Estudio de la Federación Mujeres Jóvenes
Resumen
En 2018 quedó más que en evidencia que las mujeres jóvenes son partícipes y una parte fundamental del movimiento feminista actual, pero cada vez menos deciden que esa participación se haga desde las instituciones u organizaciones. Por ello, la Federación Mujeres Jóvenes ha iniciado un estudio para analizar por qué las mujeres menores de 35 años prefieren no pertenecer a las organizaciones, y seguir con la lucha feminista por otras vías
SemMéxixo/AmecoPress, Madrid, 28 de junio, 2021.- Hace algunos años se tendía a creer que a los y las jóvenes no les atraía el feminismo, pero ese pensamiento se dejó de lado tras el 8 de marzo de 2018, cuando se evidenció que las mujeres jóvenes eran partícipes del movimiento feminista y que, además, son también una parte fundamental de la Cuarta Ola. Pero, es cierto que son cada vez menos las jóvenes que deciden participar en la lucha feminista desde las organizaciones.
La Federación Mujeres Jóvenes (FMJ) ha querido hacer hincapié en por qué ocurre esto, y en cómo participan las mujeres jóvenes en el feminismo, y hoy han presentado la primera parte de las tres que van a comprender su análisis de la participación de las mujeres jóvenes en las organizaciones feministas.
La presidenta de la federación, Ada Santana, ha dejado claro que los tiempos están cambiando, y que se le está pidiendo a los jóvenes del siglo XXI que sean partícipes dentro de un modelo implantado hace décadas: “Siempre hemos partido de que la participación se basa en que estemos en las entidades tradicionales enmarcadas en la década de los años 80 y 90, y se lo pedimos a las generaciones de ahora”.
Además, también ha explicado que “las redes sociales son una herramienta que tienen un potencial tremendo para llegar a mucha gente que no podríamos de otra manera”, aunque muchas veces se usan de maneras poco efectivas, ya que “desde el sillón de casa dar un RT o compartir un tuit es una acción que no tiene ningún sentido si no hay una acción colectiva o concreta”, ha añadido Santana.
Pero una de las razones fundamentales por las que los y las jóvenes, es que hemos crecido en una sociedad rodeada de crisis y hay un desencanto generalizado con el panorama actual: “Se nos ha enseñado a ser trabajadores y conformarnos con el sistema actual, y no ser agentes del cambio para el mañana, desaprovechando así a la juventud más concienciada y reivindicativa que hemos tenido”.
Durante la presentación de este primer informe, también ha intervenido María Antonia Morillas González, directora general del Instituto de las Mujeres, quien además ha añadido a las palabras de la presidenta de FMJ que la participación de las mujeres en el ámbito público a lo largo de la historia ha sido indispensable, reconociendo “que la conquista de derechos es la historia de la participación de las mujeres y del movimiento feminista”.
“Estamos viviendo un proceso de amenaza sobre nuestros derechos, de retroceso de muchas de las conquistas que llevamos consiguiendo en las últimas décadas (…). La manera de hacer frente, de consolidar derechos, es responder las que estamos ahora desde las instituciones, pero fundamentalmente armando una respuesta desde la participación de las mujeres y de las feministas”, ha concluido Morillas González.
Objetivos y conclusiones a la poca participación de las jóvenes en las organizaciones
En cuanto a la exposición del informe, ha sido Mónica Saiz Martínez, coordinadora técnica del área de participación de FMJ, quien ha explicado cuáles han sido los objetivos y conclusiones a las que han llegado después de terminar este primer estudio, explicando que “esto es un proyecto que parte de un diagnóstico” previo.
Como objetivo general, según ha explicado la coordinadora, ha estado el de “ampliar el conocimiento sobre las actuales formas de participación de las mujeres jóvenes en la cuarta ola del movimiento feminista”, además de otros muchos como saber cuáles son sus formas de participación, qué códigos organizativos utilizan, y saber el por qué del distanciamiento de las jóvenes activistas con las organizaciones de mujeres y feministas más tradicionales.
Tras hacerse todas estas preguntas, llegaron a diferentes conclusiones:
Hay una “ausencia del fomento de la participación desde el sistema educativo, restando importancia social al crecimiento colectivo”.
La sociedad está cada vez más individualizada, lo que “provoca el desinterés por el asociacionismo.
Las nuevas generaciones están acostumbradas a las “respuestas rápidas” por lo que “prima la inmediatez y la velocidad.
“Falta de referentes como modelos de participación activa”.
El actual “debate fragmentado en el movimiento feminista” hace que muchas se echen para atrás.
También hay una “existencia de estereotipos en torno a las asociaciones que sirven como obstáculos”, como el relacionarlos con partidos políticos, que muchas mujeres no se sientan representadas, etc.
Así, Saiz Martínez ha explicado que se debe “poner sobre la mesa la importancia que los colectivos y las redes sociales han tenido en el surgimiento de la cuarta ola”, y que desde las instituciones se quiere mandar a los jóvenes el mensaje de que “el movimiento feminista supone un proyecto colectivo, un espacio rejuvenecido, fortalecido, plural y lleno de complejidad”.
Foto: archivo AmecoPress / Pixabay