- La prostitución está presente en las economías ilegales y ésta al ser una industria permite a los países entrar a la economía global
- A partir de la violencia contra las mujeres en la prostitución derivan los feminicidios
Olga Rosario Avendaño
SemMéxico. Cd. de México, 01 octubre, 2020.- Luego de afirmar que la industria de la prostitución es una de las grandes barbaries del siglo XXI, la socióloga y feminista de la Universidad de Coruña, España, Rosa Cobo, afirmó que la pornografía es la apología de la prostitución, porque a partir de ésta hay una estrategia para socializarla.
La investigadora participó con su conferencia La Perspectiva abolicionista del feminismo: prostitución, pornografía y trata”, misma que fue organizada por la Coordinación para la Atención de los Derechos Humanos del Poder Ejecutivo del Estado de Oaxaca, ahí mencionó que a partir de la pornografía “se dice que las mujeres tienen que aguantar todo tipo de violencias” durante una relación sexual en el contexto de la prostitución.
Previo a esto explicó que las mujeres en los sistemas patriarcales “hemos sido definidas como sexuales, esto para ofrecer sexualidad a los varones, reproductivas para tener hijos y sentimentales para dar amor y éste a su vez se convierte en un trabajo gratuito” así es como se constituyen los tres nervios que existen en la actual sociedad.
Agregó que para que haya prostitución, ésta tiene que ser legitimizada, “de la baja y alta cultura, son dos fuentes de naturalización. Si hoy en la prostitución hay una apuesta de la industria proxeneta, es porque se ha hecho un trabajo cultural de normalizarla”.
A lo largo de su ponencia, detalló que la prostitución entra dentro de las economías ilegales y que de alguna forma son conocidas y aceptadas por los gobiernos, porque finalmente se ha convertido en una industria que a su vez permite entrar en la economía global.
Dijo que la prostitución, al igual que la venta del armamento ilegal, narcotráfico, alquiler de úteros y venta de órganos entran dentro de estas economías ilegales y que se encuentran en países con altas tasas de pobreza.
Durante su conferencia que está dentro de la Jornada Desafíos del feminismo en el mundo neoliberal, manifestó que durante el tiempo que lleva estudiando el tema, “la pornografía es una formula, modelo y estrategia de socialización, y se tiene que saber que son millones de hombres que consumen pornografía y que a partir de ahí constituyen un imaginario de la sexualidad, mismo que está lleno de violencia hacia las mujeres”.
Detalló que los hombres que comercializan los cuerpos de las mujeres (padrotes) o los dueños de las casas de prostitución, son quienes “consumen pornografía como si no hubiera un mañana”.
En ese sentido, dijo que existe toda una cultura de la violación y cuestionó “¿cómo es que grupos de hombres de 18 años van a lugares a apoderarse de los cuerpos de las mujeres? La pornografía es una parte fundamental de los relatos pornográficos, de ahí emanan valores”.
Agregó que las mujeres en la pornografía “son mostradas como mercancía sexual, como objetos de consumo, lo que ocurre en la pornografía lo llevan a las habitaciones de los prostíbulos, pero también lo llevan a las habitaciones con esposas”.
En ese contexto la investigadora dijo que las mujeres son víctimas de tratos infrahumanos y categorizadas como “hembras, más cercas al mundo animal, en la pornografía son sólo sexualidad”.
Explicó que la pornografía es una propuesta radical de afirmación de la soberanía del deseo masculino, y proceso de destitución del yo; “la pornografía niega el deseo de las mujeres, como si la sexualidad significara el deseo que tienen los varones”.
La pornografía “es un conjunto de artefactos para que los varones se exciten” y ella pregunta ¿con qué se excitan? “con la violencia. Los pornofilos erotizan la violencia y construyen un poderoso discurso de odio hacia las mujeres, a partir de ahí se convierte en el núcleo de lo que es la misoginia” y a partir de ahí también derivan los feminicidios, mencionó.
Detalló que la pornografía tiene que ver con el deseo de poder, dominio y violencia, factores que convierten a la mujer en objeto. En la pornografía se cumple el sueño patriarcal, que significa que las mujeres no son dueñas de sí mismas, sino “que son para los otros”.
Ejemplificó cómo la pornografía nutre imaginarios y dijo que en el estudio que realizó, está un vídeo que es el más visto, éste consiste en una violación colectiva. Otro caso recurrente en este tipo de videos es que las mujeres son abusadas y éstas tienen la obligación de emitir signos de complacencia, por ello se estudia que a los hombres los erotiza el dolor de las mujeres.
Para este sector de los varones, disciplinar a las mujeres y hacerlo con violencia es un hecho fundamental.
Otro imaginario que comenta Cobo, es el incesto, existe un porcentaje de niñas que son hijas, nietas, sobrinas, etcétera, que antes ese delito se cometía en lo privado, pero ahora ya lo hacen de manera pública.
Explicó que los consumidores de pornografía infantil, lo que más solicitan “son niñas de 13 años de edad” y éstos “forman una comunidad ideológica que se comunican entre sí, desde estas redes tienen estrategias para entrar a la pornografía infantil.
Agregó además, que el imaginario del incesto “no se está creando de la nada, sino que está respondiendo a una demanda”.