.- “Favor de investigar urgentemente”. Esa fue la orden que recibió hace 50 años la Dirección Federal de Seguridad (DFS) para rastrear un volante con el que las mujeres exigían, en el Año Internacional de la Mujer, la liberación de sus compañeras presas políticas.
Era junio de 1975. El gobierno de México preparaba dos cosas: la infraestructura del entonces Distrito Federal para darle la bienvenida a mujeres provenientes de todo el mundo unidas en una conferencia, la primera de su tipo, y a sus agentes para espiar lo que ahí se discutía y exigía.

La ONU proclamó el Año Internacional de la Mujer y acordó, previa propuesta del gobierno de México, que la anfitriona de la Conferencia Mundial sería la capital y su sede, Tlatelolco, en la entonces Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). A la par se organizó la Tribuna, un foro alterno en Centro Médico, donde participaban mujeres de la sociedad civil que reclamaban lo que sus compañeras diplomáticas no discutían de manera oficial.
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El volante a investigar decía: “Aquí en México DF mientras se celebra la Conferencia del Año Internacional de la Mujer hay más de 20 presas políticas en la cárcel de Santa Martha Acatitla”.
Al gobierno del entonces presidente, Luis Echeverría Álvarez, le preocupaban estos eventos por su organización y también porque, en esos días en el DF, no era el único movimiento social al que veía como una amenaza. Enfrentaba las protestas del Partido Comunista, perseguía a la Liga 23 de septiembre y vigilaba la huelga del Sindicato del Personal Académico de la UNAM, apoyada por los estudiantes.
Además del operativo de seguridad que requería una conferencia internacional de ese nivel, la solución del gobierno para vigilar lo que las asistentes discutían, planeaban o proponían fue enviar a la Tribuna a mujeres encubiertas como edecanes que informarían, entre otras cosas, “sobre cualquier intento de distribución de panfletos o volantes de aspectos negativos, ya sea sobre el evento y de carácter político”.

El volante que desató la vigilancia de mujeres contenía los nombres de presas políticas / Archivo General de la Nación
La extinta DFS operaba como agencia de inteligencia del gobierno, encargada de erradicar los movimientos que, desde su visión, amenazaban al Estado.
En la Tribuna, donde las mujeres discutían los problemas que enfrentaban las que vivían en el tercer mundo. Simone de Beauvoir, un año más tarde, la definió el “comienzo de la decolonización radical de las mujeres”.
Allí había tres tipos de espías. Primero estaban las que apoyaban en la logística del evento como edecanes para brindar información y orientar a las asistentes y, en menor medida, debían comunicar lo que ocurría.
Su misión era, según el plan, acompañar a las visitantes a sus asientos, “manteniendo la secuencia normal de cortesía”. Vestían faldas Chanel que compró el gobierno y debían supervisar constantemente los sanitarios y áreas poco accesibles“ para evitar algún intento de alterar el orden a través de avisos escritos o por mensajes”.
Luego estaban las edecanes de convivencia. Sus distintivos eran aretes o prendedores y debían ejercer el papel de representantes de sectores populares con su respectivo gafete.
El último grupo de edecanes era el de las tribunistas, quienes portaban un corsage rosa mexicano (adorno floral). Su trabajo era intervenir el intercambio de documentación entre misiones “tratando de recopilar la máxima información”, reportar cualquier actitud que pudiera suscitar algún incidente y fungir de moderadoras en las polémicas.
No eran las únicas espías, el gobierno también mandó a sus agentes hombres. En los archivos de la DFS recién desclasificados no hay constancia de quién de ellos alertó sobre un panfleto en particular que se distribuyó en Centro Médico, pero la información que contenía era un asunto urgente de investigar.

