El tema estudiado y contabilizado, a la saciedad, ahora “apenas se va estudiar”,
«Sostener la vida, las redes de cuidado en México» informe nuevo de Oxfam México que dice se transfieren 2.2. millones por hora de trabajo invisible, doméstico, o doble jornada de las mujeres
Sara Lovera
SemMéxico, Ciudad de México, 11 de junio, 2022.- El análisis del trabajo no remunerado de las mujeres, trabajo invisible, ahora conocido como economía de los cuidados significa la extracción para el capital, los empresarios, el Estado y las familias de 2 millones 200 mil pesos por hora trabajada en México.
Esta es una de las afirmaciones de la investigadora Ana Heatley de Oxfan México que presentó la semana pasada el informe “Sostener la vida, las redes de Cuidado en México.
Se trata de uno de los más de 18 estudios recientes en México que sobre el trabajo no remunerado, en el hogar y el cuidado de otras y otros, y que realizan en 80 por ciento principalmente las mujeres. Además de los estudios de empresas y centros de investigación privados. Cepal ha insistido en resolverlo a nivel de Estado.
No obstante, el jueves último, durante la Reunión de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional de las Mujeres se anunció que se realizará un nuevo diagnóstico, con un costo de 3 millones 800 mil pesos. Mientras están paradas la reforma constitucional y un proyecto de ley para crear el Sistema Nacional de Cuidados, que México ofreció solucionar en esta administración.
Según este anuncio aún no hay suficientes argumentos para crear el sistema, que además de garantizar el cuidado para todas y todos los mexicanos como un derecho humano, permitiría liberar a las mujeres de esta sobre carga de trabajo que en países de renta baja, en rurales es hasta de 14 horas diarias al trabajo de cuidados no remunerado.
En todo el mundo, el 42 por ciento de las mujeres no pueden acceder a un empleo remunerado por ser las responsables del trabajo de cuidados, en comparación con tan solo el 6 por ciento de los hombres.
El 80 por ciento de los 67 millones de personas trabajadoras del hogar que hay en todo el mundo son mujeres. El 90 por ciento no tiene acceso a las prestaciones de la seguridad social y la jornada laboral semanal de más de la mitad carece de un límite de horas.
«Sostener la vida, las redes de cuidado en México»
El nuevo informe de Oxfam se dio a conocer en la Novena Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales (CLACSO) y puede ser consultado en: www.oxfammexico.org/sostener-la-vida-las-redes-de-cuidados-en-mexico/.
Ahí la investigadora Ana Heatley afirmó que el trabajo de cuidados que realizan las mujeres mexicanas en realidad es un subsidio para el capital de 2.2 millones de pesos por hora. Textual: «El mercado extrae 2.2 millones de pesos del trabajo de cuidados no remunerado por hora trabajada, a nivel nacional».
La también Gerente de Investigación Oxfam México, explicó que este tipo de trabajo se hace en redes, por lo que una mujer sustituye a otra, como en cadena, donde participan las niñas.
El informe, sólo de apreciaciones y testimonios reitera que en estas labores siempre han dejando la responsabilidad a las mujeres, que culturalmente ellas asumen como un mandato, en muchas ocasiones ni siquiera vislumbran la posibilidad de un pago porque lo asumen como una obligación.
“Todas estas responsabilidades familiares nacen con ellas asignadas y solo vas ocupando los roles cuando llegas a ciertas edades o a ciertos cambios como tener hijos, etc., pero sin duda se pueden llegar a hacer otros apuntes como, por ejemplo, si hablamos de trabajadoras del hogar remuneradas hay una relación de mucha más confianza que con aquellas personas que se les ha empleado con más tiempo”, afirmó Heatley.
De acuerdo con el informe «Sostener la vida, las redes de cuidado en México» de Oxfam México, de dice que “Aunque es trabajo, no sigue la lógica de un empleo con salario, vacaciones y demás derechos que en principio se supone que tiene cualquier otra persona trabajadora.
El trabajo de cuidados es vital para el bienestar humano y de la sociedad. Engloba actividades como el cuidado infantil y la asistencia a personas mayores, con enfermedades físicas y mentales o con algún tipo de discapacidad, además de las tareas domésticas diarias como cocinar, lavar, coser e ir a buscar agua y leña.
Si nadie invirtiese tiempo, esfuerzo y recursos en este tipo de actividades, comunidades, centros de trabajo y economías enteras se colapsarían por completo.
En todo el mundo, el trabajo de cuidados recae de manera desproporcionada sobre las mujeres y las niñas, especialmente aquellas que viven en situación de pobreza y pertenecen a grupos marginados. Además de ocuparse del trabajo de cuidados en sus hogares sin recibir remuneración alguna, muchas mujeres en situación de pobreza también trabajan atendiendo a otras personas, por ejemplo, como trabajadoras del hogar; este es uno de los colectivos laborales más explotados del mundo.
