- Del público masculino a gradas familiares
- Un antes y un después del Mundial Femenino
Zoubaida El Fathi
SemMéxico, Marruecos, 4 de julio, 2025.- Hasta hace unos años, la presencia femenina en los estadios de fútbol marroquíes era prácticamente inexistente. El fútbol femenino se consideraba un asunto menor, restringido al ámbito nacional, sin impacto mediático ni económico.
Todo cambió con la organización de eventos de alto perfil como la Copa Africana de Naciones Femenina (WAFCON) en 2022, y especialmente con la histórica participación de las Leonas del Atlas en el Mundial Femenino de 2023. Durante la WAFCON 2022, más de 60 mil personas asistieron a la final celebrada en Rabat, estableciendo un récord continental. Este éxito provocó un cambio gradual de mentalidad, despertando el orgullo nacional y posicionando a las futbolistas como figuras públicas.
Esta transformación también se reflejó en las gradas: espacios antes dominados por el público masculino se convirtieron en estadios más “familiares”, con zonas mixtas, áreas especiales para mujeres y mayores controles de seguridad.
Mujeres en las gradas: ¿Principal o excepcional?
El Mundial Femenino y otros torneos continentales marcaron un antes y un después: las mujeres vieron los partidos en directo, no solo en cafeterías o desde casa. «Nacimos con la cultura del fútbol y hay igualdad». Durante Catar 2022, las mujeres también asumieron roles como analistas y comentaristas.
Sin embargo, esta presencia no se ha generalizado. En partidos locales importantes, como los derbis entre el Raja y el Wydad, la asistencia femenina sigue siendo limitada. Muchas prefieren no asistir por razones de seguridad, por temor a peleas, acoso o empujones.
Especialistas destacan la urgente necesidad de implementar regulaciones claras, fortalecer la seguridad y establecer zonas específicas para mujeres y familias.
Cambio institucional: Políticas que abren puertas.
La Real Federación Marroquí de Fútbol (FRMF) ha sido clave en este cambio. En 2016, lanzó el Plan de Desarrollo del Fútbol Femenino, que incluía:
• Aumento del presupuesto: De tres mil USD anuales por club a 650 millones de dírhams.
• Creación de una liga profesional en 2020: Los salarios de la primera división aumentaron de 500 a 3.500 dírhams mensuales.
• Promoción de escuelas deportivas: Formación de entrenadoras y apoyo a clubes como AS FAR, campeón nacional y ganador de la Liga de Campeones Femenina de la CAF.
También se han implementado medidas de seguridad en los estadios, junto con capacitaciones al personal de control, fomentando un ambiente más acogedor para las mujeres.
A pesar de los avances, los prejuicios persisten. En octubre de 2024, circuló una campaña en redes sociales con hashtags como «No a las mujeres en las gradas», afirmando que los estadios eran entornos inapropiados para ellas. La respuesta fue una oleada de rechazo que defendía la igualdad de acceso y la necesidad de mejorar las condiciones de seguridad.
Estas tensiones reflejan el conflicto entre una parte de la sociedad que desea preservar los espacios masculinos “tradicionales” y otra que lucha por el reconocimiento y la igualdad de derechos.
El éxito de las Leonas del Atlas, finalistas de la WAFCON y participantes de la Copa Mundial de 2023, aumentó la visibilidad femenina. Imágenes de mujeres animando sin cubrirse el rostro se viralizaron, simbolizando una nueva era.
Sin embargo, testimonios en foros como Reddit revelan que persisten los temores y riesgos familiares. El gran reto es transformar los estadios en un lugar seguro y respetuoso donde las mujeres se sientan como en casa.
Hacia estadios inclusivos, recomendaciones:
1. Seguridad y accesibilidad
2. Campañas de concienciación
3. Educación para los aficionados masculinos
4. Visibilidad mediática: destacar a las mujeres, como la árbitra Bouchra Karboubi, en diversos roles (entrenadoras, periodistas, ejecutivas) como modelos a seguir.
La presencia femenina en los estadios marroquíes ya no es una excepción. Las grandes competiciones han demostrado su potencial, pero el camino hacia la plena igualdad está lejos de completarse.
El reto ya no es solo atraer mujeres a los estadios, sino protegerlas, apoyarlas y garantizar que el fútbol sea un espacio de orgullo compartido. Las aficionadas no solo llegan, sino que reclaman su lugar. Y ese lugar debe consolidarse partido tras partido.
Publicado en el boletín de Comunicando el Mediterráneo con una mirada feminista de la Red Europea de Mujeres Periodistas