Yaneth Tamayo Avalos
SemMéxico, Querétaro, Qro., 23 de mayo, 2024.- Los principales problemas de las diferentes fuerzas políticas que han gobernado en el país, es su defensa por los intereses de la élite gobernante y su rechazo a la opinión pública, lo que ha traído como consecuencia el abandono hacia las necesidades sociales.
Este descuido, ha originado que los gobiernos de manera frecuente ejerzan su poder con base en ocurrencias que, producen situaciones desfavorables para la mayoría de la población.
Si bien, dentro de los proyectos de campaña suscriben programas de acción o de gobierno, en muchas de las ocasiones estos no encajan con la realidad de los problemas nacionales y esto se debe a la limitada capacidad de elaborar y dirigir una agenda política.
Pero también, porque muchas de las veces, las personas electas llegan sin la experiencia y el conocimiento para ejercer los cargos públicos y, por ende, tampoco llegan con “una agenda”, es decir con una serie de temas, propuestas, planes, programas que realmente den respuesta a las necesidades prácticas e intereses estratégicos de quienes representan.
Lo cual, resulta indispensable para poder tener una ruta clara sobre los temas de urgencia nacional y social que se deben priorizar.
Por ello, es muy importante que, en los procesos electorales, las y los aspirantes a un cargo de elección popular tengan en claro cuál es su agenda política, para que puedan socializarla sin la necesidad de caer en las propuestas simplistas y absurdas que acostumbran en las campañas.
Hoy más que nunca, una porción mayoritaria de la sociedad mexicana se encuentra informada y abierta a escuchar propuestas reales, que provoquen cambios en el ejercicio público y, las agendas políticas son la oportunidad que tienen las y los políticos para generar una relación con la ciudadanía y subsanar aquello que lleva a que esta les exija que cambien.
¿Qué es una agenda política y porque es importante?
Una Agenda es el resultado de una construcción colectiva compuesta por diagnósticos y propuestas, que respondan a las necesidades reales de la sociedad y de sus territorios, a corto, mediano y largo plazo.
Una agenda política con claridad permite negociar, construir alianzas y tener posicionamientos claros en una mesa de negociación.
Lo anterior, permite construir alianzas que impulsen esta agenda para que pueda verse traducida en presupuestos, en políticas y/o en programas públicos que, den respuesta a las necesidades prácticas e intereses estratégicos de la ciudadanía, sin dejar espacios vacíos.
¿Cuál es nuestra realidad?
Los procesos electorales se han convertido en un asunto vacío para que los partidos políticos, en general, lo utilicen a su servicio para satisfacer sus intereses.
La nula importancia que le han dado al propósito de una agenda política, ha dejado ver a gobernantes inexpertos, insolentes y soberbios, que están poco preparados y que solo buscan la auto-gratificación.*
Estos han confundido el arte de gobernar con el oficio de administrar, acción que incluso les es cuestionable; los millones de pesos hurtados, desvíos de dinero a proyectos que no representan una utilidad o que resultan un fracaso, han sido una constante de gobiernos pasados y del presente.
Sin dejar de lado, la burocratización que han hecho del ejercicio de poder público, situación que ha propiciado el alejamiento entre el gobierno y la sociedad, en especial de los grupos en desventaja.
Lo cual, ha traído como consecuencia, desconfianza entre gobierno y sociedad, así como, la falta de consenso de quienes se supone deben generar soluciones a los problemas sociales.
De ahí que, la democracia se ha convertido en un instrumento de negociación y no en un paliativo para los problemas y necesidades de la sociedad.
Previo a votar
El electorado necesita claridad en la oferta de agendas políticas, no solo propuestas que formen parte del marketing político o del debate contra los adversarios.
Ni tampoco, basta con inscribir programas de gobierno que no abordan ni ofrecen soluciones a la situación real que demanda la sociedad mexicana.
Los argumentos demagógicos no combaten la guerra contra el narcotráfico, la pobreza, la falta de salud y de educación, ni mucho menos la falta de oportunidades para quienes han sido relegados socialmente.
Por ello, es muy importante que al momento de escuchar ofertas políticas, cuestionemos a los candidatos sobre su agenda política, su posicionamiento contra las injusticias que adolece cada sector, y sobre quienes formarán parte de su gobierno, en especial si en administraciones pasadas se han caracterizado por su deficiente trabajo o su falta de experiencia.
Este es el momento de generar canales de participación para que la opinión social formule y enriquezca la agenda nacional o estatal, según sea el caso. Sino se participa desde la exigencia y el cuestionamiento social, pocos resultados podremos esperar de los nuevos gobernantes.
*Samuel Schmidt. http://historico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/qdiuris/cont/4/cnt/cnt6.pdf