La investigación se llevó a cabo en tres localidades urbanas (Puebla, Oaxaca y Ciudad de México) y una localidad rural (San Juan Zautla, Oaxaca); y su objetivo fue mostrar las dinámicas mediante las cuales se atienden las necesidades de cuidados en ausencia de servicios, políticas y corresponsabilidades del Estado.
Fundado principalmente en las experiencias recopiladas, el estudio muestra historias de vida, dinámicas para atender a quienes requieren ese cuidado y formas de encadenamiento en redes.
Una responsabilidad enorme y desigual
Las mujeres y las niñas realizan más de tres cuartas partes del trabajo de cuidados no remunerado en todo el mundo, y constituyen dos terceras partes de la mano de obra que realiza este tipo de trabajo de forma remunerada.
Dedican al trabajo de cuidados no remunerado 12 500 millones de horas diarias. Si este trabajo se remunerase aplicando el salario mínimo, esto representaría una contribución a la economía global de al menos 10,8 billones de dólares anuales, una cifra que triplica el tamaño de la industria mundial de la tecnología.
En países de renta baja, las mujeres de zonas rurales dedican hasta 14 horas diarias al trabajo de cuidados no remunerado.
En todo el mundo, el 42% de las mujeres no puede acceder a un empleo remunerado porque son las responsables del trabajo de cuidados, en comparación con tan solo el 6% de los hombres.
El 80% de los 67 millones de personas trabajadoras del hogar que hay en todo el mundo son mujeres. El 90% no tiene acceso a las prestaciones de la seguridad social y la jornada laboral semanal de más de la mitad carece de un límite de horas.
Del trabajo invisible a los cuidados 50 años
Los primeros estudios de este trabajo invisible, no valorado, se hicieron en 1969, en Cuba, por Isabel Larguía y John Dumoulin quienes publicaban en “Hacia una ciencia de la liberación de la mujer”, donde acuñaron, por primera vez, esta frase que le puso nombre a las tareas domésticas ejercidas por las mujeres en sus casas.
Luego por años fue llamado trabajo doméstico o doble jornada, del que se hicieron decenas de estudios, y finalmente, por impulso de las economistas feministas, se empezó a analizar el valor económico, que ya había propuesto en 1969 John Dumoulin, y se comenzó a medir en cuentas sátelites el valor económico para las naciones del trabajo no remunerado, que dice Oxfam se trata de una vergonzosa realidad que tiene que cambiar.
Sostiene que para las mujeres y niñas, debe valorarse justamente, al igual que sucede con el trabajo en la industria de la tecnología o en cualquier otra industria.
Y afirma: “Si tuviésemos en cuenta el valor económico y social del trabajo de cuidados, sería la industria más valiosa del mundo. Desde el punto de vista financiero, la facturación anual de la industria de los cuidados sería de casi 11 billones de dólares anuales.
Los testimonios rescatados en el estudio demuestran que las mujeres involucradas en las redes de cuidados enfrentan severas consecuencias: menores posibilidades de llevar a cabo proyectos personales, afectaciones a la salud física y mental, pobreza, baja movilidad social, desgaste y sobrecarga que deteriora las relaciones sociales en las que ocurre el cuidado, desigualdad salarial con respecto a los hombres, etcétera.
Considera el estudio que hay una crisis de los cuidados que se traduce en una amplia población de personas mayores y personas con discapacidad que no están recibiendo el cuidado necesario para alcanzar la mayor autonomía posible debido a la falta de corresponsabilidad del Estado.
Propone que se impulse una organización del cuidado distinta en la que los hombres asuman su propio cuidado y participen del cuidado de otras personas; el Estado ofrezca servicios, políticas y transferencias adecuadas a las necesidades de personas cuidadoras y cuidadas; el mercado oferte servicios de calidad y accesibles, pero también empleos decentes; el mercado laboral considere a los cuidados de forma integral en sus políticas, prestaciones y dinámicas de trabajo cotidianas; y la comunidad, ya sea sociedad civil organizada o simplemente el entorno local, participe del cuidado de las personas que la integran.
Al final se hace preguntas y explica fundamentos
Si los Gobiernos valorasen realmente este trabajo, se comprometerían a crear sistemas nacionales de atención y cuidados para ayudar a reducir y redistribuir el volumen de trabajo de cuidados.
Estos sistemas nacionales de atención y cuidados deben incluir dice Oxfam:
- La inversión en servicios de cuidados (como la atención médica, el cuidado de la infancia, infraestructuras, etc.) de calidad y accesibles para todas las personas.
- El compromiso de acabar con la riqueza extrema garantizando que las grandes empresas y fortunas paguen su justa parte de impuestos para asegurar la financiación adecuada de estos servicios.
- La protección de los derechos de las personas que trabajan en la industria de los cuidados, que incluye garantizar que reciban un salario justo.
