María Guadalupe Ramos Ponce
SemMéxico, Guadalajara, Jalisco, 1º. de octubre, 2025.- Esta semana se desarrolla el III Coloquio estudiantil universitario de estudios de género “María Guadalupe Ramos Ponce”, un esfuerzo colectivo entre distintas instituciones educativas como la Universidad de Guadalajara, el ITESO, el Colegio de Jalisco, La Universidad Pedagógica, etc., para convocar a estudiantes a presentar sus distintas investigaciones con temáticas alrededor de los estudios de género. Un esfuerzo verdaderamente importante y significativo.
Agradezco profundamente a la Universidad de Guadalajara, al Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades y al Centro de Estudios de Género por la invitación/homenaje que me realizan para que este coloquio lleve mi nombre, sin duda, un alto honor y una gran responsabilidad que asumo con esta designación.
Este coloquio tiene un valor especial porque se enmarca en una lógica interuniversitaria que nos recuerda que el conocimiento no se construye de manera aislada, sino en comunidad, en diálogo, en intercambio crítico.
El Coloquio Estudiantil Universitario de Estudios de Género es, sin duda, una apuesta por abrir las puertas a nuevas voces, a nuevas miradas y a nuevas formas de pensar el mundo desde la perspectiva feminista.
Hoy, más que nunca, los estudios de género son imprescindibles. En América Latina hemos logrado grandes avances: programas de posgrado, centros de investigación, líneas de especialización que han colocado a nuestras universidades en la vanguardia del pensamiento feminista. Sin embargo, también enfrentamos enormes desafíos. La llamada “ofensiva antigénero” intenta desmontar estos logros, negando incluso la existencia de la desigualdad estructural que vivimos las mujeres. En este contexto, las universidades tienen la responsabilidad no solo de producir conocimiento, sino de defenderlo, de resistir frente a los discursos que pretenden silenciar a las mujeres y borrar la diversidad sexual y de género.
Los estudios de género, por tanto, no son un lujo académico: son un campo estratégico para comprender y transformar nuestra realidad.
El feminismo nos enseña que el conocimiento no es neutral. Cada investigación, cada clase, cada reflexión académica debe tener un compromiso ético con la igualdad, la justicia y los derechos humanos. Por eso, cuando hablamos de “tejer fino”, hablamos de tender puentes entre la teoría y la práctica: entre la investigación académica y la acción política, entre la Universidad y los movimientos sociales.
Quiero reconocer aquí el papel de las y los jóvenes investigadoras e investigadores, quienes con sus tesis, proyectos y activismo han renovado las agendas feministas y nos han mostrado que otro mundo es posible.
No podemos hablar de género sin hablar de las violencias. La violencia patriarcal atraviesa nuestras vidas, nuestras instituciones, nuestros cuerpos. La violencia sexual, los feminicidios, la discriminación estructural siguen marcando la vida cotidiana de millones de mujeres en México y en toda América Latina.
Pero también hay resistencias: movimientos que han conquistado la paridad política, luchas por el derecho a decidir, avances legislativos impulsados por feministas que hoy son ley en muchos de nuestros países.
Los estudios de género son aliados fundamentales de estas resistencias. Porque documentan, visibilizan y nombran aquello que el poder patriarcal quiere ocultar. Y al hacerlo, se convierten en herramientas de lucha y de transformación.
Este coloquio es una muestra de que el futuro ya está aquí: está en las y los estudiantes que se atreven a cuestionar, a investigar, a imaginar nuevos horizontes de igualdad. Las juventudes feministas tienen la potencia de incomodar, de desestabilizar, de abrir grietas en las estructuras más sólidas del patriarcado; son quienes pueden y deben exigir universidades libres de violencia, libres de acoso, comprometidas con la justicia social.
Mi invitación es clara: sigamos construyendo redes interuniversitarias, regionales y latinoamericanas de pensamiento crítico feminista. Tejamos juntas y juntos lazos que nos fortalezcan en este momento histórico.
El conocimiento con perspectiva de género no se limita a observar la realidad: se compromete con la justicia, la igualdad y la libertad de todas las personas. La academia feminista no solo describe el mundo: lo transforma. No se trata únicamente de escribir papers o tesis; se trata de incidir, de transformar vidas, de garantizar derechos, de abrir caminos de libertad.
Coordinadora Regional de CLADEM
Profesora Investigadora de la UdeG.
@dralupitaramosp
Canal de Youtoube Dra. Lupita Ramos.