- Desde sus comunidades hasta la ciudad de Oaxaca caminaron tres días
- Justicia es lo que quiere el pueblo Triqui, dice Emelia Ortiz García
SemMéxico, Oaxaca, 4 de febrero, 2025.- No hubo desvelo, ni frío, ni calor, ni camino tan largo que nos doblegara en la exigencia de justicia al Movimiento de Unificación de Lucha Triqui, sostiene Emelia Ortiz García en su recuento de una numerosa caminata de tres días desde las comunidades triquis, al oeste del Estado.
Cárcel para los asesinos de nuestros caídos y caídas por las balas cobardes y presentación con vida de nuestros desaparecidos y desaparecidas, solamente en el gobierno de Salomón Jara Cruz, el gobernador que tomó protesta del cargo el 1 de diciembre del 2022, ha dejado 17 personas asesinadas, entre ellas Adriana y Virginia, cuyos feminicidios ocurrieron el 5 de noviembre de 2024, hace 90 días, por sicarios en la ciudad de Oaxaca.
La caravana cumplió con el objetivo, dice sentada en plena Alameda de la Ciudad de Oaxaca, el sitio que más conoce desde que se asentó en Oaxaca para buscar justicia para otras mujeres, algunas de ellas niñas triquis, desde hace 20 años, nunca imaginó que después serían sus primas y sus hermanas.
El 31 de enero, la caravana salió desde diversos pueblos en la nación triqui hasta Yucudaa, Teposcolula, (el asentamiento prehispánico conocido como Pueblo Viejo), caminaron más de 13 kilómetros. Eran mujeres y hombres de todas las edades, ellas a lo lejos parecían puntos rojos que juntas hacían una masa deslizándose por la carretera, tres días para andar, para mostrar sus pasos firmes hasta la ciudad de Oaxaca.
A la mañana siguiente, cuando el sol bordeaba las montañas, a las 5.30 de la mañana y el viento frío de la mixteca oaxaqueña se sentía sobre los cuerpos, fue la hora de empezar a caminar de nuevo hasta Santo Domingo Yanhuitlán, otros poco más de 70 kilómetros.
La caravana de mujeres con su huipil rojo tomaba fuerza a cada paso mientras coreaban ¡Justicia, justicia, el MULT quiere justicia! ¡Porque vivas se las llevaron, vivas las queremos! ¡Si no están ellas, no estamos todas!
Muchas de esas mujeres son las madres, hermanas, esposas e hijas de las víctimas de la violencia que ha marcado la división sembrada años atrás por caciques de la zona apoyados por el entonces partido en el poder, y que se ha recrudecido por ambiciones de poder de unos cuantos. Todo ello ha originado que la población triqui se dispersara en otros lugares del estado y del país.
Cuando la caravana llegó a Santo Domingo Yanhuitlán fueron recibidas por integrantes de la Coordinadora contra la Represión y por la Justicia, y pese al cansancio hubo un mitin. Comieron y descansaron.
Vendría un tercer día de viaje de casi 90 kilómetros de distancia, trayecto que hicieron en una caravana motorizada entre Yanhuitlán y la agencia de Santo Rosa Panzacola. Al día siguiente nuevamente las y los tiquis del MULT caminaron casi cinco kilómetros hasta llegar al zócalo de la ciudad de Oaxaca.
Sin sentir frío o calor, lo único que sentíamos eran nuestras ganas de justicia, añade Emelia Ortiz García, quien sonríe satisfecha, mientras los ojos se le llenan de lágrimas, en su mente pasa el recuerdo tibio y doloroso de Adriana y Virginia, sus hermanas asesinadas, porque los sicarios pensaron que era ella.
También recuerda a sus primas la maestra bilingüe Virginia y Daniela, estudiante de secundaria, quienes en este 2025 cumplirán 18 años desaparecidas. “A ellas no solo les negaron la justicia, también les negaron el derecho a ser buscadas y encontradas, y a nosotras, su familia, el derecho a la verdad”, dice con un nudo que se le ha hecho grande en la garganta a Emelia, la defensora que sueña con cambiar la realidad de su pueblo, rescatando las tradiciones de la nación triqui.
En su cuenta de Facebook, Emelia Ortiz cuenta que no hubo desvelo, ni frío, ni calor, ni camino tan largo que nos doblegara en la exigencia de justicia y recrimina al gobernador de Oaxaca:
“Señor gobernador nosotras las mujeres triquis no somos un problemita, somos defensoras de los derechos humanos y luchadoras sociales, no sea usted indiferente ante nuestro dolor.
No sea usted cómplice de los asesinos.
Nos somos un problemita, somos defensores de los derechos humanos.
Nuestra lucha es exigencia de justicia.
Señor gobernador ya basta de tanta impunidad”.
SEM/sj