El panfleto impreso en tinta roja contenía los nombres de las presas políticas en España y México. Nombraba a 15 mexicanas, entre ellas Nuria Boldo Belda, ubicada previamente por la DFS como integrante de un “grupo subversivo” el 29 de octubre de 1973.
También nombraba a Yolanda Casas Quiroz, actual sobreviviente del penal de Santa Martha Acatitla por su participación en el grupo insurgente conocido como Lacandones.
“Sus condenas son de hasta 25 años, la mayoría no están sentenciadas. Han sido trasladadas a otras cárceles de provincia en toda la República. ¿Año internacional de la mujer?”, insistía el mensaje firmado con la dirección del Movimiento de Liberación de la Mujer.
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Las mujeres que participaban en las actividades del movimiento fueron monitoreadas durante tres años / Archivo General de la Nación
La DFS entonces ordenó trazar su origen:
“C. Director Federal de Seguridad
Presente
En relación con un volante repartido en el Centro Médico, durante la Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer y en el cual se da como organismo y domicilio: Movimiento de Liberación de la Mujer, apartado postal no. 21-038, México 21, DF, se informa lo siguiente: El apartado postal 21-038 está registrado en la Administración de Correos no. 21 (Coyoacán) a nombre de la Sra. Alma Guzmán, con domicilio en Colorines no. 58-A Jardines del Pedregal, San Ángel.
Respetuosamente Jesús Medina Estrada”.

Él y Rodolfo Ojeda Uribe acudieron a la dirección de Guzmán y entregaron un reporte que decía: “Al ser entrevistada manifestó que el Movimiento de Liberación de la Mujer agrupa a varias organizaciones feministas de diferentes ideologías y que propiamente no tienen un dirigente ya que han llegado a la conclusión de que no hay soluciones individuales y que una liberación debe darse en grupo según el común denominador y de acuerdo con la opresión que sufre la sociedad”.
El informe final, firmado por Luis de la Barreda Moreno, entonces director de la DFS, añade: “Guzmán señaló que no se puede identificar a ningún dirigente del Movimiento de Liberación de la Mujer porque no lo hay. En los archivos de esta Dirección Federal de Seguridad no existen antecedentes del llamado Movimiento de Liberación de la Mujer”. A partir de ese reporte, la DFS dio seguimiento de al menos tres años a ese grupo de mujeres.
Además, en los archivos desclasificados de la DFS obran tres documentos que dieron pauta a sus policías y espías: el plan oficial de seguridad y dos instructivos confidenciales, el 1A para la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer y el 1B para la Tribuna del Año Internacional de la Mujer.

Para vigilar al otro grupo, el de las diplomáticas, el gobierno de Echeverría repartió a sus agentes hombres en 15 de los hoteles donde se alojaban las delegaciones internacionales. Seguían cada movimiento y reportaban quiénes las visitaban, sobre todo si los periodistas llegaban a ellas o si algún grupo de estudiantes se manifestaba en sus hoteles.
“Estamos seguras de que el Gobierno, tan pronto termine la Conferencia, tomará represalias en contra de las mujeres que han denunciado la explotación de la que son objeto y que temen acciones por parte de la policía”, denunció entonces Teresa O’Connors, integrante del Sindicato del Personal Académico de la UNAM.
A ella y sus compañeras, dijo, se le acercaron policías amenazándolas con encarcelarlas al terminar el evento. Una fotografía de O’Connors durante una conferencia de prensa de 1978 se mantiene en el archivo de la DFS.

Teresa O’Connors denunció haber recibido amenazas por su activismo (número 2) / Archivo General de la Nación. En la foto la hoy senadora Amalia García Medina.
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El Sol de México
19 h
#SabiasQue La Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer tuvo lugar en México, del 19 de junio al 2 de julio de 1975
En algunas publicaciones de los periódicos de ese tiempo destacaron notas con buenos augurios y un futuro prometedor para las mujeres, pero en otras el machismo salía a relucir con burlas y comentarios negativos del evento.
Aunque aún queda mucho por hacer, desde aquella conferencia pionera, México ha fortalecido su marco legal en favor de los derechos de las mujeres.
Archivo General de la Nación
Liga al reportaje original: https://oem.com.mx/elsoldemexico/metropoli/el-volante-que-llevo-a-los-espias-de-echeverria-a-rastrear-el-movimiento-feminista-de-1975-24491454