La república feminista
Objeción de conciencia: La derecha ha logrado meterse nuevamente a la política
SemMéxico, 19 octubre 2017.- La semana pasada en la Cámara de Diputados se aprobó la reforma al Art. 41 para incorporar explícitamente en término de objeción de conciencia. Este término tiene muchos matices, efectivamente es un derecho humano y debiera servir para garantizar que las personas no se vean obligadas a cometer contrarios a sus principios y ética, pero también es cierto que bajo este argumento entraron las ideas religiosas más represivas contra las mujeres, personas de la diversidad sexual, afrodescendientes, las mismas personas a las que ya muchas veces en la historia se le ha negado el derecho a la salud. Así, la objeción de conciencia tiene consecuencias en distintos planos que deben ser considerados.
Por ejemplo, si una niña de 13 años pone en riesgo su vida y proyecto de vida por mantener un
embarazo, pero en la localidad en la que vive solo hay objetores de conciencia que no realizan ILE porque es contrario a su religión, qué pasará con ella; qué pasará con personas con VIH que no quieran ser atendidos por su preferencia sexual, o que no sea el personal de salud, sino un administrativo quien se rehusé a realizar los trámites necesarios dentro del sistema de salud y obstaculice el acceso a la salud.
La derecha ha logrado meterse nuevamente a la política, tenemos actualmente a gobernadores y presidentes que abiertamente y en actos públicos han manifestado su religión, han ido a misa a ofrecer plegarias para que su mandato sea bendecido. La relación histórica de la religión católica con el pueblo mexicano nos hace recordar que esta relación se ha caracterizado por abuso, explotación, control y discriminación. Fue la iglesia quien legitimó actos de conquista que implicaron y aceptaron violaciones a mujeres, explotación a niños y niñas, saqueo de minas, explotación de recursos naturales (muy similar a hoy), y esa misma religión hoy impulsa el derecho de objeción de conciencia alegado respeto a los derechos humanos.
Lo planteado apenas son dos aristas de un problema tan complejo como la objeción de conciencia, el incremento de feminicidios, las desapariciones de mujeres; lamentablemente, el movimiento feminista y de mujeres no ha discutido cuáles pueden ser las soluciones o la ruta crítica para avanzar, no se trata de que cada una haga una propuesta y la lance aisladamente.
Justo debe ser tratado en conjunto y lanzar propuestas conjuntas que puedan seguidas por las
instituciones, por políticas públicas, por compromisos de parte de las empresas.
Dónde debe quedar la laicidad. El Estado está obligado a garantizar mecanismos de convivencia entre personas que piensan diferente pero que piensan diferente porque son personas diferentes y tienen necesidades diferentes.
El movimiento feminista requiere de consensos en temas tan delicados como la objeción de conciencia o la violencia feminicida, requieren acuerdos, una agenda, una ruta, pero una ruta compartida por todas, donde todas nos sintamos parte de la respuesta, de la agenda. Tenemos
frente a nosotras una realidad que exige posicionamientos claros y la fuerza que solo el movimiento organizado puede tener para cambiar el rumbo del país.
@RitaIFdz