Rocío Fiallega
Todos sufren en la infancia
desconocen el paraíso
buscan un refugio
una llave.
Florecillas unidas
a un racimo-destino
cada una en sí misma
era un sueño de niña.
Sueños coloridos
dulces y crueles,
incluso la muerte deseada
es suave y floreciente.
Entre paredes húmedas
quieta entre las manos
esta flor destruye
el cautiverio.
Centro coraza-corazón
flores juntas
por la angustia y el dolor.
Breve niña fui:
una quimera peinando mi cabello
un ogro cantando.
¿Cuánto amor cabe en una tarde?
pequeñas flores
que me devuelven
a ese destino:
sueño vuelto flor
sólo sueño contigo,
una y todas a la vez.
Vuelvo a esa tarde
con la cara recién lavada.
Canastilla de plata:
devuélveme el amor y la infancia.