Murió la madrugada del jueves, vigorosa y perfecta
Escribió sobre las aventuras de dos periodistas, sobre una burguesa en la Revolución, sobre 20 años Eva Disidente en Excélsior
Sara Lovera
SemMéxico, Ciudad de México, 28 de julio, 2025.- Isabel Custodio una feminista que hizo periodismo , historia, novelas, narraciones y cuentos, murió a los 88 años, la madrugada del jueves pasado, plena y vigorosa, de un infarto cerebral fulminante en su casa, en medio del silencio público y la discreción. Hoy se puede afirmar que dejó un legado inmenso en la literatura feminista, la historia y el pensamiento crítico.
Como activista por el derecho al aborto fue algunas veces encarcelada. Por sus vivencias, sus aventuras y su condición social fue una mujer autónoma, independiente y rupturista; por su carácter platicadora, aguda y abierta. En su pensamiento: las mujeres.
La recuerdo con una voz sonora, llena de vida y una actitud apasionada y retadora. Se vestía de manera espectacular, le gustaban las pieles, las sedas, el algodón y los colores. Siempre estaba sonriente.
Las narraciones e historias de mujeres de la pluma de Isabel Custodio es amplia, forma parte de la reescritura que hicieron las mujeres del movimiento feminista de los años 70, su estilo fue desenfadado, directo y erudito sorprendía.
Una antisolemne, hablaba de pronto de cosas fundamentales, de política y de su vida cotidiana. Su carácter abierto y de palabra permitía percibirla enfática, crítica, cuyos secretos no le impidieron tener conciencia sobre sus vivencias y acciones que son parte de la historia de liberación de los pueblos de América Latina y del pensamiento socialista.
Llegó a México en 1944 , tras la derrota de la República Española, cuando tenía 8 años. Había nacido en España. Hija de Álvaro Muñoz e Isabel Richars, ambos escritores, él se destacó por fundar el Teatro Español en México y ella por su literatura y docencia. Isabel contó en una entrevista con Techo de Cristal en 2017 que el periplo que hizo de Valencia a París, y luego a Cuba, fueron fundamentales para su trayectoria. Hija de un padre comunista la hicieron iconoclasta, fue una rareza, porque no tuvo interés en destacar en la política feminista y en cambio su vida transcurrió entre el amor a la literatura, el teatro, la buena música y la buena vida.
Se hizo feminista en la adolescencia y en la Facultad de Filosofía y Letras, estudió literatura e historia, contó cómo tuvo amistad y enseñanza de Alaíde Foppa desde que ésta fundó el programa Foro de la Mujer, en Radio UNAM; vivir en la colonia Condesa, donde vivieron la mayoría de los refugiados españoles, la definió como una niña inquieta que se sintió mexicana enseguida, por las mujeres y el país. Nació en Valencia, de donde era toda la familia de su padre.
Me contó que fue Alaíde quien la impulsó para escribir. Dijo, con su desparpajo consustancial a su personalidad, que ella le dijo, “oye que bien piensas, porque no escribes” y entonces, “escribí, lo que se me fue ocurriendo, un texto que al leerlo Alaíde, decidió publicarlo en FEM, así empecé, luego más de 20 años Eva Disidente”, y agregó “pero cuando hablaba en público, en la radio o la televisión defendiendo el aborto, entonces mes censuraban, me corrían. Por eso fui a la cárcel varias veces”.
Su activismo feminista fue extenso, participó en la creación de la Revista Fem, militó en Movimiento Nacional de Mujeres, en la Coalición de Mujeres Feministas Mexicanas, y el grupo de Las Reinas; vivía en un conjunto habitacional conocido como «Peyton Place» un conjunto de edificios construidos en 1911 por el arquitecto Thomas Sinclair Gore, desde donde, Isabel organizaba tertulias, reuniones y conversatorios sobre los derechos de las mujeres. Este conjunto habitacional poblado por diplomáticos, por muchos años albergó a artistas y escritores en los años 60, s lo apodaron «Peyton Place» en referencia a una novela y serie de televisión. .
Fue una feminista muy difícil de catalogar, polémica y activa desde principios de la década de 1970. Consideró que la liberación de las mujeres pasa por la educación y el conocimiento y las ganas de vivir. De sí misma dijo: “He sido feminista toda mi vida, milité en el feminismo y publiqué durante veintitantos años artículos en los periódicos sobre esta corriente”.
Publicó una inquietante novela histórica sobre una hacendada villista en tiempos de la Revolución Mexicana (La Tiznada, 2008) y una crónica de su noviazgo con Fidel Castro Rus, antes de iniciar la revolución en Cuba (El amor me absolverá, 2006). Durante su romance, me contó, conoció el plan y la estrategia de Fidel y el Che Guevara, que viajaron desde México y acabaron con la dictadura de Fulgencio Batista: “lo supe todo”, me dijo en una entrevista. Todos los detalles, remarcó.
Es por esta crónica por la que más se la conoció en la época reciente. Su libro fue vendido y conocido, cuando ella ya estaba escribiendo historia universal, porque de las mujeres en la revolución mexicana lo hizo años antes.
Isabel Custodio escribió durante más de 20 años la columna Eva Disidente publicada en Excélsior, pero también artículos, entrevistas y crónicas en la revista Fem, en la Revista Siempre¡ y en otras publicaciones periódicas, muchos años antes del nacimiento de las redes de periodistas. Perteneció a una generación de intelectuales que contribuyeron al pensamiento crítico desde la década de los años 60. Tuvo una hija dramaturga y un hijo científico. Atestiguó el nacimiento y desarrollo del movimiento. Una de sus más cercanas amigas fue Anilú Elías, sus compañeras entrañables Esperanza Brito de Martí+ y Martha de la Lama+, entre muchas.
Su novela Baile de dos Gallinas sobre su Cascarón; o La Tiznada, u ésta un retrato de una mujer de la clase alta que terminó en “la bola” de la Revolución Mexicana; las aventuras de las periodistas le permitió avizorar a esas miles de mujeres luchando contra el machismo, el fanatismo religioso, las guerras patriarcales; fue capaz de desdoblarse y ofrecer estampas narrativas de cómo se lucha contra el destino de ser mujer a lo largo de la historia.
Un texto señero fue el de “Gloria y desaparición de una mujer, Alaíde Foppa, la que piensa”, Excélsior, Ciudad de México, 10 de enero de 1981
Ahí habla cómo en la Grecia de Pericles el renombre de una mujer era obtenido exclusivamente por el silencio que envolvía su nombre: “gloria de una mujer, noción contradictoria en sus términos, es que se hable lo menos posible, para decir su valor como blasfemarla, en relación con los hombres”.
Y deja ver ¿Cuántos exilios y deportaciones ante la amenaza del Estado, cuántas huidas en la noche cierran nuestros labios en el polvo de los caminos, terrenos vagos, a partir de tales palabras?
Y escribe: Alaíde, la que piensa… la que piensa la generosidad, la ternura, la profusión de la ayuda, la fidelidad a sus discursos, la exuberancia, la inteligencia de su fuerza llevada hasta el final. Mi pregunta seria: ¿quiere el gobierno de Guatemala emular la Grecia de Pericles, en donde (ciudad-léase: hombres), mutila, obscurece y calla las palabras con razón?


