Edgar González Martínez
Ciertamente el mundo siempre ha sido incierto, pero hoy más que nunca se puede palpar la pérdida de dinamismo de la actividad económica. Para justificar la baja de la proyección INTERCAM nos dice: “debemos tomar en cuenta que un menor crecimiento económico en EU implica un menor crecimiento en México, de tal manera que el recorte al crecimiento del PIB que realizó la Reserva Federal de 2.1 a 1.7 por ciento para 2025 marca una primera señal de deterioro en las perspectivas económicas”.
En efecto, los indicadores de oferta y demanda agregada mexicana, nos revelaron que la economía mexicana está perdiendo impulso, tanto por la demanda interna como la demanda externa. En este sentido, entre el tercer y cuarto trimestre del 2024, el crecimiento trimestral del consumo privado pasó de un crecimiento de 1.1 por ciento a un retroceso de -1.4 por ciento, la inversión fija bruta pasó de un avance de 0.8 por ciento a una caída de -1.6 por ciento y las exportaciones moderaron su avance de 6 por ciento a 3.6 por ciento. En suma, todos los componentes de la demanda crecieron menos en el margen y algunos incluso mostraron contracciones.
Adicionalmente, los modelos de nowcasting del IGAE y el consumo privado, anticipan que la economía continuará muy débil en los primeros dos meses del 2025. Para muestra, el nowcasting del IGAE estima que la economía creció en 0.6 por ciento en enero y posteriormente cayó en -0.7 por ciento en febrero, mientras que el modelo adelantado del consumo privado estima un avance de 0.8 por ciento y una caída de -1.7 por ciento, para los mismos meses. A lo anterior debemos añadir que en enero, las exportaciones de bienes automotrices cayeron en -2 por ciento y las dirigidas a Estados Unidos retrocedieron en -3.1 por ciento.
Por otro lado, las primeras cifras de finanzas públicas dejaron ver que la consolidación fiscal del gobierno ya comenzó, puesto que el gasto público, que incluye el gasto del gobierno federal, PEMEX, CFE y otros organismos gubernamentales, se contrajo en -14.4 por ciento en términos reales y si excluimos el costo financiero de la deuda el gasto se desplomó en -19.7 por ciento. Al interior del gasto, resalta que el correspondiente a PEMEX y CFE registró un marcado ajuste al caer en -33.4 por ciento por caídas en todos los rubros (gastos de operación, pensiones y jubilaciones, inversión física y otros gastos). En este sentido, la consolidación fiscal del gobierno también parece ir encaminada a provocar un menor crecimiento.
Derivado de lo anterior, INTERCAM revisó a la baja su estimado de crecimiento para el producto interno bruto de 0.9 a 0.5 por ciento para el 2025 y de 1.8 a 1.5 por ciento para el 2026. “Detrás de nuestros estimados para este año, consideramos que el consumo privado se estancará, afectado por una débil
creación de puestos de trabajo, la inversión retrocederá en el orden del -3 por ciento derivado principalmente de la pausa en los proyectos productivos ante la incertidumbre comercial, mientras que el apretón fiscal podría provocar una caída cercana a -1 por ciento en el consumo de gobierno”. O sea, México empieza un claro descenso económico, cuyas consecuencias son impredecibles.
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