Rocío Fiallega
SemMéxico, Cd. de México, 4 de abril, 2022.- Ángela: mis manos se vuelven alas para que tu ira o tu tristeza se disipen, con este abrazo, la represión, el malestar, la impotencia, la rabia y el desamor se quedarán en cada pluma, hoy soy tu ángel de la guarda, tu dulce compañía, no te soltaré hasta que las lágrimas y las secreciones de tu nariz se detengan, estaré a tu lado, sintiendo el latido que pasa de la incomprensión al amor incondicional. Contengo tu impulso destructivo para transformarlo, mi abrazo te transporta al lugar de la reconciliación y el perdón.
Lupita: ¿Cómo fue que vomitaste en el camión? Ya te dijo el doctor que te tomes la presión todos los días a la misma hora, y que la coca cola es como veneno y que ya no te preocupes por tu hijo. Te quedaste con todo adentro y sigues sonriendo, quizá no te das cuenta de que vemos tu angustia y por eso ya no queremos verte, aunque sigamos escuchando que todo está bien. Dicen que la presión alta es el síntoma de la contención, yo digo que es del desamor porque una olla exprés por sí misma no se suicida, siempre encuentra una salida…
Yesenia: elegiste la soledad y el silencio cuando diste de más y lo único que repetías era: lo hice por amor, y era cierto. Y entonces tu cuerpo se quedó con las lágrimas hasta estancarse en tus ojos, y después de quedar ciega, intentaste aprender a comunicarte de otra manera, siempre por amor, como dijiste, pero en esa quietud se te acumularon más años y tristezas, caminando sola también tropezaste y te volviste a levantar, y como no pudiste desandar, ciega y achacosa seguiste hasta el final, tras el trofeo del amor que nunca llegó.
Leonora: soy un río, tengo mi propio cauce, si me impiden el paso, tengo la fuerza para derribarlos, no es destrucción, sólo el impulso de la naturaleza, más allá del libre albedrío, soy mi contenedor y contenido, puedo reposar y dar vida mientras sigo avanzando, yo no hablo de amor, sino de vida.