Muchas de sus columnas están publicadas en La Eva disidente, Editorial Katún, México, 1991. Más de 89 colaboraciones sólo en FEM.
Si lo escaló todo
En la entrevista realizada por Sara Lovera, en el programa Techo de Cristal, Isabel Custodio, que por momentos ponía sus pies sobre una mesa de su sala de estar, contó como tuvo una confusión lingüística, en casa se hablaba Francés; en la calle mexicano y “yo hablaba seseando y las niñas no me entendían, de modo que hablaba con la cocinera de mi casa, para hablar mexicano”., contó igualmente cómo estudió la dinámica relacional en las tropas de Villa, para armar La Tiznada; cómo encontró al cuerpo de las mujeres y descubrió la importancia de los derechos sexuales y reproductivos. Aseguró que en los años 70 la sola palabra aborto, producía reacciones tan desagradables “que yo no quería nunca decirla, por miedo”.
Contó en breve cómo fue su encuentro con Fidel Castro, en una cárcel del gobierno mexicano expresa para perseguidos políticos, en la calle de Miguel Schultz en la colonia San Rafael. Recordó esa pequeña puerta donde apenas se podía entrar, los pasillos oscuros y las celdas, donde vio desde lejos al líder de la Revolución Cubana, pero “él sólo me vio de lejos, y enseguida de enamoró”. Sin embargo la crónica publicada dio lugar a mucha publicidad, entrevistas y promoción. Incluso en Cuba. En México Isabel Custodio ha sido leída y conocida, especialmente por esa historia. De todo lo demás, está por conocerse.
Isabel Custodio cuyo nombre oficial era Isabel Muñoz Richard, hace 8 años pensaba que las mexicanas habían avanzado en derechos y reconocimiento, pero que la tarea todavía es larga. Para ella el Año Internacional de la Mujer (1975) detonó el cambio. En 2020, sin embargo, dijo, la trata, el racismo, el feminicidio, el aborto no legal en el país entero y la discriminación persisten. La necedad es desconocer que las mujeres son humanas.
Una esquela:


Su imagen y gesticulaciones




Sus Libros



